Vigaray: "Desde el principio, el míster le ha inculcado al equipo carácter defensivo"

El crecimiento y mejora defensiva es la clave de bóveda sobre la que se asienta la recuperación del Real Zaragoza. Varios factores de naturaleza colectiva, táctica e individual explican ese incremento de la seguridad y fiabilidad del equipo, como la imponente pareja de centrales conformada por Jair Amador y Alejandro Francés. A otra de esas razones le pone nombre y apellido Carlos Vigaray.

Azotado al principio de la temporada por una de esas lesiones musculares, en los isquios, que tanto cortocircuitaron su temporada pasada, el lateral derecho madrileño encadena semanas de progresión hacia su nivel de forma ideal. Y con Vigaray fresco, resistente, sólido, poderoso e inagotable -su versión de los últimos partidos, con gol incluido al Málaga- el Zaragoza, como se vio la temporada pasada, engorda su musculatura competitiva.

“Estoy contento, me voy encontrando cada vez mejor. Me dedico a trabajar y a tratar de alcanzar el cien por cien de mi rendimiento, aunque nunca pongo lo personal por encima del colectivo. Solo trato de aportar mi granito de arena. Lo realmente importante es que el equipo se encuentra en una buena dinámica”, explica el lateral, consistente en defensa en las citas recientes, pero también incisivo, profundo y básico en el mecanismo ofensivo de la banda derecha de JIM. “El estilo de juego del entrenador a veces te ayuda más”, observa.

Vigaray está demostrando pulmones y piernas para apoderarse de la banda de punta a punta. Una de las consecuencias es la solvencia del equipo, solo cuatro goles encajados en los últimos siete partidos, dos de ellos de penalti. "No solo es mérito de la defensa, sino de todo el equipo. Estamos presionando bien y nadie da un balón por perdido. Desde el principio, el míster ha querido inculcarle al equipo ese carácter defensivo ”, indica.

El Zaragoza ha crecido, pero Vigaray opta por la sensatez y la prudencia. "Estamos en una lucha muy jodida y no vemos más allá del partido del Alcorcón. Sabemos lo que nos estamos jugando y en cada encuentro nos va la vida", apunta.