fútbol

Jim reaviva al Real Zaragoza

Juega más, dispara bastante más, marca mucho más, suma muchísimo más... El equipo aragonés no deja de progresar desde la llega de Juan Ignacio Martínez.

Real Zaragoza
Jim no paró de dar instrucciones ante el Logroñés.
José Miguel Marco

Ha regresado a la vida el Real Zaragoza, que esta noche pasada también durmió en la zona de permanencia de la Segunda División A. Decimoséptimo en la tabla, con 20 puntos en su haber, el colchón matemático sigue siendo mínimo, pues solo uno le separa de la referencia válida del descenso, el Sabadell (19 puntos); pero el percal ha cambiado considerablemente en solo dos semanas. No hay motivos para tranquilidad, pero sí para la esperanza. El peligro continúa latente, pero, en medio de la borrasca clasificatoria, se ve la luz. En este contexto, en esta reacción, la aparición de Juan Ignacio Martínez en el banquillo se aprecia como esencial. Con Jim, el Real Zaragoza ha atrapado siete de los nueve puntos que ha disputado. Con 20 puntos en el meridiano competitivo, habrá que seguir luchando, y no poco para lograr el objetivo. Eso sí, en caso de no haber reaccionado con Jim, con apenas 13 escuálidos puntos en esta misma fecha, ya estaríamos muertos. Así de crudo, así de claro, así ha reavivado Jim al Real Zaragoza.

Los resultados, mejor dicho, el resultado de ayer en el choque Málaga-Oviedo, no ha devuelto al agujero al Real Zaragoza, pues en estos momentos no influye en la configuración de la zona de descenso a Segunda División B. El equipo del león ha sacado la cabeza alentado por el verbo directo de Jim, un técnico que apela a lo esencial, a lo básico, a lo simple, para capitalizar puntos. Pero ¿cómo ha conseguido devolver a la vida al Real Zaragoza? Hay acciones que restan y omisiones que engrandecen, igual en lo futbolístico que en lo moral. Comenzaremos por lo que no hace, que también es importante. No es rebuscado, no ha venido a regalarle los oídos al aficionado. Para Jim, lo primero son sus jugadores. Porque, ciertamente, son los jugadores los que ganan y pierden. Y con él están ganando cuando antes solo sabían perder. En verdad, su mayor mérito no solo reside en la reacción, sino en haber consumado la reacción con los mismos jugadores que antes iban de cabeza al pozo de la Segunda B.

La transformación se ha visto en el campo. El Zaragoza ha dado un cambio numérico radical. El equipo se está despojando de los complejos de la etapa de Rubén Baraja. El crecimiento sin resultados de la etapa de Iván Martínez obtiene ahora réditos. El equipo ahora no concede atrás. Y siempre mete gol. O goles. Ganó al Lugo (1-0) y al Logroñés (2-0), y antes generó cinco oportunidades claras en Cartagena (1-1). En esta auditoría también hay que señalar que la crecida ha llegado ante rivales como del rango del Lugo, el Cartagena y el Logroñés. Pero, ante todo, la crecida queda ahí. Irrebatible, incuestionable. Y además de puntos, más fútbol, por fin balón con intención, más iniciativa, más ambición, personalidad. En suma, vida alrededor del balón. Sin balón, Filomena al margen, siempre hace más frío.

Sí, frío, porque la mejoría también es una cuestión térmica. Jim le ha dado calor a un colectivo que tomó desangelado, adocenado, desvaído. Porque el cariño también lo registra el mercurio: calor. Aunque se perciba una estrategia mejor preparada, un balón parado trabajado, la labor esencial desarrollada por Jim ha sido, está siendo, psicológica. Sin fichajes por el momento, era y es obvio que la única solución podía aportarla la plantilla actual. Jim no quiere hablar de fichajes de enero. Hasta dio una larga cambiada cuando fue preguntado por los fichajes en la rueda de prensa posterior al triunfo con el Logroñés. Jim, perro viejo, ha abrazado a sus jugadores, les ha dado confianza, apoyo, respaldo total y absoluto. Paradójicamente, quizá el hecho de haber jugado sin público, que tan caro pagó el Zaragoza en la reanudación del pasado curso y en el arranque del actual, haya podido ser factor. La Romareda, un estadio en el que se vive el fútbol con tanta intensidad, para bien o para mal, es determinante. Aislado de todo, solo unido a sus jugadores, Jim ha conseguido sumar mucho y pronto. Muy meritorio.

Pero los resultados no han sido aleatorios. El Zaragoza no ha dejado de perder y ha comenzado a ganar de forma súbita porque sí. El Zaragoza le ganó al Lugo porque fue mejor que el Lugo, le empató al Cartagena en Cartagena siendo mejor que el Cartagena, y le ganó al Logroñés porque fue mucho mejor que el Logroñés. Ergo, a Jim y a sus jugadores nadie les ha regalado nada, se lo han ganado a pulso. Se lo han ganado con un Cristian que está comenzando a dejar de tener trabajo, un indicador incuestionable de la progresión. Ha mejorado Vigaray, el chaval Francés comienza a apuntar muy alto, Jair ha dejado de pifiarla, y Nieto y Chavarría tapan razonablemente bien la izquierda. En el medio, Francho progresa incluso a más velocidad que el Zaragoza de Jim, Eguaras se ha rehabilitado, Zanimacchia se muestra más dinámico y hasta hizo un palo en Cartagena (igual algún día hasta mete un gol…), Bermejo juega con una soltura impropia de la supervivencia en el alambre, y Narváez nos sigue agarrando a la vida con sus goles. El Toro no mete gol, pero también da impresión de actividad. Actividad no goleadora, pero actividad. El juvenil Iván Azón queda como reactivo. Cuando en vez de ser reactivo para Jim pase a ser activo, igual los resultados son mejores todavía… No son malos, todo lo contrario por el momento, con Jim, el hombre que ha devuelto a la vida al Real Zaragoza.

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