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Menos victorias y goles que nunca a estas alturas de liga en el actual Real Zaragoza
El equipo de Jim empeora parámetros futbolísticos cruciales que ya fueron muy deficientes el año pasado, cuando se creyó tocar fondo en rendimientos y solvencias.
Conviene asustarse. Es necesario que todo el mundo dentro del zaragocismo –sin excepción– tome conciencia de la envergadura del problema futbolístico que sufre el Real Zaragoza actual, que es 18º en la clasificación de Segunda División y tiene la flecha hacia abajo en su rendimiento desde hace dos meses.
Solo si se reconoce y se admite el deterioro del juego y la solvencia del equipo del presente será posible buscar y tratar de hallar una solución de aquí a mayo. Alarmarse a fecha de hoy no es exagerado ni linda con el agorerismo. Es, más bien, la única medicina capaz de encontrar un antídoto a problemas mayores que están larvados y pueden emerger a corto plazo en la clasificación de no mediar una reacción rápida y eficaz.
Porque un ejercicio analítico profundo sobre la salud deportiva del Real Zaragoza que dirige Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ desde el banquillo –y que rige desde la dirección deportiva Miguel Torrecilla– saca a relucir parámetros de honda preocupación.
Tras el paso de la jornada 25, la que concluyó con el 2-2 de Ibiza, el Real Zaragoza de Jim está peor parado que el del año pasado a estas mismas alturas. Este es un dato contundente que debe hacer recapacitar sobre lo que hay. Porque, hace 12 meses, el zaragocismo vivía en angustia permanente; sentía pavor por un descenso a Segunda B que era sinónimo de liquidación y desaparición; y afrontaba cada partido como una final, con máxima concentración y pasión. Sin embargo, ahora, en unas condiciones que, según dicen los resultados de los análisis clínicos del grupo de Jim, son más graves que las de aquellos momentos de nervios extremos y quebraderos de cabeza a discreción, es sorprendente que muchos eludan el mal y pretendan mirar hacia otro lado de modo suicida.
Tómese nota de estas cifras y revísese el cuadro adjunto. Es una comparativa rotunda, cristalina, indiscutible, que define la patología a solucionar cuanto antes. El Real Zaragoza de hoy es el más defectuoso de los nueve años en Segunda División en dos epígrafes cruciales en la vida de un club de fútbol: los goles a favor y el número de partidos ganados. Su nivel es pésimo, digno de máxima atención y cuidado intensivo. Solo ha ganado cinco duelos de los 25 dirimidos. Y apenas ha anotado 19 tantos en 25 jornadas.
El año pasado, que fue una pesadilla, un martirio que únicamente acabó bien gracias a la atípica recuperación final de la mano de Jim –calificada de milagro por muchas razones–, se pensó que se había tocado fondo en estos dos apartados. Y el devenir de la liga 21-22 está evidenciando que no es así: se está haciendo aún peor esta vez. Porque, tras la estación vigésimoquinta, el Zaragoza precedente llevaba sumadas siete victorias, dos más que ahora. Ganaba más.
Y aquel equipo ciego ante el gol, en el que el foco se centró siempre en los cero tantos logrados por sus delanteros ‘estrellas’, Gabriel ‘Toro’ Fernández y Vuckic (secundados por Alegría, Zanimacchia o Larrazabal, otros puntas inertes), había marcado en este punto del torneo 21 goles... por los 19 que suman los componentes del Zaragoza contemporáneo.
El puesto en la tabla, el referido 18º, es también el peor de estos nueve años en este parcial del campeonato, pues el año pasado los de Jim estaban ubicados un escalón por arriba, en el 17º, pese a contar con dos puntos menos (es el único matiz que se mejora hoy, entre los decisivos, así como que se han perdido muchos menos partidos, cambiándolos por empates a mansalva).
El estudio histórico demuestra que, para estar en este hito de la liga en mitad de tabla y con opciones de estar en la ‘pomada’ de la pelea por el ascenso (indeleble propuesta de Torrecilla, el director deportivo, al comienzo de la temporada), es necesario haber ganado al menos ocho o nueve partidos de 25. Hasta ahora, el Real Zaragoza de la última era en Segunda, desde 2013, tenía su récord más bajo en siete triunfos. Ahora es de solo cinco. Y en tiempos de ilusiones y algo de bonanza, los ‘zaragozas’ de campañas con cierta calidad sumaban ya 41 goles, 36, 31 o 30 en sus primeros 25 duelos. Los 19 de este momento son para temblar de miedo.
