La jornada del martes, todo el día de ayer, concluyó sin la consumación de ningún fichaje de los dos que, cuanto antes, quiere cerrar el Real Zaragoza para su mecanismo atacante.

Toda la atención del área deportiva, con Miguel Torrecilla al frente, se centró en los dos futbolistas que en las últimas fechas ocupan el lugar preferente para poder consumar sus cesiones: Cristo González, delantero del Udinese italiano, y Hugo Duro, punta del Getafe. Fueron 18 horas largas de negociaciones, tanteos y recepción de sensaciones que, lejos de acumular datos positivos, terminaron a última hora de la noche con la percepción de problemas en ambos casos.

Cristo, de 23 años, ex del Mirandés, Huesca, Real Madrid B y Tenerife, que confirmó que sí va a salir del Udinese –hasta el domingo existió la posibilidad real de que su entrenador, Luca Gotti, se lo quedase dentro de la plantilla del equipo de la Serie A del Calcio–, circunstancia que en principio era pasaporte favorable para considerar que su cesión al Real Zaragoza estaba próxima, puso encima de la mesa durante la tarde una oferta del Real Valladolid. Los pucelanos consumaron finalmente a las 18.00 el traspaso del delantero centro brasileño Marcos André al Valencia (no jugó el viernes frente al Zaragoza en previsión de que se cerrase este traspaso por 8 millones de euros) y, automáticamente, entraron en la puja por Cristo.

En el cuerpo a cuerpo entre la entidad zaragocista y el Valladolid de Ronaldo Nazario, financieramente hablando, el club aragonés no tiene apenas opciones de entrar en ninguna puja. Solo la voluntad de Cristo González podría dar un vuelco a los pronósticos que, en la medianoche pasada, consideraban que su destino, en la disyuntiva existente, va a ser el equipo del José Zorrilla que, además, va a obtener más dinero líquido pues aún tiene algún traspaso más por consumar en una plantilla, la actual, en la que tiene en nómina a 33 futbolistas.

Por su parte, la situación de Hugo Duro en el Getafe terminó por inspirar poca confianza en poder recibirlo en el Real Zaragoza como cedido, como es pretensión de Torrecilla. El joven delantero getafense (es de allí y está muy arraigado en su pueblo), de 21 años, no tiene claro aún si va a salir cedido finalmente o, por el contrario su entrenador, Míchel González (el padre de Adrián, el ‘8’ zaragocista) va a mantenerlo en el primer equipo azulón. Esa decisión parece quedar expuesta a lo que ocurra en el vestuario del Getafe de aquí hasta el último momento del mercado, en la medianoche del martes 31 de este mes de agosto, en menos de ocho días.

Y, sabido es, el Real Zaragoza no está para arriesgar a quedarse ahogado por ningún jugador pretendido. No puede esperar al vértigo del último minuto.

Nuevas opciones y mercados

Los ejecutivos zaragocistas, por todo esto, se acostaron anoche sabiendo que hoy miércoles han de abrir con premura otras opciones y, seguramente, otros mercados. En el repertorio de jugadores españoles o que conozcan a la perfección la liga española y el idioma –en el caso de que sean extranjeros, como es el caso del serbio Petrovic, uno de los refuerzos ya ejecutados–, los delanteros que gustan, por un lado, y/o los que quedan al alcance económico de las arcas del Real Zaragoza a 25 de agosto de 2021, por otro, es muy reducida. Y Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, el entrenador blanquillo, ya advirtió durante el verano que «no se va a fichar por fichar», sino que «quienes vengan será porque quieren venir y porque van a hacer un equipo muy competitivo».

El caso de Cristo tiende a solventarse en breves horas, con las expectativas zaragocistas disminuidas tras lo acontecido ayer. El de Duro, se va a quedar arrinconado por indefinición del Getafe.

Torrecilla está abocado a abrir la compuerta de otras ligas, de jugadores con un perfil más de apuesta, a base de olfato para adaptar a España a algún delantero que llegue de otro país.