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El historial del Real Zaragoza contra los rivales canteranos crece en Segunda

Los nueve años seguidos en la categoría de plata provocan que el equipo zaragocista afronte ya este sábado el noveno duelo de liga con un filial en La Romareda en este periodo moderno. 

Javi Ros y Buff, entonces titulares del Real Zaragoza, en el último partido jugado en La Romareda ante un filial, el Barcelona B, en la lluviosa noche del 6 de enero de 2018.
Javi Ros y Buff, entonces titulares del Real Zaragoza, en el último partido jugado en La Romareda ante un filial, el Barcelona B, en la lluviosa noche del 6 de enero de 2018.
José Miguel Marco

La Real Sociedad B será este sábado el quinto rival canterano del Real Zaragoza en esta época moderna, que alcanza ya nueve años consecutivos en Segunda División. Antes, en esta década de calvario, la división de plata ha traído a La Romareda al Sevilla Atlético, al Barcelona B, al RM Castilla y al Bilbao Athletic. Los filiales sevillistas y barcelonistas lo hicieron en tres ocasiones cada uno de ellos. Los madridistas y bilbaínos, solo una vez. Será, por lo tanto, el noveno enfrentamiento contra un filial de un club de Primera División en el estadio municipal zaragozano.

El balance de resultados, a pesar del habitual favoritismo de un histórico y grande –por nombre y estructura de club– como el Real Zaragoza cuando llegan estos eventos atípicos, no es bueno para los blanquillos y, por ello, da la razón al aviso de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ sobre el riesgo de patinazo que existe ante las promesas donostiarras.

El cuadro zaragocista ganó solo tres de los ocho duelos de este perfil. Empató uno. Y perdió cuatro. Esta todo tan fresco que es de sencillo recuerdo.

Las tres victorias fueron claras: 4-0 al Sevilla Atlético en 2009, el año de Marcelino García Toral; otro 4-0, ya en este periodo aún vigente sin salir de Segunda, en 2015, frente al Barcelona B de Eusebio Sacristán; y un 2-0 en 2016 infligido al Bilbao Athletic de Cuco Ziganda. El empate se dio en el último, cronológicamente, que ha vivido La Romareda hasta mañana: en la noche de Reyes de 2018, un 1-1 frente al Barcelona B bajo un diluvio tremendo.

Y los cuatro batacazos zaragocistas ante equipos de matriz juvenil fueron frente al RM Castilla en 2014, por 0-2; apenas quince días más tarde se repitió otro 0-2 frente al Barcelona B; y el Sevilla Atlético asaltó La Romareda dos veces seguidas, por 1-2 en 2017 y 0-1 en 2018.

Son partidos anormales, de imposible clasificación en los parámetros ordinarios de un equipo tradicional que, por lo que sea, milita en Segunda División. Los filiales son grupos emergentes de gente joven, sin presión, libres de prejuicios. Un peligro enorme para quienes se juegan la vida.

En estos episodios se vio por Zaragoza a chicos ‘desconocidos’ como Adama Traoré, Abel Ruiz, Lucas Vázquez, Munir, Unai López, Halilovic, Aburjania, Cucurella, Pozo... (todos internacionales después, varios con España). Otros fueron luego fichajes blanquillos: Willian José, Jaime, Burgui, Cabrera, Dongou, Bagnack, Bedia, M. Gual, Álex Muñoz...

En tiempos pretéritos, cuando un filial venía a Zaragoza –en Copa podían jugar– solía ser goleado (ver cuadro). Ahora, los tiempos son otros. Mucho ojo.

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