El amplio volumen de bajas médicas sigue vigente este lunes en el seno del Real Zaragoza, unas horas después del enésimo batacazo en la liga, esta vez con el 0-3 recibido en La Romareda del Alcorcón, descendido y colista de la clasificación hace meses. Los tres enfermos con síntomas gripales y fiebre, Cristian Álvarez, Vada y Nieto, todos con su mascarilla puesta, tenían preparadas las bicicletas estáticas fuera del campo, al margen por completo del resto. 

A los lesionados Bermejo y Nano (Vigaray, por supuesto) se unieron en la zona del gimnasio este lunes Eugeni -sustituido a la media hora por molestias físicas- y Azón, al que todavía se le guarda como oro en paño después de la lesión muscular sufrida en Huesca y que lo tuvo dos partidos ausente. 

El único jugador de los que ha faltado últimamente por problemas musculares que se ha reincorporado, al menos al inicio de la cita matinal en la Ciudad Deportiva, es el delantero Álvaro Giménez, que sale de una elongación en un gemelo que le impidió jugar ya en Éibar y, claro está, este domingo pasado ante los alcorconeros.  

La plantilla zaragocista guardará día de descanso el martes. Y no regresará al trabajo hasta la tarde del miércoles. La semana va a ser larga, pues el partido de la antepenúltima jornada liguera, la 40ª, ha sido ubicado por La Liga el lunes día 16 de mayo, en el estadio Carlos Tartiere, frente al Real Oviedo. El viaje a Asturias será, por lo tanto, en la tarde del domingo. Jim y sus pupilos tienen muchos días para verse las caras, tratar de reconducir los malos pasos de los últimos 20 días (quizá alguno más) y ser capaces de plantarle cara al cuadro ovetense, 6º clasificado y aspirante claro a meterse en la promoción de ascenso a Primera División tras una espectacular segunda vuelta del torneo. 

Hasta ese momento, dentro de seis días, habrá expetación por ver la evolución de todos los jugadores que hoy no están aptos para trabajar con normalidad y jugar.