REAL ZARAGOZA

El VAR salva 4 puntos al Real Zaragoza tras siete errores arbitrales en el campo

Todas las revisiones del videoarbitraje en los partidos de los zaragocistas han rectificado decisiones fallidas de los árbitros sobre el césped, varias decisivas para no caer derrotados.

Gorostegui Fernández, festival de malas decisiones en Fuenlabrada. El árbitro vasco sancionó hasta tres jugadas claves en contra del Real Zaragoza que el VAR terminó rectificándole en la jornada 5. En la de la fotografía, espera a que le confirmen el penalti a favor del equipo aragonés que había ignorado. Vada prepara el lanzamiento.
Gorostegui Fernández, festival de malas decisiones en Fuenlabrada. El árbitro vasco sancionó hasta tres jugadas claves en contra del Real Zaragoza que el VAR terminó rectificándole en la jornada 5. En la de la fotografía, espera a que le confirmen el penalti a favor del equipo aragonés que había ignorado. Vada prepara el lanzamiento.
Enrique Cidoncha

El videoarbitraje, el popular VAR, está siendo una herramienta crucial en el primer tercio de esta liga 21-22 para que el Real Zaragoza no esté hundido en la clasificación y sumido en problemas de hondura en el terreno puramente deportivo. De no ser por los jueces de la instancia cibernética del fútbol moderno, el equipo zaragocista tendría seguramente a fecha de hoy cuatro puntos menos en su casillero, estaría en los límites de la zona de descenso y, con anterioridad, en las jornadas precedentes, habría sido penúltimo con un panorama realmente negro.

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Será difícil encontrar, en cualquier liga de primer rango en el mundo, un equipo al que todas las jugadas que han tenido que ser revisadas en las pantallas del VAR en Las Rozas (Madrid) durante sus partidos en las 15 jornadas transcurridas del torneo hayan concluido con la rectificación de las decisiones adoptadas por los árbitros de campo.

Son siete. Penaltis a favor, penaltis en contra y goles anulados concitan este racimo de pifias arbitrales llamativas, todas en contra del Real Zaragoza en un principio y solventadas in extremis vía televisión. En el fútbol pre-VAR, los blanquillos habrían perdido en Fuenlabrada –y por goleada–, habrián caído también en Gerona y hubiesen sido superados por el Mirandés en La Romareda.

El árbitro vasco Gorostegui Fernández (con sus asistentes), el primero que empezó el serial de marros garrafales con el Real Zaragoza de por medio, lo hizo con un recital de errores mayores en Fuenlabrada, en la jornada 5, cuando los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ obtuvieron un empate, 1-1, en una noche de nulo acierto ante el gol.

Esa noche, en el minuto 27 y ya con el 1-0 a favor de los locales recién anotado, Gorostegui dio por válido un gol de Diéguez que iba a ser el 2-0. El VAR le advirtió de que había una falta previa por empujón de Pulido a Narváez. Y lo tuvo que anular después de darlo. Ya en la segunda mitad, aún con el 1-0 vigente, el donostiarra vio penalti en un piscinazo de Zozulia en el área aragonesa en pugna con Eguaras. El VAR le recomendó anular su sanción y así lo tuvo que hacer ante la evidencia. Pudo haber llegado ahí otro gol fuenlabreño, de sentencia. Y en el 67, cuando el Real Zaragoza logró el empate por medio de Vada de penalti, Gorostegui no vio la pena máxima cuando un cabezazo de Azón dio en el brazo extendido de un defensor local. Se la había tragado... de no ser por el VAR. En el fútbol de antes, esto pudo ser un 3-0 tranquilamente, como se ve.

En Gerona, el canario González Francés (el del fútbol-playa) dio por bueno un gol de Aleix García para el Girona en el minuto 45, justo antes del descanso. No vio (tampoco su linier) que el jugador catalán se acomodó la pelota con el brazo. El VAR evitó el 1-0. Con arreglo al resultado final, 1-1, lo ocurrido fue susceptible de una derrota por 2-1 (aplicando simplemente las matemáticas, sin ponderar cuestiones anímicas o ambientales de desarrollo del guión del partido, siempre cruciales).

Ante el Mirandés, Nano marcó en la primera jugada, minuto 1, el tanto zaragocista. El árbitro vasco Sagués Oscoz (a instancias de su juez de línea) lo anuló por fuera de juego... que el VAR le dijo que no era tal. Sin videoarbitraje, aquel 1-1 ante los rojinegros bien pudo ser un 0-1 final.

Junto a estas cinco acciones que sí supusieron puntos a añadir en el balance del Zaragoza en la clasificación, otras dos jugadas de gran importancia fueron mal arbitradas en el campo por los jueces de turno, con yerros graves que el VAR recompuso en su debida mesura. Solo que, en estos dos casos, por diferente razón, no modificaron la suma de puntos de los de Jim.

Una, en el partido ante el Huesca en La Romareda. El penalti fallado por Álvaro Giménez en el minuto 82 diluyó la opción de poder reivindicar aquí para el VAR otros dos puntos más para el Zaragoza. Porque el árbitro extremeño Hernández Maeso vio fuera del área, y señaló simple golpe franco, la falta de Florián Miguel sobre el mismo Álvaro Giménez. El VAR la metió dentro, donde fue, e instó a que se tirase una pena máxima.

Y la otra, el pasado domingo, en el segundo gol zaragocista al Sporting. Nano marcó el 2-0 que, en primera instancia, el gallego Iglesias Villanueva (con su asistente) anuló por fuera de juego. No lo era, por mucho, y el VAR hizo justicia.

Resulta chocante tanta coincidencia en el error persistente con las jugadas claves del Real Zaragoza. Es un pleno. Todas al revés.  

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