nueva romareda

Lambán deja la iniciativa del estadio en manos del Ayuntamiento de Zaragoza y Azcón le pide consenso

El presidente exige un "proyecto solvente" mientras que el alcalde espera que la DGA no retire su apoyo. Ranera critica que no se haya convocado ninguna reunión formal

Vista del estadio de fútbol de La Romareda, que sigue a la espera de que se decida su futuro.
Vista del estadio de fútbol de La Romareda, que sigue a la espera de que se decida su futuro.
Heraldo.es

La posibilidad de que el nuevo campo de fútbol sea fruto de una operación consensuada por las instituciones, con el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón a la cabeza, se enfrió ayer. El presidente de Aragón, Javier Lambán, exigió que la decisiones relativas al estadio se pacten en el ámbito municipal y, aunque se mostró dispuesto a «echar una mano», dijo que falta «una propuesta aquilatada y solvente» por parte del gobierno PP-Cs. El alcalde, Jorge Azcón, asumió que el liderazgo debe ser del Consistorio, pero defendió la necesidad de un proyecto compartido y confió en que el presidente «no se desdiga» del apoyo manifestado hasta ahora en favor de la construcción de una futura Romareda con el acuerdo de todos.

Las declaraciones del presidente se produjeron después de que HERALDO desvelara un informe municipal en el que se detallan una decena de ubicaciones y que la semana pasada se envió al Gobierno de Aragón. Lambán no quiso valorar ninguna opción –figura desde la propia Romareda hasta Valdespartera o varios solares en San José– y se limitó a derivar la cuestión al ámbito municipal.

Contactos «discretos»

«Estamos a la espera de lo que haga el Ayuntamiento, que es el que tiene la iniciativa», dijo. En cualquier caso, fuentes del Gobierno autonómico negaron que haya habido la más mínima negociación, pese a que el Ayuntamiento lleva semanas hablando de contactos «discretos» (el propio Lambán dijo la semana pasada en un acto con Azcón en Madrid que «todo va por cauces de discreción, sin ruido») y que envió a la DGA el listado de ubicaciones para estudiarlas.

Con sus palabras Lambán parece alejar, al menos aparentemente, un acuerdo próximo con el campo de fútbol. Por su parte, el alcalde Azcón afirmó que «es evidente que el liderazgo es del Ayuntamiento de Zaragoza, pero en los proyectos en los que estamos embarcados el Gobierno de Aragón tiene algo que decir». Defendió la necesidad del estadio tanto para garantizar que Zaragoza sea subsede del Mundial de fútbol 2030, si finalmente lo organizan España y Portugal, así como la importancia del proyecto para la candidatura de los Juegos Olímpicos de invierno, que Aragón quiere acoger junto a Cataluña.

«A mí el presidente Lambán siempre me ha expresado su voluntad de colaborar con ese campo de fútbol, estoy convencido de que no se va a desdecir de su palabra», declaró Azcón. Pidió que al debate del estadio los partidos se acerquen «sin apriorismos» y consideró que hacer públicas las preferencias de unos y otros podría «malograr» la negociación. «Voy a hacer todo lo que esté en mi mano por que ese consenso se mantenga», declaró el alcalde.

«Boicotear la negociación»

La distancia expresada por Lambán la corroboró con posterioridad la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza, Lola Ranera, que acusó a Azcón de «querer boicotear la mesa de negociación». Sus palabras reflejaban el profundo malestar en el PSOE por unas declaraciones del alcalde el lunes pasado, cuando preguntado por el proceso de venta del Real Zaragoza, defendió que la política «no interfiera» en la gestión del club. «La experiencia de cuando el PSOE impuso un presidente fue muy mala. Fue la época de Agapito Iglesias y llevó a la ruina al club», afirmó. Estas palabras indignaron a los socialistas y provocaron un endurecimiento de sus mensajes.

Lola Ranera, que al igual que Lambán y Azcón no quiso dar su opinión sobre dónde debe construirse el estadio, atacó a Azcón por no haber convocado ninguna reunión oficial con los partidos para negociar un proyecto para el estadio. No obstante, sí admitió haber mantenido hace unos días un encuentro informal con el alcalde en el que se abordó este asunto, así como estar en posesión del informe de ubicaciones del estadio, que no quiso hacer público y al que no otorgó rigor. «Hasta ahora no ha existido seriedad, nos despertamos con constantes cambios. Estaría bien dejar de hacer regates cortos y aterrizar en el campo de fútbol», afirmó la socialista.

En línea con lo manifestado por Lambán,Ranera exigió que la negociación se circunscriba al ámbito municipal y consideró que tras su elección como líder del PP-Aragón Azcón trata de «medirse» con Lambán para sacar «rédito político». «El acuerdo debe empezar en el Ayuntamiento de Zaragoza. Si eso no lo entiende, tenemos un problema. Que se siente y construya consensos», declaró Lola Ranera.

Polémica municipal

En este clima de tensión, el resto de los grupos de izquierdas fueron críticos con PP-Cs. El edilde ZEC, Pedro Santisteve, afirmó que «hablar de inversiones de 150 millones» para un estadio «con el estado en el que se encuentran los barrios» es en su opinión «una inmoralidad» y defendió la ubicación actual. Para Fernando Rivarés, de Podemos, «es mentira que el alcalde quiera un consenso». «Hace tres meses que reclamamos información y nunca han querido contestar», afirmó el concejal morado, que expresó su malestar por el hecho de que haya grupos a los que se facilitan datos, en referencia al PSOE. Por su parte, Julio Calvo, de Vox, exigió que se aclare la cuestión económica y la participación del resto de administraciones. «Si no hay dinero, es ocioso hablar de todo lo demás», afirmó.

Al margen de la polémica, después de que la semana pasada Azcón y Lambán escenificaran unidad en Madrid, ayer evidenciaron sus tensiones y su rivalidad. No hay fecha para una reunión, ni con la DGA ni en el seno del Ayuntamiento, mientras que los plazos para encajar el estadio en el proyecto de Mundial 2030 se empieza a estrechar.

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