Quinto partido seguido sin marcar gol y con las alarmas encendidas: el Real Zaragoza empata a cero con el Valladolid

Los de Jim desaprovecharon una primera parte de dominio y cuatro ocasiones claras para sufrir ante un decepcionante Valladolid, que estrelló un balón en el larguero y acabó con 10.

Ya son cinco los partidos consecutivos del Real Zaragoza sin marcar gol. En fútbol, esto es sinónimo de funeral a medio plazo. Esta vez, por segunda ocasión encadenada, los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ lograron la que es hoy en día su máxima aspiración: el 0-0. Un puntito ante el 2º clasificado, un deficiente Valladolid que debió ser derribado en la primera parte por los zaragocistas, incapaces delante del marco de Masip, y que pudo llevarse la victoria en la segunda fase, con un chut al larguero y varias ocasiones delante de Ratón. Las alarmas siguen encendidas y sonoras en el seno blanquillo pues el equipo sigue decayendo desde que en noviembre perdiera 0-2 ante el Leganés.

La primera parte fue de dominio general del cuadro aragonés, pues los pucelanos se mostraron desde el pitido inicial muy poco intensos, flotantes sobre el campo, con una imagen alejada de su 2ª posición en la tabla y su favoritismo de ex Primeras. Los de Jim, con más corazón que calidad, propusieron jugadas de ataque con mucho balón sobado, siempre con la lentitud propia de Petrovic, con la falta de clarividencia de Francho y el fútbol gaseoso de Bermejo, en posición de volante, al que se le hacía de noche demasiadas veces en sus conocidas conducciones. Azón, que volvió a la titularidad meses después, peleó, como siempre, pero careció de remate y eficacia cerca del área. Los más activos fueron los extremos, Sainz y Nano (que también volvía tiempo después), pero su precipitación final abortó posibles goles, ese género del que carece el equipo zaragocista para su mal y preocupación.

El poderoso Valladolid solo tiró a puerta una vez antes del descanso: el ecuatoriano Plata, en el minuto 4, chutó raso desde la frontal del área y detuvo Ratón, sustituto del ausente Cristian Álvarez. Y nada más. Media docena de escarceos de Roque Mesa, de Morcillo o del israelí Weissman, sin sustancia, fueron sus méritos. Impropios de un gallo de la categoría. Francés fue el dueño de la zaga local, con salidas en largo sobre Azón y Nano de mérito, que nadie aprovechó. Según pasaban los minutos se acrecentaba la asumida sensación de que los de Jim no aspiran más allá del 0-0, por su impericia ante el marco rival.

Foto del partido Real Zaragoza-Real Valladolid, correspondiente a la jornada 24 de Segunda División
Foto del partido Real Zaragoza-Real Valladolid, correspondiente a la jornada 24 de Segunda División
Oliver Duch

Hasta cuatro opciones claras para marcar se fueron al limbo en los primeros 45 minutos. Tres de un acelerado Nano y una de Sainz, la más clara. El canario marró ante Masip en los minutos 10, 24 y 30. En la primera, chutó alto, mal, pegado al área chica. En la segunda, tras un rechace de la zaga violeta, remató por encima del larguero precipitadamente con todo a favor en el punto de penalti. Y en la tercera, tras taconazo de Bermejo en la corona, lanzó raso al centro, a las manos del portero, sin colocación alguna. Una pena lo de Nano. Y como colofón al repertorio de escopetas de feria del último mes y medio, Sainz echó a la basura una incursión de mérito en el 38, con recorte en carrera al defensa Javi Sánchez, pero con un chut horrible, cruzadísimo, golpeando la pelota a modo Regional Preferente, sin clase alguna, a placer y con el guardameta ya rendido.

El Real Zaragoza no se parecía en nada al de tantas tardes de los primeros cinco meses de liga: sin Cristian Álvarez, sin Eguaras, sin Zapater, sin Igbekeme, sin Álvaro Giménez, sin Vada, sin Adrián González… la revolución de Torrecilla y el covid así lo quisieron (Vada estaba sancionado aún por su expulsión pueril en Miranda). Y tras el descanso se esperaba algún acicate de Jim que no vino a través de ninguna sustitución. El banquillo estaba lleno de chicos del Aragón, sin muchas balas firmes. También se esperaba que Pacheta hubiera metido adrenalina en sus muchachos, estáticos como palmeras hasta entonces.

Lo primero que se apreció en la reanudación fue esto segundo. Weissman, en el 48, estrelló el balón en el larguero a la media vuelta, tras un control orientado de categoría que dobló la cintura a Francés. Golpe de fortuna para el Zaragoza. Y dos minutos después, Plano tuvo otra opción que Ratón detuvo abajo. El Valladolid había aparecido. Un peligro serio para los de Jim, que debían cambiar su aplicación. Los castellanos atacaban con más efectivos y adelantaron claramente sus líneas varios metros.

Jim movió piezas a falta de media hora. Narváez, damnificado de inicio, suplió al alborotado Nano, de nuevo con síntomas de lesión. Y debutó Grau, recién llegado del Osasuna, en vez del irrelevante Bermejo. Era el intento del técnico por meter gas a un equipo que había perdido la brújula en el vestuario durante el descanso, un mal ya visto otras veces. No pisó el área pucelana en el primer cuarto de hora de la segunda parte ni una sola vez con algo de peligro y así, obviamente, es imposible ganar.

Pareció dar resultado la propuesta, pues Sainz, aunque fuese en claro fuera de juego, se quedó mano a mano ante Masip en el 64, pero chutó al pie izquierdo del portero. No hubiese valido el gol, pero la jugada dotó de vida a los zaragocistas. Hubo varias aproximaciones al área con intención, sin buenos últimos pases de Francho y Sainz. La ineficacia conocida desde el inicio de curso. Y así se alcanzó el tramo final del partido, con Pacheta metiendo metralla desde el banquillo en busca de la victoria, aunque fuese tarde y mal para un feo Valladolid.

En la incertidumbre postrera, el equipo de Zorrilla se quedó en inferioridad por expulsión de Plata tras una violenta entrada al tobillo a Sainz. Era el minuto 83. Un estímulo para que los de Jim se fueran arriba con más rasmia de la demostrada hasta entonces, en una floja y conservadora segunda mitad. No fue así. La nulidad creativa y la ceguera ofensiva del actual Real Zaragoza son alarmantes. Anuncian tragedia de no ser capaces de intervenir quirúrgicamente, con urgencia y sobre todo con acierto, esta terrible patología. Y menos mal que Petrovic, que no entrenó en toda la semana por covid, sujetó al equipo con sus apoyos decisivos en defensa, evitando un par de goles claros en sendas contras vallisoletanas, sobre todo la última, ya en tiempo de aumento.

Que los astros y los dioses alumbren a Torrecilla, a Jim, a todos los que trabajan en la reestructuración súbita de la plantilla de aquí al día 31, fin de mercado de invierno. De esa faena depende el futuro de este equipo que va para los dos meses de anemia goleadora, de inanición en la fábrica de fútbol. La pinta es de enfermedad, no de salud. Es conveniente verlo sin subterfugios y ponerle remedios. En plural.

Foto del partido Real Zaragoza-Real Valladolid, correspondiente a la jornada 24 de Segunda División
Foto del partido Real Zaragoza-Real Valladolid, correspondiente a la jornada 24 de Segunda División
Oliver Duch

Ficha técnica

Real Zaragoza: Ratón; Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Petrovic, Francho, Bermejo (Grau, 62); Sainz (Puche, 85), Nano (Narváez, 62) y Azón.

Real Valladolid: Masip; Luis Pérez, Javi Sánchez, Joaquín, Nacho Martínez; Aguado (Kike Pérez, 74), Roque Mesa (Anuar, 89); Plata, Morcillo (Toni Villa, 46), Óscar Plano (Sergio León, 74); y Weissman (Cristo, 80).

Árbitro: González Esteban (Comité Vasco). Expulsó a Plata (82) por una violenta entrada a Sainz. Amonestó a Chavarría (43), Nano (54) y Nacho Martínez (74).

Goles: No hubo.

Incidencias: Tarde muy fría en Zaragoza, con 5 grados al inicio del partido, pese a que el sol lució durante todo el día. El césped de La Romareda presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 15.000 espectadores. Antes del partido hubo un reconocimiento al veterano exjugador Darcy Silveira ‘Canario’.

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Real Zaragoza 0 - 0 Real Valladolid
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