real zaragoza

Azón y Puche: los goles de Zipi y Zape

Iván Azón y Miguel Puche, dos chavales canteranos con todo el fútbol por delante, impulsaron con sus goles la remontada que lanza al Real Zaragoza en la tabla de clasificación.

Partido Real Zaragoza - Fuenlabrada en La Romareda
Partido Real Zaragoza - Fuenlabrada en La Romareda
Toni Galán

La pandilla de chavales descarados, talentosos, hambrientos, luchadores, decididos, y, sobre todo, zaragocistas que encabezan desde la pasada temporada Alejandro Francés, Francho Serrano e Iván Azón ha incorporado a un nuevo compinche: Miguel Puche.

Ha sido un fichaje impensado. Nadie contaba con él hace apenas un mes y, escarbando como una oruga en la tierra, ha asomado la cabeza para que no se la tapen más: ha llegado y está aquí, junto a sus compañeros de promoción, y ayer, contra el Fuenlabrada, se confirmó con un gol -su estreno anotador- que levantó el partido junto al de Iván Azón, otro que tal, otro que no hay quien lo pare ahora. Zipi y Zape: la vieja sociedad del juvenil de Iván Martínez, el entrenador que apostó de veras por ellos después de que salieran cedidos un tiempo antes a foguearse fuera de la Ciudad Deportiva. Azón en el Olivar y Puche en el Tudelano.

Puche llevaba tres semanas en silencioso crecimiento, convenciendo a Jim en los partidos, pero ante todo en el día a día. Un jugador distinto a lo que hay y había: agresivo con la pelota, vertical e intenso como una lumbre, inteligente para saber dónde va a acudir el juego y soltarse desde las bandas a espacios interiores o al remate. Es de esos jugadores que anticipan las cosas. Siempre mezcló bien con Azón en el juvenil que dominó España y brillo en la Youth League.

Había mejores jugadores, con mejores condiciones y más visibles, pero ellos entendían las necesidades del equipo y se dejaban la piel por el colectivo. Jugadores de pico y pala. Azón y Puche repitieron en media ahora ayer aquellos días de complicidad y asociación, casi siempre en el sector izquierdo del campo, de su etapa juvenil. Puche es un año mayor, de 2001. Con 20 años, le ha llegado el momento. Azón, de final de 2002, marcó su cuarto gol en cinco semanas. Lleva tres jornadas seguidas anotando desde el banquillo. Ayer, ambos cazaron dos balones servidos de modo majestuoso por un gran Álvaro Giménez, y gestados por Pep Chavarría, también impecable, desde la banda izquierda. Fueron dos goles prácticamente calcados, gemelos. El toque personal de cada uno fue la ganzúa con la que Azón se anticipó a su defensor, otra muestra más de que no hay balones imposibles para este delantero con una fe de hierro. Por su parte, Puche anotó llegando, con la cabeza, adivinando el espació hueco en el área al que iba a ir la asistencia de Álvaro desde el segundo palo.

Los chavales rescataron así un triunfo, el cuarto seguido, en el que también puso su espada y su escudo, como ya es norma y hábito, Francés en defensa. Faltó Francho, lesionado, para completar este cuadrado mágico de canteranos empeñados en sacar al Zaragoza de allí donde sus familias y sus amigos les piden que lo saquen. Y en eso están, entregados, porque así son, competidores natos. Otra cosa no, pero competir llevan haciéndolo mucho tiempo: al primer equipo llegaron con la mili hecha. Aquí está el resultado.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión