Si Álvaro Giménez, uno de los delanteros nuevos del Real Zaragoza este año, está gafado ante el gol, el caso de su colega de vanguardia, Nano Mesa, multiplica por dos el asunto paranormal: además de no anotar ante las porterías rivales atraviesa por una fase de infortunio físico sin precedentes. Nano, el lunes por la noche tras el partido frente al Huesca, debió acudir al hospital para ser sometido a pruebas radiológicas para verificar si tenía o no fractura ósea en el antepié derecho la zona del empeine, en el nacimiento de los dedos), tras haber recibido un duro pisotón de un defensor oscense en la primera parte.

Nano, que fue suplido en el descanso al comprobarse que tenía una herida incisocontusa en la zona, recibió varios puntos de sutura en el mismo vestuario blanquillo antes de salir de La Romareda.

Una semana antes, el tinerfeño también fue relevado en el intermedio del duelo ante el Oviedo al sentirse indispuesto, desvanecido, y alarmar a los médicos por su reacción motora en ese momento. De hecho, quedó ingresado 16 horas en el Clínico y pasó aquella noche monitorizado bajo control de los especialistas.

Ni entonces se le encontró nada serio, ni ahora hay afección en el ningún metacarpio. Solo la brecha, que necesitará días para cerrarse y permitirle calzarse las botas con normalidad. Su concurso en Málaga, por lo tanto, es dudoso el próximo sábado.

Eguaras  y Francho, nada grave

En el partido contra el Huesca, también se observó a Eguaras marcharse del campo en el minuto 91, relevado por Petrovic, echándose mano a la ingle derecha. Pareció quejarse de un problema de aductores que, pasadas 24 horas, ha quedado en falsa alarma. Una mera sobrecarga, sin más.

Por su parte, Francho Serrano, que volvió prematuramente de su estancia con la selección sub-21 de españa por un traumatismo en la rodilla derecha del que fue analizado radiológicamente en Madrid, evoluciona bien en las primeras horas de recuperación.