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Oviedo-Real Zaragoza: la urgencia por ganar es máxima

El Real Zaragoza juega en Oviedo (21.00) presionado por sus errores recientes y por los rivales directos. La baja de Francho obliga a Jim a modificar la alineación y, con ello, matizar el sistema táctico.

Clásica imagen del entrenamiento del Real Zaragoza. Jugadores en carrera, gestos de preocupación.
Clásica imagen del entrenamiento del Real Zaragoza. Jugadores en carrera, gestos de preocupación.
Javier Belver

Un penalti fallado por Narváez al final de partido de Sabadell hace 15 días. Un gol marcado en propia puerta por Cristian Álvarez el lunes pasado en La Romareda ante el Alcorcón. Dos lances puntuales, dos instantes súbitos del pasado reciente del Real Zaragoza, que han modificado de cuajo el ilusionante paso reactivo que, de la mano de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, se venía aplaudiendo en general desde los días navideños.

En un abrir y cerrar de ojos, esas dos pifias mayúsculas en dos momentos de infortunio, desatino, falta de concentración o cualquier otro subterfugio que quiera adornar un análisis general, han descarrilado a los zaragocistas de lo que parecía el buen camino hacia la salvación, hacia la permanencia, hacia la reparación de este curso en el que está viviendo más tiempo tocando en el montacargas que baja a Segunda B que en la orilla firme. Y llega hoy la cita en Oviedo, en el magno Carlos Tartiere del césped siempre embarrado e inestable por una mala elección arquitectónica de su ubicación. Ante un adversario, el asturiano, sumido en dudas y miedos, pues vive en la antesala del sexteto que habita lo más bajo de la tabla.

De no haber mediado el penalti fallado por Narváez en Sabadell y la tragada de Cristian Álvarez ante el Alcorcón, el Real Zaragoza acudiría hoy a la capital del Principado, seguramente, con el objetivo de apuntalar su fuga definitiva del peligro superlativo, sabedor de que la brecha con el frenético vagón de cola se iba a hacer enorme de vencer en Oviedo. Pero esos puntos que volaron en la Nova Creu Alta (dos) y los que se esfumaron frente al penúltimo –entonces– Alcorcón el otro día en casa (uno o quién sabe si hasta los tres) han reventado las ilusiones zaragocistas. Todo ello con el efecto pernicioso –a más no poder– de que no solo se dejaron de sumar en el balance blanquillo sino que, por ser ‘finales’ ante rivales directos, fueron ellos quienes se beneficiaron del botín.

Así que lo de hoy en Oviedo es un duelo de alto voltaje para el Real Zaragoza. Un día de elevado rango de responsabilidad, de máxima precisión, que ejerce de llave, bien hacia un momento de pausa balsámica que alivie el roto de la última semana y media, o bien hacia los vértigos y pánicos ya sufridos en los últimos días de noviembre y hasta bien consumido enero, cuando el equipo aragonés llegó a ser colista (22º) en un par de jalones de su catastrófica primera vuelta.

Ganar bajo presión

No es nueva esta sensación. Al contrario, es un hábito en casi todo este curso. Y, si Jim se mete de lleno en sus labores de psicólogo o similar, solo debe citarles a sus muchachos lo que lograron hacer en Málaga hace 21 días. Es justo eso lo que hoy se precisa en la tierra de Don Pelayo: ganar bajo presión extrema. Porque, tras los fiascos consumados ante el Alcorcón y, días antes, al no saber redondear la victoria en Sabadell que tan a mano se tuvo, el hecho de ganar para el Zaragoza es ahora mismo mera supervivencia momentánea. Ganar es respirar un rato. Y nada más. Pequeñas bombonas de oxígeno que se acaban en unas horas, hasta el siguiente partido. El equipo ha retrocedido varias casillas en el tablero de la liga y ha derruido el proyecto de puente de escapatoria del peligro que tenía bien diseñado hasta el final del duelo de Sabadell.

Juan Ignacio viaja sin Francho, en cuarentena con covid. El técnico anunció «dos variantes» para suplir la ausencia del volante derecho canterano de 19 años, cuya figura de casi indispensable es todo un dibujo de situación del Zaragoza del presente. Quiere guardarse hasta última hora su decisión, sin facilitar la labor a Ziganda, el técnico ovetense que también pierde por sanción a dos titulares, el medio centro Tejera y el lateral zurdo Mossa.

Esto parece dejar de lado el cambio pieza por pieza, que sería introducir de titular a Zapater. La solución podría llegar, al final, por el obligado cambio nominal y, con él, una modificación de sistema, aparcando el 4-3-3 de las últimas jornadas. La opción de Nieto es la que más gusta. Entraría como lateral zurdo y Chavarría se adelantaría como interior. Narváez se iría al área, en punta con Alegría, en un 4-4-2. Hasta entrada la noche, Jim guardará su secreto, a la espera de acertar en su rediseño. 

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