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La permanencia del Real Zaragoza: seis puntos de renta, con nueve en juego

El equipo aragonés acaricia la salvación a falta de solo tres jornadas para acabar la liga. El jueves recibe al Castellón, cita en la que podría sellar ya la salvación matemática.

Los jugadores del Real Zaragoza están ya en disposición de sellar matemáticamente la permanencia en la categoría.
Los jugadores del Real Zaragoza están ya en disposición de sellar matemáticamente la permanencia en la categoría.
Guillermo Mestre

La victoria en la noche sabatina en Las Palmas, mezclada en la coctelera con los resultados de los demás implicados en la amplia zona baja de la clasificación en la 39ª jornada, ha colocado al Real Zaragoza muy próximo a su anhelo de obtener la permanencia en Segunda División tras su abrupto curso 20-21. El 0-2 logrado por los de Juan Ignacio Martínez en Canarias ha venido a ser ese paso previo, la necesaria antesala que precede siempre a un logro postrero largamente peleado en cualquier disciplina deportiva.

Las coordenadas de situación son hoy, ahora mismo, altamente favorables. El Real Zaragoza, con 47 puntos, llega a las últimas tres jornadas con seis puntos de distancia sobre la primera plaza que acarrea el descenso de categoría, la 19ª, que la ocupa el Logroñés con 41. Seis puntos, con solo nueve en juego. Un colchón de seguridad que tiene hechuras de poder ser definitivo en positivo. Solo un final catastrófico para los aragoneses lo pincharía del todo.

En la inminente antepenúltima estación liguera, en jornada intersemanal (la 40º), los zaragocistas reciben el jueves en La Romareda al Castellón, duelo directo en ese pelotón que lleva ocho meses riñendo a brazo partido por sobrevivir. Un triunfo del Zaragoza supondrá el sello y el lacre definitivo a la permanencia un año más en Segunda, diluyendo por completo el riesgo letal de caerse del fútbol profesional.

Un fin de semana frenético

El Real Zaragoza alcanzó a las 11 de la noche del sábado los 47 puntos. Lo hizo en un momento donde se mezclaban sabores más agrios que dulces respecto de las rentas logradas por algunos de los rivales en la zona del descenso/salvación. Había sido muy bueno que el Castellón perdiese poco antes por 0-2 ante la Ponferradina. Pero, asimismo, se habían consumado dos petardazos que ponían a los zaragocistas en situación peligrosa, materialmente y también en lo anímico: el Cartagena ganó 0-2 al líder –y ya ascendido a Primera– Espanyol, y el Lugo remontó al Mirandés para aferrarse a la vida con un 2-1 in extremis a base de dos penaltis polémicos. Los cartageneros, con 45 puntos, pasaban momentáneamente en la clasificación a los de Jim. Los lucenses, con 40, amenazaban el futuro por pura álgebra.

Por eso, la victoria del Zaragoza fue oro puro, mano de santo, en ese tenso y áspero partido en Las Palmas. El regreso en el avión de madrugada desde Gran Canaria fue feliz, lleno de satisfacción por el deber cumplido. Toda la madrugada, hasta más allá de las 5.00 del domingo, momento en el que los miembros de la expedición llegaron a sus casas y pudieron acostarse con el dulce rumiar de una victoria tan decisiva a corto plazo.

Domingo redondo

El arqueo de caja satisfactorio para los intereses del Real Zaragoza tuvo lugar durante la tacada de partidos del domingo. Un día redondo esta vez, pues todos sus adversarios frontales se estrellaron, uno tras otro: perdió 0-2 el Sabadell con el Tenerife, cayó el Alcorcón 2-0 en Mallorca y el Logroñés fue derrotado anoche por el Leganés por 3-0 en el último duelo de la jornada dominical.

Este frenazo total, en seco, ocurrido sumultáneamente en cuatro de los rivales claves para abrir brecha a favor desde el prisma del Real Zaragoza (Sabadell, Logroñés, Castellón y Alcorcón perdieron por primera vez al unísono este curso), aumenta el valor de los tres puntos de Las Palmas. La salvación está ahí mismo, a mano. El único que puede complicar las cosas ya es... el propio Zaragoza. 

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