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Zapater o cambio de sistema táctico, solución de Jim para Oviedo

La baja por covid de Francho, unida a las lesiones de Javi Ros y Sanabria, mutará el once inicial del Zaragoza este domingo en el estadio Carlos Tartiere.

Zapater, primero a la izquierda con la cara cubierta del frío, ayer en el inicio del entrenamiento del Real Zaragoza.
Zapater, primero a la izquierda con la cara resguardada del frío, ayer en el inicio del entrenamiento del Real Zaragoza.
Javier Belver

La inesperada baja de Francho Serrano, surgida súbitamente anteayer por la tarde al conocerse su positivo en covid-19, supone un inconveniente serio para Juan Ignacio Martínez ‘Jim’. Un problema que afectará a los dos próximos partidos, periodo de baja mínimo del canterano a causa de la obligada cuarentena de 10 días que debe guardar, aislado en su domicilio, y que le exige al entrenador una solución inminente en la siguiente cita, el domingo en el Carlos Tartiere de Oviedo, a las 9 de la noche.

Francho, de 19 años, es un fijo en la línea medular del Real Zaragoza desde la llegada de Jim en diciembre. Y, desde que el técnico apostó hace tres partidos –en Málaga– por un dibujo 4-3-3, con el trío de centrocampistas compuesto por Eguaras en el eje y Francho e Igbekeme como volantes a sus lados, el rol del canterano ha sido el más específico, el que más ha cambiado el modo de actuar del equipo, en general, y del propio jugador en particular.

El propio Francho, en declaraciones emitidas la semana pasada, subrayaba que «ahora me está tocando jugar más arriba, más adelantado de lo que estaba acostumbrado. Lo noto mucho a la hora de ejecutar la presión a los rivales, debo hacerla mucho más alta. Es todo mucho más ida y vuelta, nada que ver con lo de antes, pues mi juego era más pausado, más posicional. Ahora tengo que hacer muchos más kilómetros, más esfuerzos». En esta definición del canterano está implícito el perfil que necesita Juan Ignacio a partir de ya mismo, pues Francho está confinado en su casa por un tiempo, fuera de juego.

Zapater, el pieza por pieza

Dado por asumido hace dos meses que Javi Ros, resentido de la rodilla operada hace un año y de baja indefinida desde finales de diciembre, no cuenta, el recambio que se buscó en el mercado invernal era el uruguayo Sanabria, llegado cedido desde el Atlético de Madrid B y que debutó, fugazmente, hace 12 días en Sabadell. Pero Sanabria cayó lesionado hace una semana, con una rotura muscular en el gemelo de la pierna izquierda, y también está en la enfermería hasta mitad de marzo.

De este modo, a Jim, para cubrir ese rol de futbolista dinámico, con recorrido de área a área, que sepa bascular por la banda, que aporte igual en ataque que, sobre todo, en labores de repliegue y corte, solo le queda en el reparto de la plantilla la figura de Alberto Zapater, el veterano capitán.

El ejeano, a sus 35 años, aún está en disposición de ofrecer esas prestaciones, las que siempre aportó en plenitud y que, por la falta de continuidad y como derivada de sus problemas físicos del pasado reciente, quizá tengan una duración menor a los 90 minutos del partido. El viernes, en el patinazo serio ante el Alcorcón en La Romareda, fue precisamente Zapater el elegido por Jim para relevar a un Francho desdibujado, que dejó su peor partido desde que ascendió al primer equipo.

Si Jim apuesta por mantener el mismo sistema en la pizarra y no alborotar a su bloque del último mes, el pieza por pieza se lo aportará Zapater. Trabajado está. Hoy, no hay nadie más de quién echar mano para esa labor tan concreta que estaba ejecutando hasta ahora Francho como volante derecho.

Cambio de sistema y perfiles

Pero Jim tiene ante sí la opción de mutar el mecanismo de juego en Oviedo aprovechando la desgraciada pérdida puntual de Francho. Hay un resquicio en su decisión por el que, tras el varapalo recibido ante el Alcorcón, pueda terminar moviendo el dibujo táctico en busca de estímulos nuevos.

El más suave de esos bamboleos sería retornar a un 4-2-3-1, dejando solos en el eje de la media a Eguaras e Igbekeme y, junto a los hombres de banda, Bermejo y Narváez, introducir un mediapunta por detrás de Alegría. En esta posibilidad, Adrián González que también fue uno de los primeros cambios ante el Alcorcón, aparece como herramienta útil, toda vez que los Vuckic, Zanimacchia o Larrazabal parecen un tanto devaluados por sus malas actuaciones precedentes. Pero al ex del Málaga le falta dinamismo, no ha sido titular jamás desde su llegada y ha pasado más tiempo lesionado que apto. Un hándicap a valorar.

Hay otro cambio de diseño más brusco, que imitaría lo hecho por el Alcorcon el lunes en Zaragoza: apostar por un 5-3-2, volver a la defensa con tres centrales que ya usó Iván Martínez ante el Espanyol y el Castellón, sin éxito entonces. Peybernes entraría en el once, junto a Francés y Jair. Con Vigaray y Chavarría de carrileros laterales. Eguaras e Igbekeme harían el doble pivote, con Bermejo –por dentro– delante de ellos. Y Narváez y Alegría serían los puntas.

A medio camino, Jim también estudia retomar el doble lateral zurdo, con la entrada de Nieto atrás, adelantando a Chavarría como volante (Igbekeme se iría al carril del volante derecho). En 48 horas se sabrá la decisión adoptada.

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