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El cambio que necesita Jim

El Zaragoza tiene que renovar su plan de juego para salir de la delicada situación que atraviesa. Los fichajes tendrán que asumir un rol trascendente.

Jim dio entrada a Grau en la recta final del partido contra el Málaga, cuando Eugeni dejó el campo.
Jim dio entrada a Grau en la recta final del partido contra el Málaga, cuando Eugeni dejó el campo.
José Miguel Marco

A Eugeni Valderrama, Sabin Merino y Jaume Grau han venido para jugar. Lo adelantó Jim en la previa de la visita del Málaga y cumplió. Los tres tuvieron protagonismo en un equipo que necesita estímulos. Anímicos y, sobre todo, futbolísticos. Solo con argumentos futbolísticos se puede salir de una situación como la que el Zaragoza atraviesa. Jim debe encontrar una nueva idea. Necesita reconstruir un plan desgastado, con los fichajes invernales como elemento trascendente.

El aporte de Eugeni fue uno de los pocos aspectos rescatables del partido del pasado sábado. Cuando intervino, el centrocampista catalán le dio un salto cualitativo al fútbol del Zaragoza. Fundamentalmente, en las acciones a balón parado, parcela en la que el equipo venía extrañando disponer de lanzador de golpeo fino como el suyo. Cada falta, cada saque de esquina, generó peligro en la dubitativa defensa malacitana. Eugeni es un especialista. Tanto es así que, a las primeras de cambio, en su estreno con la elástica blanquilla, también asumió la responsabilidad de tirar el penalti que significó el empate a uno.

Su buen trato de balón sobresalió entre la vulgaridad general. Cada vez que participó, el fútbol del Zaragoza adquirió intención y un punto de velocidad; pero tan solo lo hizo veces contadas, por destellos, destapando el grave problema que el equipo acusa en la confección del juego.

El Málaga le regaló la pelota a los de Jim a sabiendas del escaso rédito que suele sacar de las posesiones largas. No tuvo problema en dejar que Jair y Lluís López avanzaran para lanzar desplazamientos en largo. Tampoco en que Petrovic ejerciera de timonel de un bloque sin juego entre líneas, sin capacidad combinativa, que se vio obligado a recurrir constantemente a los centros laterales.

Ahí, en la capacidad de Jim para subsanar los problemas en la creación, está una de las claves hacia la recuperación del equipo. Petrovic y Francho no acaban de conectar. El fútbol posicional del serbio obliga al canterano a recorrer más metros de los debidos, a ofrecer un despliegue que después le resta claridad en los metros finales.

La solución más lógica apunta a otro de los recién incorporados. Grau todavía no ha sido probado de inicio. El sustituto de Eguaras solo ha aparecido en los minutos finales, sin opción de demostrar si realmente puede ser el mediocentro mandón, con personalidad y manejo de los partidos, que cualquier equipo requiere.

La visita a Butarque, tras el error de Petrovic y esos mencionados problemas del equipo en la creación, descubrirá si Jim le concede una oportunidad o lo relega definitivamente a un rol secundario. El crucial choque ante el Leganés revelará igualmente si el técnico zaragocista mantiene su idea de ubicar a Sabin Merino en el flanco izquierdo o centra su posición.

El partido contra el Málaga trasladó la sensación de que el delantero vasco puede hacer más daño por dentro, como referente, que como acompañante de Álvaro Giménez. Ambos padecieron la escasa profundidad ofensiva del Zaragoza y un sinfín de centros sin intención. Principalmente, los llegados desde la zona de Chavarría. Nada se le puede reprochar a un Francés que, aún desplazado, volvió a ser el mejor sobre el verde. Sus llegadas fueron la única solución de un equipo que necesita un cambio.

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