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El Real Zaragoza tampoco gana al Oviedo: empate a cero en La Romareda

El equipo de Jim, de nuevo revolucionado en su once inicial y en sus cambios, no ve puerta, genera menos fútbol y toca la crisis por su clasificación.

Cuarto partido en La Romareda, cuarto partido sin victoria del Real Zaragoza, que solo conoce el triunfo una vez en ocho jornadas. El equipo de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ tiene problemas serios de praxis futbolística, no mete goles, juega con espesura, no gobierna los partidos como debe y, sobre todo, no sabe ganar. El Oviedo, un equipo bien plantado y con veteranía, se llevó otro empate del estadio zaragozano al sujetar el 0-0 inicial. Los blanquillos, tras este nuevo tropiezo, traspasan la línea que define un mero mal comienzo de liga con el del inicio de una crisis de marcadores, puntos y personalidad.

Una roca fue el Oviedo para el cuadro zaragocista, ya desde la primera parte. No lograron casi nunca los de Jim imponer su ritmo y estilo y todo fue a empujones, con improvisación. La nueva revolución del técnico blanquillo, como el otro día en Lugo, tampoco dio resultados efectivos de entrada. Ni Vada entre líneas, estrenando titularidad, ni Nano por la izquierda en vez del ausente -otra vez- Narváez, ni el repescado Bermejo por la derecha, ni Azón como referencia, pudieron conciliar algún rato serio de acoso al área de Femenías. El esquema fue un 4-2-3-1 flexible y el doble pivote, Eguaras-Zapater (dejó fuera a Francho) se mostró errático en la distribución, lento, con errores serios en la salida desde atrás de ambos centrocampistas. Tampoco funcionó el balón parado, con córneres y faltas laterales en corto, larguísimas de ejecución, sin veneno final.

Lo asturianos, el equipo mejor armado de cuantos han pasado por ahora por La Romareda, pudieron adelantarse nada más empezar, pero Borja Sánchez erró un remate fácil, entrando en carrera en el área tras dejada en el minuto 3 de su tocayo Bastón, que echó alto junto a la escuadra izquierda. Ahí pudo haber cambiado el partido, para mal de los aragoneses. El equipo de Jim trató de jugar el balón, pero le cuesta un mundo cuando los de enfrente le enciman como lo hicieron los de Ziganda, una tela de araña permanente en todas las zonas de campo. Vada, en el 10, ejecutó el primer chut a puerta, desde lejos, fuera rozando por alto el palo derecho. Zapater resolvió sin tino un lío monumental en el borde del área en el 16, chutando mal, alto. Parecía que el Zaragoza quería despertar ahí, en esa fase, con Gámez subiendo bien la banda pero dando mal el último pase siempre.

Respondió el Oviedo de nuevo con un incisivo Borja Sánchez, que le hizo un sombrero a su marcador, el citado Gámez, y voleó por encima del larguero con intención en el 22. De nuevo se salvó el Zaragoza del disgusto mayor de encajar el 0-1. Vada tuvo dos balones en sendas acciones aisladas para haber hecho algo más que pifiarla. En el 23 falló a bocajarro un centro de Gámez, aunque era fuera de juego (el VAR habriá entrado de lleno de ser gol, como debió ser). Y en el 27, el argentino, en el punto de penalti, remató alto, fatal, otro centro de Zapater en busca de alguien. Porque los centros al área del Zaragoza son más al tuntún, por rutinas, que con una búsqueda precisa de algo.

Un tirín de Bermejo (de los suyos) en el 34 desde media distancia puso punto final a una serie de llegadas fofas del Real Zaragoza en la primera parte ante un Femenías que no sufrió apenas, como su zaga. Y al descanso se fueron los 22 protagonistas con la misma sensación del inicio: el Oviedo estuvo cerca de adelantarse en el marcador con una acción de Viti, solo en el área tras un boquete en la defensa local, que acabó rematando fuera, muy mal, con todo a su favor. El 0-0 del intermedio no era malo para los de Jim. Llegaron menos que ningún día al marco rival. Y les faltó iniciativa porque el Oviedo los taponó bastante bien en la zona medular.

Francho daba dinamismo. Yanis, cositas técnicas en zonas lejanas. No lo suficiente para dominar a un Oviedo de hierro.

Jim lo vio con claridad. Necesitaba cambios. Dejó en la ducha a Zapater para meter a Francho y también prescindió del acelerado Nano (sigue sin ver puerta, ni remató esta vez) para hacer debutar al panameño Yanis. La reanudación, tras un breve tanteó, empezó con una falta lanzada mal por Vada al borde del área. Y los minutos empezaron a pasar sin nada relevante. Con los laterales, Chavarría y Gámez, centrando siempre al muñeco. El público, con enormes ganas de animar, supo que había que echar una mano a un equipo, el de Jim, al que le cuesta retomar los partidos en las segundas mitades. El ambiente superó al juego en volumen y calidad. Pasar, pasar, no pasó mucho sobre el césped. El Zaragoza empezó a ser el querer y no poder de los días previos ante el Ibiza, el Cartagena o la Real Sociedad B. Al menos, en los primeros 20 minutos del segundo periodo, el Oviedo llegó poco cerca de Cristian Álvarez. Ziganda aculó a los suyos en pos de guardar la portería a cero como primera premisa. Riesgo cero. Segunda División en estado puro.

Hasta el minuto 66 no logró hilvanar una ocasión de peligro el equipo aragonés. Bermejo, mejorado respecto de su mal primer tiempo, lanzó un centro-chut cerrado desde el lateral del área, ya dentro de ella, y rozó el palo por fuera. Francho daba dinamismo. Yanis, cositas técnicas en zonas lejanas. No lo suficiente para dominar a un Oviedo de hierro. Jim puso en juego a Narváez, la bala de plata que tenía en el banquillo, a falta de poco más de 20 minutos, y retiró a Azón, todo pelea pero sin remate. Los visitantes refrescaron la media y el ataque, con la aparición del exzaragocista Pombo. La recta final del partido era una tómbola sin ganador previsible. El triunfo estaba escondido en cualquier sobre sorpresa, si es que alguien era capaz de romper el 0-0.

Álvaro Giménez suplió a Vada en el 76, justo después de que el argentino fallase una ocasión en el área, rematando en mala posición, precipitado. Jim tenía en el campo a los dos delanteros presuntamente titulares de esta plantilla. Empezó ahí una fase, ahora sí, de acoso a la desesperada sobre Femenías. Y Jair, tras una falta colgada, erró un gol incomprensible, al quedarle el balón muerto en el área pequeña y regalarle el balón al portero rival como si de un pase se tratara. Era el minuto 80 y era para pellizcarse ante esa decisión del zaragocista. Aún entró al final Adrián González en busca de la clásica bruja buen por parte de Jim con el madrileño. Esta vez, tampoco se halló ninguna, si es que la había en la decepcionada Romareda.

Es más, como siempre, al revés de lo debido, el tiempo de aumento, 4 minutos, se jugó más en el terreno zaragocista que en el área ovetense. No hay un plan para atacar con personalidad en esos minutos donde tantos puntos ganan otros. El equipo es un flan, un ectoplasma futbolístico. Incapaz de ganar a nadie. Sin gol. Con síntomas que, ya desde este punto, permiten extraer alguna que otra conclusión. Y no es buena. La palabra crisis, tan temida pero tan firme en Zaragoza cuando llega octubre, ya está aquí. Con paciencia o sin paciencia. Con alarmas o sin alarmas. Es hora de pararse en seco a pensar qué hacer. Así, esto no va a ningún sitio bueno.

Resumen en vídeo del partido

Partido Real Zaragoza-Oviedo, en imágenes
Partido Real Zaragoza-Oviedo, en imágenes
Toni Galán

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Eguaras, Zapater (Francho, 46); Bermejo (Adrián González, 88), Vada (Álvaro Gimenez, 76), Nano (Yanis, 46); y Azón (Narváez, 68).

Real Oviedo: Femenías; Lucas, Costas, Dani Calvo, Mossa (Arribas, 83); Jimmy, Brugman (Matheus, 83); Borja Sánchez (Javi Mier, 69), Jirka (Montiel, 57); Viti (Pombo, 69) y Borja Bastón.

Árbitro: Milla Alvendiz (Comité Andaluz). Amonestó a Eguaras (19), Dani Calvo (36), Jimmy (53), Mossa (57), Brugman (79), Matheus (85), Narváez (88) y Costas (88).

Goles: No hubo.

Incidencias: Tarde calurosa en Zaragoza, con 27 grados y un ligero viento cálido. El césped de La Romareda presentó un buen estado. En las gradas, en el primer día de liberalización absoluta del aforo de los estadios, hubo alrededor de 17.000 espectadores.

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Partido Real Zaragoza-Oviedo, en directo
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