Real Zaragoza: una ventaja de cuatro puntos para administrar en seis jornadas

Llega el fútbol de mayo. Sinónimo de que ya no va más, de que el juego es ya definitivo. Y el Real Zaragoza, como estaba cantado desde hace muchos meses tras un curso, el 20-21, lleno de deficiencias e infinidad de avatares adversos en su día a día, llega a la recta final del torneo apurado, con la permanencia en la categoría aún por confirmar matemáticamente.

Tienen los blanquillos cuatro puntos de ventaja sobre la línea fatal del descenso: 42 ellos por 38 el Alcorcón, que ocupa la primera de las posiciones que llevan a la catástrofe, la 19ª. Un colchón de seguridad que, sin ser grande, sí permite cierta holgura visual en la clasificación, efecto que disminuye la tensión cardiaca y atenúa los vértigos que tienen los que, bien están ahora mismo en puestos letales (Albacete, Sabadell, Lugo y Alcorcón), o bien se asoman a la misma cornisa del abismo sin apenas margen de error, a tiro de un solo partido de meterse de nuevo en las arenas movedizas de infaustas consecuencias: Cartagena, Castellón y Logroñés.

Nada está decidido y el riesgo sigue siendo importante. Pero el Real Zaragoza llega al esprint definitivo ubicado en mejor lugar que siete de sus adversarios en pos de la vida, de no perder el estatus en el fútbol profesional. Solo el Oviedo, que tiene un punto más que los aragoneses, ve las cosas con una pizca más de alivio mental dentro de la zozobra.

Cinco semanas para el veredicto

La liga de Segunda División se acaba en solo cinco semanas, un reducido marco temporal que va a acoger las últimas seis jornadas –una, la antepenúltima, será intersemanal– y, en ellas, los 18 puntos cruciales que cada equipo va a disputar en pos de sus objetivos. En este punto del camino, son hasta nueve los implicados de manera clara e inevitable en el descenso a Segunda B (Primera Federación a partir del curso que viene, tras la remodelación que va a tener lugar en las categorías semiprofesionales en el fútbol español).

A la jornada de este fin de semana, la 36ª, aún le restan los dos partidos de hoy lunes, en los que juegan los dos últimos clasificados: el colista Albacete, que visita Vallecas ante un Rayo que está en suelo de promoción de ascenso a Primera, y el penúltimo, el Sabadell, que será local ante el Mallorca, segundo y con el billete del ascenso directo a su alcance. La desventaja que tienen albaceteños y sabadellenses facilita, al margen de los marcadores de hoy, el análisis de lo que van a ser las seis jornadas postreras, las decisivas para los nueve implicados en el lío del furgón de cola.

Los histéricos, los nueve citados, son casi la mitad de la división y eso va a generar un alboroto constante jornada a jornada en lo sucesivo. Cuatro de ellos descenderán y estarán ante un futuro duro e incierto a corto plazo. Y cinco se salvarán, obteniendo así una nueva oportunidad del destino para rehacer su camino, para rectificar sus muchos errores de planificación y puesta en escena en este fútbol tan extraño que la pandemia de covid ha generado.

Las referencias zaragocistas

En estos 18 puntos totales que faltan por dirimir, el Real Zaragoza tiene diferentes referencias que le van a ayudar a administrar la pequeña ventaja con la que cuenta hoy. El objetivo supremo, como el de los otros ocho colegas de guerrilla por la supervivencia, es conseguir que haya cuatro peores el último día, el 30 de mayo. Ahí, en esas cuentas, el Zaragoza ya sabe que tiene 10 puntos más que el Albacete (pueden ser siete u ocho esta noche), ocho más que el Sabadell (podrían ser cinco o seis hoy). Le saca seis puntos al Lugo, su próximo rival, el viernes en campo gallego. Y cuatro al Alcorcón, que es el que ostenta ahora el primero de los puestos mortales de necesidad, el cuarto por la cola, el 19º escalón de una tabla incandescente a más no poder.

El Real Zaragoza no puede permitir que el Albacete le saque, le reste, la mitad de los puntos que quedan por disputarse. Eso suena a barbaridad. Y lo mismo se antoja que el Sabadell pueda recortarle a los zaragocistas casi la mitad de los 18 puntos que todos van a pelear en el epílogo liguero.

Pero esta apreciación, esta tesis, solo dejaría a dos de los de abajo semidescartados, cuando lo que se requiere es que sean cuatro. Y ahí llega el momento de las calculadoras, de la revisión de los calendarios de unos y otros, cuestión esta fundamental para los pronósticos. ¿Quiénes pueden ser los dos que faltan?

El tercero por la cola es el Lugo, que está obligado a limarle seis puntos a los blanquillos en los 18 a litigar hasta la conclusión del torneo. Y ahí viaja el Real Zaragoza para jugar el viernes una auténtica final. De ganar, los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ saben que darán un paso adelante de honda repercusión en la resolución del descenso, hundiendo a los galaicos y, de lograr ese vital triunfo, saliendo a flote los aragoneses con ademanes casi definitivos. Pero, de no darse ese ‘2’ en la quiniela en el Anxo Carro, las cábalas se enrevesarán como un jeroglífico egipcio gigantesco.

La pieza clave, la que se asienta en la fronteriza y decisiva plaza 19ª, que hasta esta jornada era el Cartagena, ha pasado ha ser el Alcorcón, pues los murcianos derrotaron al Logroñés el sábado en Las Gaunas para huir de la quema y agitar con nitroglicerina la zona baja de la tabla. Si el Zaragoza logra mantener los actuales cuatro puntos de ventaja con los alcorconeros (que son cinco con el ‘golaverage’ favorable a los aragoneses) en el manejo de los últimos 18 puntos de la liga, la misión de salvar el futuro de la SAD estará casi certificada. Este es el factor más determinante a fecha de hoy.

Los tres puntos de ventaja del Zaragoza con el Cartagena; los dos que le saca al Castellón y al Logroñés; e, incluso, el de desventaja que puede voltear el equipo de Jim respecto del Oviedo en cualquier momento, también entrarán en danza si nadie es capaz de abrir brecha hacia adelante y, a la vez, los de abajo no se atascan fatalmente enseguida.

Nueve duelos directos claves

De los 66 partidos de liga que faltarán desde esta noche, 45 los disputarán los nueve del vagón de cola. No son 54, como la primera impresión matemática invita a creer, porque hay nueve que jugarán directamente entre ellos. Ahí radica gran parte de la solución a este galimatías de descenso. De la mezcla de esos resultados.

El Castellón y el Lugo afrontan tres de ese perfil, la mitad de su repertorio. Los castellonenses van a pelear cara a cara con el Logroñés, el Cartagena y el Real Zaragoza. Y los lucenses lo harán, también contra el Zaragoza, frente al Albacete y ante el Cartagena.

Obviamente, el citado Cartagena tiene dos ‘finales’ a doble o nada, las referidas ante el Castellón y el Lugo. También jugarán dos choques directos el Real Zaragoza (en Lugo y ante el Castellón); el Alcorcón (en Albacete y ante el Sabadell); el propio Sabadell, a la desesperada (contra el Oviedo y el Alcorcón); y el cada vez más ahogado Albacete (ante el Alcorcón y el Lugo).

Si alguno fuese capaz de ganar todo lo que queda, mera hipótesis, sería sinónimo de que dejaría damnificados directos por el camino. Es evidente que casi todos se van a dejar puntos entre sí. Quien esté más certero en esos nueve episodios con vitola de resolutivos tiene mucho a ganar; y quien no esté a la altura debida ante sus iguales, puede decir adiós a la Segunda División a través de estas ‘finales’ marcadas en rojo.

Además, cada uno de los nueve implicados en el frenesí del fondo de la clasificación tiene su programa de partidos particular contra rivales de cabeza y de la zona media (ver cuadro adjunto). Las necesidades del Espanyol y el Mallorca por el ascenso directo;del Almería, el Leganés, el Sporting de Gijón, el Rayo Vallecano, el Girona y hasta la Ponferradina en pos de la promoción, van a ejercer de jueces paralelamente.