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Peybernes salta al ruedo

La sanción de Francés y la lesión de Atienza dejan al francés, prácticamente inédito tras su fichaje en enero, como único central apto para acompañar a Jair Amador. La puerta del once se abre por fin para él. 

Peybernes, en carrera durante el entrenamiento, a la espera de su licencia.
Peybernes, en carrera durante el entrenamiento, a la espera de su licencia.
Toni Galán

Después de dos meses enjaulado por el inabordable muro de competencia que ha levantado la pareja Francés-Jair en el corazón de la defensa, la puerta de la titularidad se le abre, por fin, a Mathieu Peybernes. La baja por sanción de Francés y la lesión muscular de Atienza -unas cuatro semanas de recuperación- le dejan como único central disponible para acompañar a Jair en el eje de la zaga en el partido del próximo lunes contra el Mirandés.

Fichado el pasado enero, una de las tres contrataciones suscritas por Miguel Torrecilla, el central francés, de 30 años, ha permanecido en un resignado segundo plano, a la espera de un brecha en la formación titular, de una oportunidad, para saltar al ruedo del Real Zaragoza y ofrecer argumentos que respalden su fichaje. Hasta ahora, como también Sanabria, ha permanecido prácticamente inédito, cuestión que ha puesto en el centro de la diana la política invernal de fichajes de Torrecilla. Pero el fútbol son momentos: en enero, al Zaragoza le faltaban contundencia, centímetros, juego aéreo y duelos ganados en su propio área, y Peybernes traía en su carta de presentación algunas de esas características como soluciones. Y fue en ese punto cuando Francés y Jair comenzaron a reparar algunas de esas grietas, consolidándose como el punto del equipo de rendimiento más eficiente y sólido. Desde la llegada de Peybernes, el Zaragoza ha mejorado en defensa, pero lo ha hecho sin Peybernes, una cuestión que alimenta también la teoría de la competencia interna.

En este tiempo, el francés se ha adaptado al vestuario, dejando huella de su experiencia y capacidad de liderazgo. Quienes comparten día a día a su lado lo describen así, en esos términos, un jugador de códigos, con facilidad para relacionarse en el grupo y enriquecerlo, con una potente personalidad y una voz autorizada… En el campo, su protagonismo ha sido reducido en minutos, pero siempre en instantes calientes de los partidos, con misión de reforzar la musculatura defensiva en tramos finales y salvar así resultados. En total, solo ha jugado 28 minutos repartidos en cuatro partidos, frente a Ponferradina, Málaga, Tenerife y Rayo Vallecano. Desde su fichaje, siempre que JIM ha debido proteger un marcador ha recurrido a él en los tramos decisivos de los encuentros, con la misión de llenar el área propia, blindarse ante un posible asedio aéreo del rival e inyectar oficio y veteranía.

Ahora, Peybernes tomará posiciones defensivas de inicio. Las bajas, sobre todo, la baja de Francés, le abre una oportunidad que parecía imposible que le llegase por el rendimiento de los dos centrales titulares en los dos últimos meses y medio.

Cedido por el Almería, sin opción de compra, pisar el once titular representa el punto de partida clave para intentar ganarse, aun con todo, una posible continuidad futura en el Real Zaragoza. Frente al Mirandés, se aliará con Jair en una pareja de centrales cortados por semejante patrón. Paybernes no tiene el talento natural para defender de Alejandro Francés, ni su agilidad ni velocidad de pies, ni tampoco su sentido de la anticipación ni su creatividad con la pelota. Aportará otro registro, más físico, más aéreo, más cercano a la portería de Cristian. De cómo mezcle con Jair, del destino que corra también el Zaragoza en el partido, dependerán sus opciones de continuidad cuando Francés esté disponible para el siguiente partido, contra el Logroñés. Si JIM, llegado ese día, tiene un quebradero de cabeza, será buena señal.

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