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117 millones menos gastados, solo seis traspasos, cesiones rocambolescas… así ha influido la covid en el mercado de fichajes

Las operaciones de los clubes españoles se han visto absolutamente influenciadas por el coronavirus, reduciendo drásticamente el gasto en los refuerzos de invierno.   

Papu Gómez, por el que el Sevilla ha pagado 5,5 millones, ha sido el segundo fichaje más caro del mercado invernal.
Papu Gómez, por el que el Sevilla ha pagado 5,5 millones, ha sido el segundo fichaje más caro del mercado invernal.
Raúl Caro/EFE

El indiscutible protagonista del mercado de fichajes en España no ha sido otro que la covid-19, que ha obligado a ajustar al céntimo las cuentas de los clubes de Primera y Segunda División. Nunca, en los últimos años, se había gastado tan poco en la ventana invernal como en el recién clausurado mes de enero. De hecho, la reducción con respecto al último mercado de enero es rotunda: los clubes de Primera y Segunda División han gastado 117 millones de euros menos (136 hace un año por los 19 actuales). Un dato rotundo, mayúsculo, que evidencia por sí mismo las dificultades económicas de todas las entidades deportivas del país. Como en el resto de sectores sociales, el fútbol profesional se está viendo abocado a una drástica reducción de gastos, mirando hasta el último euro para no saltarse los límites salariales y presupuestarios impuestos por La Liga.

Consecuencia directa de la reducción de gasto, ha sido la disminución (también contundente) de los traspasos, hasta hace no demasiado tiempo la fórmula más habitual de adquisición de un futbolista. En el presente mercado invernal, solo se han producido seis traspasos (incluidas dos cesiones con coste adicional) entre clubes para un total de 19 millones de gasto. El joven Carlos Fernández, delantero que ha firmado la Real Sociedad procedente del Sevilla, ha sido la inversión más elevada, con 10 millones de euros. 

Se trata de un atacante prometedor, internacional con las categorías inferiores de España, pero aún no determinante en la élite española. La Real, que envió cedido al exzaragocista William José al Wolverhampton inglés, reforzó así su delantera, dejando patente que es uno de los clubes con mejor músculo financiero de la élite. Papu Gómez, por el que el Sevilla ha abonado 5,5 millones al Atalanta italiano, ha sido el otro gran movimiento.

Los gigantes del fútbol español son ejemplo cristalino de la situación actual: ni el Real Madrid ni el Barcelona, que atraviesan situaciones deportivas preocupantes, muy lejanas a sus expectativas habituales, han fichado un solo futbolista. El Madrid, de hecho, tampoco ejecutó ningún fichaje el verano pasado y está encontrando grandes dificultades para renovar a su estrella, capitán y buque insignia: Sergio Ramos. 

El escenario en el Barcelona, salpicado en los últimos días por la filtración del multimillonario contrato de Messi, es incluso más negativa. Hace unas semanas admitió que su deuda total es de 1.173 millones de euros, una astronómica cifra que, evidentemente, le ha impedido fichar a ningún futbolista a pesar de las peticiones de refuerzos de su técnico Ronald Koeman. Las inminentes elecciones marcarán su futuro inmediato.

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El préstamo como fórmula mágina

Con todos estos ingredientes sobre la mesa, la fórmula que han aplicado los clubes para reforzar sus plantillas, en la medida de sus posibilidades y necesidades, han sido las cesiones y las contrataciones de futbolistas que se encontraban sin contrato. Los préstamos, además, se han producido en ocasiones de un modo sin precedentes. Rocambolesco. Equipos de la zona baja han cedido a futbolistas a aspirantes al ascenso, otros de Segunda han cedido a sus futbolistas a clubes de Primera... 

Este lunes, el último día habilitado para fichar, el Girona (media tabla en Segunda) cedió a su central Ramalho a Osasuna (zona baja de Primera). El lateral Adrián Marín se desvinculó del Alavés (club que pelea por no descender) para firmar después por el Granada (que lucha por repetir en Europa). Rubén Sobrino, del Valencia (que también en los fondos de Primera) se fue al Cádiz (que pelea por su mismo objetivo). Días antes, el propio Girona cedió a Mojica, uno de sus mejores futbolistas, al Elche, también de Primera.

El caso del club catalán sirve para ejemplificar bien lo que está sucediendo en el fútbol nacional: logró finalizar la temporada 2019-2020 en equilibrio presupuestario, aunque registró una caída de sus ingresos del 55% respecto a la temporada anterior, con el club en Primera División. Su presupuesto para este curso estimaba inicialmente pérdidas de ocho millones de euros, motivadas por una caída del 56% de los ingresos, que se situarían, según sus propias cuentas públicas, en 11,3 millones de euros. En este sentido, la falta de ganancias derivadas de las taquillas o los abonos están siendo cruciales para los equipos españoles, que han vivido su mercado invernal más austero de siempre, condicionado por los tiempos covid.

La tendencia de gasto en el resto de grandes ligas de Europa similar, con 84 millones invertidos en Inglaterra (por los 242 de hace un año), 78 en Italia (214 en 2020), 48 en Alemania (196 en el anterior) y 29 en Francia (124 hace 365 días).  

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