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Azón-Álvaro: el Zaragoza de la doble punta

En Tenerife, Juan Ignacio Martínez reunió en la titularidad por primera vez a Azón y Álvaro Giménez como pareja de delanteros.

Foto del partido Tenerife-Real Zaragoza, de la jornada 34 de Segunda División, en el Heliodoro Rodríguez López.
Foto del partido Tenerife-Real Zaragoza, de la jornada 34 de Segunda División, en el Heliodoro Rodríguez López.
Juan García Cruz/LOF

La fuerza de los acontecimientos empujó en Tenerife a Juan Ignacio Martínez a alinear juntos como tenaza de ataque a Iván Azón y Álvaro Giménez, los dos puntas de la plantilla con la carrocería de delantero centro mejor acabada. Fue una novedad ya avanzada en los minutos finales del enfrentamiento contra el Amorebieta, una semana antes, cuando ambos jugadores afilaron la lanza del equipo en los momentos en los que había que asaltar un empate por la vía directa y de la acumulación. Azón fue el encargado de cumplir esa misión con un nuevo gol, una nueva muesca que avivaba un debate incandescente en el último mes, alimentado por las buenas actuaciones del joven delantero cuando salía del banquillo y por sus buenas cifras anotadoras, cinco goles en apenas mes y medio y con un papel revulsivo.

Finalmente, Jim promovió la novedad en el ataque confeccionado en Tenerife por dos razones fundamentales: la pujanza de Iván Azón y la ola de bajas que sufre el centro del campo, zona en la que la pérdida de efectivos ha restringido el margen de acción del entrenador para darle continuidad a las diferentes fórmulas de mediocampo de tres hombres que han definido al Zaragoza durante buena parte de la temporada (4-1-4-1, 4-3-3 o 4-2-3-1). Por una cuestión de número y de recursos disponibles y como recompensa a los méritos de Azón, el entrenador alicantino apostó por un 4-4-2 con dos puntas muy reconocibles. Una solución que, a lo largo de la temporada, solo había tenido carácter eventual o secundario en el desarrollos de determinados partidos. Solo en la visita a Ponferrada (1-1), un día con varias bajas también, el Zaragoza formó con un frente ofensivo semejante, cuando Jim emparejó como avanzadilla a Álvaro Giménez y Juanjo Narváez, con Borja Sainz en el extremo izquierdo y Bermejo en la derecha.

En Tenerife, Jim abrió una vía intermedia para incluir a Azón sin sacrificar a Álvaro, el otro delantero de la plantilla que, aun con diferencias importantes entre ambos, desempeña un rol táctico parecido en el reparto de funciones. Así que, por primera vez, el Zaragoza exhibió una doble punta tan académica y clásica: dos delanteros de la vieja usanza.

La mezcla funcionó, y en la primera parte ambos dieron contenido ofensivo a un Zaragoza que salió directo y vertical con ellos arriba. Son dos jugadores de cuerpos poderosos, pero diferentes en esencia. Azón es más rápido y amenazante al espacio, más dinámico, con fútbol para estirar al equipo e instalarlo en campo contrario. Álvaro, en cambio, se maneja mejor de espaldas, en los primeros toques y las descargas. 

Con esta pareja, durante la primera mitad, el Zaragoza ganó el área con facilidad, desahogando el juego hacia sus dos puntas, buenos en los duelos. Fue un día en el que equipo aragonés remató 13 veces (por 7 del rival). No marcó Azón en su regreso al once, tuvo el remate del rechace del gol de Vada que le paró Soriano, pero destacó en un amplio repertorio de situaciones: desmarques, llegadas, carreras, movilidad, sacrificio defensivo… Su partido, aun sin gol, fue muy completo. También el de Álvaro, con un trabajo más oscuro, pero muy útil. En la segunda mitad, Azón también mostró un buen entendimiento con Sabin Merino, otro delantero que interpreta bien el juego de espacios.

Jim aún mantuvo la doble punta cuando dio entrada a Nano Mesa y lo juntó con Sabin. De momento, el Zaragoza de los dos delanteros lució como algo más que una cuestión circunstancial o provisional. El 4-4-2 emerge como solución probable y competitiva para las próximas citas.

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