Noveno empate en cadena de un Real Zaragoza que ganaba al Mirandés hasta el minuto 95

Los de Jim no saben ganar en casa, ni aun marcando Nano en el minuto 1 el 1-0. Brugué, en la última acción en un córner, hizo el 1-1 y mató la esperanza blanquilla.

Noveno empate encadenado, récord absoluto en el fútbol español. Séptimo partido en casa de la liga sin saber ganar. El Real Zaragoza desperdició la más clara opción de salir de su bucle tóxico, pues ganaba 1-0 en el minuto 95. Ahí, el Mirandés, que ya lo había merecido antes, igualó en un córner pésimamente defendido y mató la esperanza de Jim y sus muchachos, del zaragocismo en general. La crisis alcanza ya un valor superlativo, con un solo partido ganado de 13 jugados y, en firme, pisando los terrenos de descenso fuera del fútbol profesional.

Ideal se presentó el partido para el cuadro zaragocista: minuto 1, gol de Nano, su primero del curso. Se tardó casi tres minutos más en conocer su validez, pues el VAR tuvo que rectificar a un mal árbitro, el sempiterno en Segunda Sagués Oscoz, pues el vasco y sus asistentes de campo habían señalado fuera de juego tras el remate previo de Igbekeme que había tocado un central, al estilo de la histórica jugada de Mbappé en la final de la Liga de Naciones contra España. Pulido Santana, canario, torció la oreja a sus colegas y el Zaragoza salió del vestuario prácticamente ganando 1-0.

Jugada del gol del Zaragoza en el primer minuto de partido ante el Mirandés
Jugada del gol del Zaragoza en el primer minuto de partido ante el Mirandés
Toni Galán/Oliver Duch

Pese a semejante notición en La Romareda, el primer tiempo no fue bueno. Y, por poner lindes a lo ocurrido, no se fue al descanso 1-1 porque la diosa Fortuna jugó esta vez de blanco y azul. Camello cabeceó en la última acción, en el 47, un centro de Carreira en la última contra de un bisoño Mirandés y el balón, tras dar en el poste izquierdo, con Cristian Álvarez batido y en pose de estatua, entró en un 80% en el bote y, milagrosamente, salió hacia afuera y le fue a las manos al portero local, que rechazó con fortuna. El VAR, de nuevo, tuvo que verificar la jugada. Y no se demostró que fuese gol. Menos mal.

Entre un broche de apertura y el otro de clausura del primer periodo, dominio mayoritario del Zaragoza, con pocas luces a la hora de pisar el área de Lizoain, y algunos contraataques burgaleses que, en un par de ocasiones, estuvieron cerca de igualar el tanteo. Fue un juego lento, marcado en el cuadro local por el timonel, Petrovic (Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ dejó en el banco de nuevo a Eguaras y Zapater), que sin embargo fue útil con el marcador a favor desde la primera jugada. Es como si Jim supiera que iba a estar por delante enseguida. El serbio hizo buenos desplazamientos largos, manejó la pelota en pases de seguridad de primeras y dejó un trabajó lucido. Adrián González e Igbekeme, este la gran sorpresa en el once inicial volcado a la banda izquierda, también dejaron gotas de lustre, pero sin un corolario feliz nunca.

Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Oliver Duch | Toni Galán

El Mirandés probó suerte en el minuto 8 y en el 12, en su primera reacción ofensiva mientras el Real Zaragoza degustaba, sin atacar casi nada, su gol inicial. Álex López y Odei forzaron a Álvarez a intervenir con riesgo, el primero, y rozó el larguero de cabeza, el segundo. La primera réplica blanquilla la puso Petrovic en el minuto 20, en su única

Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Oliver Duch/Toni Galán

escapada al ataque, individual, que remató a modo de vaselina desde la frontal, alta por un metro. Fue ovacionado, por sorprendente. Los rojinegros seguían agazapados atrás, en busca de salir como tiros en cuanto recuperaban el balón en la medular. Íñigo Vicente tuvo en el 26 el gol del empate en su bota derecha, pero remató fuera, por poco, desde la corona del área un buen centro atrás de Simón. Este mismo jugador, en el 36, culminó fuera, al lateral de la red, una oportunidad cristalina de gol en una mala defensa zaragocista, ya en el área chica.

Jugaba más la pelota el Zaragoza, pero quien llegaba arriba con más olor a gol era el Mirandés. Pese a esta estructura de juego, que perduró todo el primer tiempo, Nano pudo hacer el 2-0 en un ataque individual en el minuto 38, con varios quiebros en carrera, sin decidirse a tirar a portería. Al final, le cedió el balón en el área a Francho, que le acompañó al final de la penetración, pero el canterano no pudo domar la pelota en se perdió el gol en el limbo. Es una muestra más de lo que le cuesta a este equipo generar jugadas potables en el área rival.

Después del susto del poste postrero de Camello y con el buen paladar del prematuro 1-0 que perduró hasta el intermedio, los dos equipos afrontaron el refrigerio con espectativas positivas. Jim quitó del campo a Adrián González y al tarjeteado Chavarría. Metió a Zapater y a Nieto, para asegurarse dinamismo y evitar riesgos de expulsión. Y el juego se reanudó con el mismo formato. Dominio zaragocista sin llegar al área casi nunca con el balón controlado y bien combinado, y un Mirandés en plan acordeón, atrás por defecto y en busca siempre de salir en aluvión tras un robo. La primera jugada destacable la firmó de nuevo Camello en el 53, de cabeza, y Cristian tuvo que responder con una palomita para atajar junto al palo derecho el balón, que iba a cámara lenta pero dentro.

Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Oliver Duch/Toni Galán

Álvaro Giménez, que intentó mejorar unas bajas prestaciones un día más en punta, estuvo cerca del gol en el 62, a centro raso de Zapater, pero se le anticipó Lizoain en un remate poco ortodoxo. A continuación, Francés salvó con falta una colada del rápido Camello, casi haciendo penalti. Lo soltó justo el la frontera del área y la falta no tuvo consecuencias. Los minutos pasaban sin que ninguno de los dos equipos definiese un modo concreto de juego. El Zaragoza, confiando en su ventaja. El Mirandés, demasiado improvisado en su formato, con cierto talento desaprovechado en chicos como Íñigo Vicente, Simón o el referido Camello.

En el 68, Cristian Álvarez evitó el empate en un paradón abajo, junto al poste, tras un chut raso y venenoso del intencionado Íñigo Vicente. El cuadro castellano metió dinamita con Riquelme y Gelabert, como era natural en la recta final del choque. En el Zaragoza, Nano pidió el cambio por problemas físicos y se volvió a ver al panameño Yanis. El portero zaragocista, que ya era la figura del partido por méritos propios, se erigió en salvador en el 77, al evitar un golazo de Carreira, lateral que voleó en el área de primeras un centro largo que nadie defendió. La afición blanquilla estalló a protestas contra el equipo en ese instante. Se mascaba la tragedia de un nuevo empate, se olisqueaba que la primera victoria como locales del curso podía volar por la histeria que mostraba el equipo progresivamente.

Como estaba cantado desde hacía más de una hora, el colofon del partido se iba a dirimir entre sudores fríos, gotas de sangre y taquicardias entre los zaragocistas. El Mirandés achuchó de lo lindo y Jim tuvo que apuntalar el equipo atrás. El último tramo de 15 minutos fue una Puerta del Carmen en toda la regla. En el 88, Riquelme perdonó al Zaragoza en un mano a mano claro tras pared con Camello. Remató alto, solo delante de Cristian. Resopló al unísono La Romareda entera, cimientos incluidos. Y, para que todo fuese más épico, el caprichoso donostiarra Sagués Oscoz, dio 7 minutos de añadido, sin razón aparente para ello. Incomprensible.

Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Partido Real Zaragoza - Mirandés en La Romareda
Oliver Duch/Toni Galán

Y la desgracia que persigue a este Real Zaragoza lleno de máculas y carencias a todas caras se esperó tras la esquina del minuto 95 para actuar. Ahí llegó el 1-1, que supo a derrota. Brugué aprovechó a quemarropa un error garrafal en la defensa blanquilla a la salida de un córner. Error capital, pecado mortal. Inaceptable. La falta de calidad destilada desde hace tres meses se hizo realidad en una simple acción para dejar al equipo al descubierto. Nueve empates consecutivos. Diez en 13 jornadas de liga. Muerte dulce, por dióxido de carbono, inodora, incolora, pero letal. Siete partidos en La Romareda y ni una sola victoria, ya pisando noviembre. Lo nunca visto en Segunda División. Lo que parecía anécdota al principio, broma para algunos cuando los empates afloraron, ahora es ya tragedia en ciernes. Qué falta de previsión, qué nula capacidad de autocrítica. Ahora, ver lo que sucede, lo hace hasta un invidente. Con un solo triunfo en el balance total, es imposible mantenerse en Segunda División a largo plazo. Asúmase. La cosa no está para actos de fe ni bravatas.

Jugada del gol del Zaragoza en el primer minuto de partido ante el Mirandés
Jugada del gol del Zaragoza en el primer minuto de partido ante el Mirandés
Toni Galán/Oliver Duch

Ficha del partido:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Lluís López, 82), Francés, Jair, Chavarría (Nieto, 46); Petrovic; Igbekeme (Bermejo, 80), Francho, Adrián González (Zapater, 46), Nano (Yanis, 69); y Álvaro Giménez.

CD Mirandés: Lizoain; Carreira, Arroyo, Odei, Letic; Meseguer, Álex López, Oriol Rey (Riquelme, 68); Íñigo Vicente (Brugué, 86), Simón Moreno (Gilabert, 68); y Camello.

Árbitro: Sagués Oscoz (Comité Vasco). Amonestó a Íñigo Vicente (14), Nano (14), Chavarría (28) y Petrovic (86).

Goles: 1-0, min. 1: Nano. 1-1, min. 95: Brugué.

Incidencias: Noche agradable en Zaragoza, con 18 grados al inicio del choque, después de un día lluvioso y muy húmedo. Llovió con fuerza desde el minuto 60 en adelante. Alrededor de 13.800 espectadores en las gradas. El césped de La Romareda, por ello, estuvo muy rápido y blando.

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Partido Real Zaragoza-Mirandés, al minuto
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