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Álex Alegría pierde el sitio

Después de diez partidos consecutivos como titular, el delantero, fichaje de referencia del pasado mercado de enero en el Real Zaragoza, cayó a la suplencia en Fuenlabrada. 

El Real Zaragoza se ha enfrentado este sábado a la UD Logroñés
Alegría contra el Logroñés
Fernando Díaz / Agencia Lof

El rendimiento de Álex Alegría se ha venido desinflando como un globo hasta acabar el pasado lunes sentado en el banquillo -o grada- de los suplentes en Fuenlabrada. Después de dos meses y medio como delantero principal del Real Zaragoza, estabilizado en la titularidad y con el puesto garantizado; el futbolista extremeño perdió tal condición de pieza incuestionable, fija y bien asentada en las formaciones de Juan Ignacio Martínez desde que el entrenador le entregó las llaves de la delantera titular el 29 de enero contra la Ponferradina.

Desde entonces, Alegría ha salido de inicio siempre en los partidos. En total, diez encuentros. Solo había participado desde la reserva en Albacete, a los pocos días de su llegada al Zaragoza. Así, hasta Fuenlabrada. Juan Ignacio Martínez le retiró la titularidad y se la entregó al Toro Fernández. Una decisión en la que entraron en juego diversas variables, desde el apagón goleador de Alegría, la gestión de méritos de vestuario, la necesidad de aliviar los esfuerzos del ariete extremeño después haber jugado solo cuatro días antes en jornada intersemanal contra el Cartagena (hubo un total de cinco cambios en el once en Fuenlabrada…).

Fichado -cedido por el Mallorca- en enero como refuerzo de referencia de ese mercado invernal, la incorporación de mayor urgencia ante la escasez anotadora del equipo y la pobre aportación realizadora, fundamentalmente, del Toro Fernández; Álex Alegría se ha ido desvaneciendo sin solucionar la pobreza goleadora del equipo, una necesidad cada vez más convertida en presión para un jugador al que se le iba a pedir todo aquello que el equipo no había encontrado en los meses previos. Esa lupa vigilante, los ejercicios comparativos con los otros delanteros -de esta temporada y de anteriores- y la consciente responsabilidad autoimpuesta por un jugador también necesitado de reivindicación fueron levantando, poco a poco, una ola de exigencia que Alegría no ha terminado, de momento, por saber sortear.

Solo ha marcado un gol, un remate placentero en el área contra el Tenerife después de una asistencia de Sergio Bermejo. Pero es que Alegría tampoco ha gozado de muchas más ocasiones para fallar. El penalti que marró -afortunadamente para él sin consecuencias en el resultado final- contra el Mirandés supone su gran mancha en cuestiones rematadoras. En cierto modo, Alegría ni ha marcado ni ha tenido ocasiones para marcar. Gabriel Fernández, por ejemplo, sí ha dejado por el camino fallos gruesos en la finalización. Pero Alegría no. Alegría ha ido jugando cada vez más desligado del resto del equipo, aislado arriba, sobre todo, desde que JIM decidió apartarle de su lado como pareja de ataque a Narváez. Cuando el colombiano más cerca ha jugado de Alegría, mejor ha rendido, más área ha pisado el '19'.

Ahí ha estado el problema principal de Alegría: apenas aparece en el área, un insuficiencia muy vinculada a las carencias creativas y ofensivas del equipo en otros planos y que advierte que el problema de gol del Zaragoza quizá no sea una cuestión exclusiva o responsabilidad del mejor o peor nivel que puedan tener sus delanteros centro. Ni marcaba el Toro, ni marcaba Azón, ni lo hizo Vuckic en sus escasas opciones de jugar ni tampoco lo hace ahora Alegría. Son cuatro los delanteros que no han sintonizado con el gol. 

El extremeño no ha solucionado grandes cosas en sus dos meses y se enfrenta ahora a un periodo de dudas. Frente al Fuenlabrada, perdió el sitio con el Toro Fernández. Pero, de cara a la cita contra el Almería del próximo domingo, la pujanza de Iván Azón, cumplidor siempre en su papel de revulsivo y artífice del penalti de la victoria del pasado lunes, amplía las sombras proyectadas sobre Alegría, por mucho que todo apunte a que JIM le devuelva al once. Azón se está ganando su momento, el Toro Fernández volvió a tener el suyo en Fuenlabrada y Alegría lo tuvo durante dos meses y medio. Aquí se intuye un foco de gestión diplomática y reflexión táctica en los próximos días para Juan Ignacio Martínez.

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