Sabadell: el momento de despegar para el Real Zaragoza

Advertido está el Real Zaragoza desde hace unos días de que este febrero es, con seguridad, el mes clave para cimentar su anhelada permanencia en la categoría después de haber consumado la primera vuelta más defectuosa de la historia en Segunda División. No es un tópico. Son cuatro partidos los que trae el calendario del segundo mes del año, auténticas finales ante rivales directos (el Málaga no lo era anteayer todavía, pero viene con ademanes de serlo desde hace un par de meses, cosa que se confirmó en La Rosaleda el domingo).

Son cuatro duelos de profundidad, por todo lo que puede acontecer en cuanto a sus consecuencias posteriores, ya sean positivas –hecho que ha empezado a tomar cuerpo al ganar el equipo de Juan Ignacio Martínez 'Jim' 1-2 en tierras malagueñas– o ya terminen con algún indeseado patinazo, porque los beneficiarios serían contrincantes de la misma pelea por la vida en la zona baja de la tabla: Sabadell, Alcorcón y Oviedo, los tres próximos oponentes en las pugnas a doble o nada que aguardan de inmediato, en los próximos 20 días.

De momento, de esos 12 puntos de alto rango del mes de febrero, el Zaragoza ya ha sumado los tres primeros. Tres de tres. El mejor inicio posible de la serie. El necesario. El soñado. El requerido por la enorme presión bajo la que se mueve el equipo zaragozano, tan famélico de puntos durante toda la primera fase de esta atípica liga.

Y llega de inmediato el segundo episodio de este parcial. Otro viaje, el segundo consecutivo en apenas cinco fechas: Sabadell. El Real Zaragoza visitará el histórico campo de la Nova Creu Alta, que de nuevo se pisará esta temporada tras un tiempo sin acudir por allí, al ser los barceloneses un equipo proveniente de Segunda B, recién ascendido después de padecer un periodo duro en el infierno, incluso en Tercera. El mandato de la LFP por deriva de las designaciones televisivas hace que este nuevo reto para los zaragocistas llegue enseguida, abriendo la 25ª jornada, este viernes a las 21.00. No hay tiempo para el regocijo ni la autocomplacencia, pecados poco aconsejables cuando la huida del peligro letal está todavía lejos de ser firme y queda una larga tarea por aprobar, hasta mayo.

Pero es el momento preciso de despegar. Cuando se pretende romper dinámicas muy deficientes, como es el caso de un Real Zaragoza que, no se olvide, ha llegado a ser colista (22º) de la Segunda División hasta dos veces en el bimestre reciente (por eso la directiva destituyó a la anterior dirección deportiva y acudió a un tercer entrenador antes de terminar la primera vuelta, a mitad de diciembre), las rachas positivas necesitan longitud de onda.

Favorece mucho el hecho de que el último partido de enero ya fuese un triunfo, aquel 1-0 ante la Ponferradina del día 29, San Valero. Eso permite que el de Málaga sea el segundo, en lo que es un atisbo de racha, que sería excelente alargar en Sabadell... y, sin perdirle mucho al destino, tocando siempre la lógica –tan volátil e inconsistente en el mundo del fútbol–, darle otro impulso de continuidad el lunes 22, en el retorno a La Romareda, ante otro de los que vive sin vivir en sí, el Alcorcón. Partidos todos de los llamados ‘de 7 puntos’, o sea, los 3 que tú sumas, los 3 que impides que adicione el rival abatido y, normalmente, el plus del ‘golaverage’.

Y aún faltará la visita a Oviedo del cierre del mes. Los asturianos están atascados y ya a tiro del Real Zaragoza. Otros a los que hay que invitar a la ruleta rusa del furgón de cola en unas semanas.

Para no aturullarse con tanto deber pendiente, es preciso poner los cinco sentidos solo en Sabadell. Como el Málaga anteayer, el peor local de la liga. Un lugar seductor para obrar otro triunfo.