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Candi: "En Los Millonarios, había jugadores de verdadera categoría"

A punto de cumplir 94 años, Cándido Gómez ‘Candi’, portero del equipo de Los Millonarios en los años 50, es uno de los exjugadores del Real Zaragoza de mayor edad.

Cándido Gómez, ‘Candi’, en su hogar de Granada, siempre acompañado del balón. TFGP.
Cándido Gómez, ‘Candi’, en su hogar de Granada, siempre acompañado del balón. 
Pepe Marín / IDEAL.

A punto de cumplir 94 años, Cándido Gómez ‘Candi’ (Porriño, 14 de mayo de 1928) es uno de los exzaragocistas de mayor edad. Portero del equipo de ‘Los Millonarios’ del ascenso a Primera en 1951; echó raíces luego en el Granada, donde fue presidente durante 12 temporadas y una de las figuras históricas clave de ese club. Allí, reside desde hace 60 años. Aquí, en Zaragoza, quedó su hermano Juan, quien le acompañó en su aventura aragonesa. La salud le respeta, la memoria la mantiene musculada y la simpatía y lucidez empujan cada una de sus palabras.

Hace 71 años, usted jugó su primer partido en el Zaragoza, contra el Lucense, en Segunda División.

Así es. Tenía 22 años. Hace unos días ya de aquello. Tengo muchos años ya, pero estoy bien. No me puedo quejar. Llevo la cuenta, y eso siempre es buena señal. Años, que no falten.

¿Cómo eran los fichajes de futbolistas en 1950? Usted vino de Granada.

Terminaba contrato. El Granada quería que siguiera pero decidí probar a irme a Zaragoza. Quería otro ambiente. Me fue muy bien allí. Ascendimos a Primera División y la gente me trató muy bien. No tengo ninguna queja de Zaragoza, dejé grandes amigos.

¿Qué más recuerda de su llegada?

Estaba haciendo el servicio militar en aviación en Granada. Cuando firmé en el Zaragoza, me consiguieron un traslado y completé así la mili en la Base Aérea. Los militares también se portaron muy bien conmigo.

¿Vino acompañado?

Sí, se fue conmigo mi hermano Juan, un hombre de negocios. Me solía acompañar a todos los sitios donde salía a jugar. Él también vive todavía, y sigue viviendo en Zaragoza porque él se quedó allí cuando yo regresé a Granada. Primero viví en el Hotel Goya, que estaba delante del antiguo Frontón. Luego, en la calle Calvo Sotelo (actual Gran Vía), cerquita del centro. No salía mucho, me dedicaba a entrenar y jugar los partidos, llevaba una vida tranquila y sana.

Le incorporaron como portero del célebre equipo de Los Millonarios, en Segunda División. ¿Cómo era ese equipo?

En  Los Millonarios, había jugadores de verdadera categoría, normal que esté en la historia del Zaragoza como uno de sus primeros grandes equipos. Teníamos internacionales con España como Rosendo Hernández y Pepe Gonzalvo. Justo habían estado en el Mundial de Brasil. Ficharon ese año por el Zaragoza, de ahí el nombre de 'Los Millonarios'. Había mucha calidad. Imagine esos jugadores en Segunda, la categoría le venía pequeña. Hicimos una campaña extraordinaria. Ascendimos jugando muy bien al fútbol. Pero es que había muy buenos jugadores, no solo Rosendo y Gonzalvo, también Calo, Luis Belló y Cabido eran muy buenos. Y tenía un portero muy bueno, muy bueno, que se llamaba Candi.

Ja, ja, ja. ¿Y cómo era ese portero?

Muy sobrio. No le gustaba hacer filigranas e intentaba que no le marcase muchos goles. Creo que conseguí ser un buen portero, uno de los menos goleados.

¿Por qué le dio por hacerse portero?

De pequeño, creo que con 12 o 14 años, como no le daba muy bien a la pelota, pues me ponían de portero. Y ya, una vez ahí, seguí, jugaba en el colegio de portero y ya no me moví. Luego, empecé a jugar un poco más en serio en un equipo de Logroño. Era muy joven. Y de allí me fui a Bilbao porque me vino el Athletic a fichar.

Equipo de Los Millonarios en la temporada 50-51. Candi, de portero y de pie, es el tercero por la izquierda.
Equipo de Los Millonarios en la temporada 50-51. Candi, de portero y de pie, es el tercero por la izquierda.
HA

La gran academia de porteros de la época.

Yo les dije que yo no era vasco, que era gallaego, que no cumplía la filosofía. Pero me dijeron que sí podía, que al vivir en Logroño, sí podía. Estuve allí un año inolvidable. Entrenaba con Zarra, con Gaínza, con Iriondo y con Venancio. Venancio y yo éramos los niños mimados de ese equipo. Sin ser nadie aún en el fútbol, me dieron mucho cariño. Luego, ya me fui a Valladolid y Granada. Allí, ya estaba más hecho. Pero donde me hice un portero hecho y derecho fue en Bilbao.

En Zaragoza, jugó dos temporadas.

El presidente era don Julián Abril. Una excelente persona. En Zaragoza no di problemas, todo lo que me ofrecieron me lo cumplían. Guardo un gran recuerdo. Tanto de la afición como de la directiva. La gente se portó de maravilla.

Eran los tiempos de fútbol en el estadio de Torrero. ¿Cómo era jugar allí?

Un gran campo. Había una gran afición. La gente acudía allí desde todos los rincones de la cidad. Uno de los mejores de España en su época. Estaba muy bien situado y con un terreno de juego impecable. Dentro de aquellos tiempos, estaba muy bien, muy bien.

Le entrenó Luis Urquiri, Juan Ruiz y luego Emilio Berkessy.

Urquiri fue el mejor que tuve en Zaragoza. Era un vitoriano entrañable, una excelente persona. Como entrenador era serio, práctico, no le gustaban las tonterías. Trabajó mucho para que una plantilla tan diferente se llevara bien, algo que es fundamental en el fútbol.

Decidió volver a Granada en 1952 y allí se instalaría. Usted es una institución en el fútbol de la ciudad nazarí.

Sí, acabé el contrato en el Zaragoza y me volví. Allí me casé y allí me quedé hasta terminar mi carrera deportiva. Luego, fui de todo en el club, y presidente en varias etapas, durante 12 años. En los buenos años del Granada en Primera, como aquel equipo de Montero Castillo, Aguirre Suárez o Fernández. Y Porta, que es de allí. O Chirri y Fontenla, que jugaron en el Zaragoza. El fútbol sigue siendo mi vida, el 50% de ella, la otra mitad es mi familia, especialmente, mi señora.

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