El Real Zaragoza suma un punto en Ponferrada (0-0) que no le saca de pobre

El equipo aragonés, ramplón y sin demasiada ambición en su fútbol, corta su racha de derrotas pero no es capaz de reencontrarse con el gol ni la victoria en El Toralín.

Atasco. Colapso. Declive. El Real Zaragoza no fue capaz de frenar este domingo los preocupantes síntomas que viene emitiendo desde hace semanas y, tras empatar 0-0 frente a la Ponferradina en El Toralín, sigue estancado, enredado en un fútbol en caída libre. Con casi toda la segunda vuelta por delante, el equipo aragonés presenta indicios de agotamiento harto peligrosos. Anoche sumó un punto ramplón y sudado, lo máximo a lo que podía aspirar ante un rival que fue superior en el grueso principal del encuentro. De hecho, cuando mejor estaba el Zaragoza –mediada la segunda mitad–, Jim, su entrenador, fue sentando atacantes para poblar el campo de centrocampistas y defensas. No quería volver a perder Jim, sabedor de que la cuarta derrota consecutiva iba a disparar irremediablemente las luces rojas de crisis. El empate, el cambio, frena la deriva de tropiezos, pero no saca al Zaragoza de pobre. Pobre, además, sin gol.

El técnico alicantino regresó en El Toralín al sistema de cuatro defensas, dejando esta vez al equipo con solo dos mediocentros (Francho y Petrovic), lo que alejó al Zaragoza de la posesión del balón ante una Ponferradina que fue de más a menos en el partido, acusando su gran esfuerzo de la primera parte.

El encuentro nació con el guión previsto, con el equipo local superior, haciendo gala de su clásica fortaleza en su estadio esta temporada. El delantero Sergi Enrich, un tanque con una capacidad sobresaliente para ganar duelos aéreos, impuso pronto su ley sobre Jair y Lluís López, la pareja de centrales zaragocista en el retorno de la línea de cuatro tras el fallido experimento de los cinco atrás por los que Jim apostó ante el Mirandés y el Sevilla. A pesar de ser el punta único, Enrich, un futbolista con pasado y goles de Primera, dominó los tiempos y los duelos. A partir de sus descargas, la Ponferradina se hacía fuerte en la línea de tres cuartos de campo, con Dani Ojeda, Agus Medina y Saverio, su línea de mediapuntas, intercambiando posiciones y roles.

Muy distinta fue la puesta en escena del cuarteto atacante del Real Zaragoza. Álvaro Giménez apenas ganó duelos individuales y al borde del descanso perdonó una ocasión pintiparada para anotar el 0-1. Sainz se mostró incisivo pero sin capacidad de resolución, Bermejo se perdió en sus habituales batallas y Narváez sigue sin encontrar su ritmo, a pesar de que Jim esta vez le ubicó en su teórica posición predilecta: por detrás del punta.

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En los primeros diez minutos, el eléctrico inicio de la Ponferradina se había traducido ya en tres ocasiones nítidas: un latigazo de Saverio que despejó con acierto Cristian a córner, otro disparo de Ojeda que rozó la madera y un cabezazo alto de Enrich. El Real Zaragoza debía entender pronto que el partido sería de brega, sin concesiones. Por eso, por el sistema de solo dos centrocampistas que alineó Jim y por los propios miedos con los que acudía al partido después de tres derrotas seguidas, apenas arriesgó en jugadas elaboradas. No hubo medular. Jair y Lluís López enviaron múltiples balones largos sin apenas receptores a los atacantes, perdidos en islas, especialmente un desacertado Giménez. Y las veces que amasó el balón, en cadenas de largos pases sin verticalidad, siempre lo hizo sin saber muy bien qué hacer con él ante la sólida y bien posicionada defensa de los locales.

Ante un Zaragoza sin mordiente, la Ponferradina estuvo a milímetros de adelantarse en el 21. Un chut de Agus Medina se envenenó tras tocar en Enrich y, cuando todo El Toralín ya estaba cantando el gol, Cristian Álvarez voló para sacar una milagrosa mano. Quizá su parada de más mérito de la temporada y una de sus intervenciones más impactantes del largo catálogo que presenta ya en su etapa en el Real Zaragoza. Poco después, Jair desvió otro disparo del intenso Medina que se marchó a córner rozando el larguero. Ojeda no encontró puerta por poco en el 31… ¿Y el Zaragoza? Apenas una llegada aislada de Narvaéz en el 26 y la citada ocasión cristalina que perdonó Giménez tras dudar en el mano a mano con el guardameta Amir poco antes del intermedio.

Los cambios de Jim

La segunda mitad arrancó sin cambios y con la Ponferradina dominando de nuevo los tiempos y la posesión. Aun así, el primer remate fue zaragocista, de Francho, que probó al guardameta Amir en el 54 con un punterazo raso dentro del área tras un control defectuoso de Giménez. La Ponferradina seguía mandado en el partido, pero le costaba más encontrar los caminos de la portería de Cristian, con López y Jair más entonados, más sobrios. En general, los zaragocistas elevaron un par de grados su nivel de intensidad, orden y concentración.

A la hora de juego, Jim sentó a Bermejo y dio entrada al joven Puche tratando de encontrar un chispazo de efervescencia y velocidad. Sainz rozó el gol en el 71 en la más clara del Zaragoza. El extremo, que jugó en la izquierda a pie cambiado, disparó con veneno al segundo palo y el portero Amir despejó en una estirada de quilates. Era el mejor momento del Zaragoza en el partido, que coincidía con el bajón físico de los locales. Y, cuando el equipo aragonés parecía irse a por el 0-1, Jim sentó a Sainz, el mejor de los avispas, para introducir a Zapater. Un cambio ‘amarrategui’. El técnico entendió que le servía el punto, el 0-0.

Atendiendo a la lógica, la Ponferradina se volvió a hacer con el timón tras la permuta y Medina y Pascanu tuvieron dos ocasiones claras para anotar el tanto de la victoria. El partido seguía vivo y, en los últimos cinco minutos, con la idea de sellar definitivamente el empate, Jim metió centímetros con Nieto y Adrián sentando a Narváez y Giménez. Una declaración de intenciones definitiva. Dos delanteros al banquillo y un defensa y otro centrocampista más al verde.

Pese a todo, fue Chavarría el que tuvo en el descuento la última ocasión de la noche. Su disparo desde la frontal lo atrapó el meta local y así murió el partido. 0-0 y gracias. Un punto que al Zaragoza le sirve de poco pero que al menos corta su sangría derrotas. Las victorias tendrán que esperar al menos dos semanas más.

Ficha técnica

Ponferradina: Amir, Adot, Amo, Pascanu, Pujol (Ríos Reina, 60), Paul Antón (Crespo, 83), Cristian (Zalazar, 68), Saverio (Baeza, 60), Agus Medina, Dani Ojeda y Sergi Enrich.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Gámez, Lluís López, Jair, Chavarría, Petrovic, Bermejo (Puche, 62), Francho, Narváez (Nieto, 88), Borja Sainz (Zapater, 75) y Álvaro Giménez (Adrián, 88).

Árbitro: Galech Apezteguía (comité navarro). Amonestó a los locales Amo, Ojeda y Medina y al visitante Borja Sainz.

Incidencias: partido correspondiente a la 23ª jornada de Segunda División disputado en el estadio de El Toralín ante la presencia de 3.500 espectadores. Noche fresca en Ponferrada, con ocho grados al inicio del encuentro tras un día marcado por la lluvia intermitente. El césped presentó unas condiciones notables.

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Partido Ponferradina-Real Zaragoza, en directo
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