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El verano de Torrecilla

El director deportivo asume su primer proyecto completo obligado a una renovación de la plantilla.

Miguel Torrecilla, director deportivo del Real Zaragoza.
Miguel Torrecilla, director deportivo del Real Zaragoza.
Oliver Duch

Arrancó este jueves, oficialmente, el mercado de fichajes en el fútbol español. De la mano del 1 de julio, se abrió definitivamente la ventana para inscribir nuevos jugadores en los equipos de Segunda División. Es tiempo de directores deportivos, llamadas, negociaciones y mercado. 

En clave zaragocista, es el verano de Miguel Torrecilla. El momento para el primer proyecto completo del ejecutivo salmantino, que aterrizó en la capital aragonesa el pasado mes de diciembre y, sin apenas tiempo de maniobra, apostó por la elección de Juan Ignacio Martínez, un técnico de su confianza, para el banquillo. Aquel es, hasta ahora, su gran acierto en el Zaragoza. Jim obró el milagro de la permanencia, ganándose su continuidad, mientras que Torrecilla, que firmó por año y medio, afronta ahora su gran reválida.

En un escenario complejo, de incertidumbre, el director deportivo está trabajando estas semanas en el diseño de una renovada plantilla, que contará con importantes novedades con respecto al curso anterior. Torrecilla negocia con diferentes futbolistas, al tiempo que aguarda una resolución definitiva de la compraventa del club. En este sentido, la idea del director deportivo es poner su cargo a disposición de la nueva propiedad, aunque la intención inicial del grupo inversor que negocia la compra de la entidad es apostar por su continuidad y la de Juan Ignacio Martínez, que anteayer ya analizó en los medios oficiales de club el nuevo calendario del Zaragoza.

Por eso, Torrecilla lleva días ideando una importante regeneración del vestuario para reformular así la que será la primera plantilla con su sello propio en el Real Zaragoza. De momento, ya se han confirmado las salidas de todos los cedidos que jugaron el año pasado en el equipo (Gabriel Fernández, Zanimacchia, Tejero, Álex Alegría, Sanabria y Peybernes), mientras que el club busca acomodo a jugadores como Vuckic, Larrazabal, Ratón, Ros o Atienza. Son piezas, la mayoría, con fichas elevadas y con los que no cuenta Jim para iniciar el nuevo proyecto. Además, la venta de Juanjo Narváez apunta a ser la gran salida del verano, con una tasación cercana a los cuatro millones de euros y por el que ya han preguntado el Elche, el Granada y el Espanyol. 

También Chavarría tiene interés de equipos de Primera, mientras que los nombres de Francés, Francho y Azón son seguidos de cerca por diferentes secretarías técnicas de la élite. Así, el número de salidas rondará o superará la docena, una cifra que Torrecilla estará obligado a compensar con fichajes de calidad que conformen la nueva columna vertebral del Zaragoza.

Es seguro el regreso de Lasure y Clemente tras sus respectivas cesiones al Leganés y el Logroñés. Especialmente delicada es la situación del lateral, que se recupera de un tumor testicular. Torrecilla desea también el retorno, ya en propiedad, de Peybernes. El central completó un notable tramo final de curso y, con un año más de contrato con el Almería, se negocia su regreso. Para el resto de líneas, Torrecilla estudia diferentes opciones que deberán cristalizar los próximos días, al tiempo que se despeje la incertidumbre de la SAD.

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