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Ganar es más que un propósito

El Real Zaragoza despide el año con la necesidad de sumar una victoria ante el Lugo para no alejarse de la salvación. Juan Ignacio Martínez afronta su primer examen en La Romareda ante un equipo en dinámica al alza.

Entrenamiento del viernes, bajo una intensa niebla.
Entrenamiento del viernes, bajo una intensa niebla.
Javier Belver

La Romareda despide 2020 y suplica tiempos mejores. El hogar zaragocista –como ocurre en el resto de los hogares españoles– quiere escapar de un año para el olvido, pero el calendario aún guarda una fecha crucial antes del respiro navideño: Juan Ignacio Martínez se estrena en la competición liguera frente al Lugo (21.00) con la necesidad imperiosa de ganar. El nuevo entrenador emprende hoy el desafío de rescatar al Real Zaragoza de su etapa más desgraciada, de un desplome que solo se puede explicar a partir del virus. 

Hasta marzo, el Real Zaragoza caminaba sonriente hacia el ascenso. Hoy es el peor equipo post-pandemia del país. Solo ha ganado cinco partidos de los 31 que ha disputado tras el confinamiento. Registro contundente y demoledor, que comporta el declive desde el inalcanzado cielo de Primera División hacia el abismo que ahora hay que esquivar. 

Jim coge al Zaragoza en penúltima posición, con una plantilla desmoralizada -y muy justa de recursos- que él espera recuperar. El técnico alicantino dijo en su presentación que confía en dar con el mejor nivel de sus jugadores. Y solo un día después, en el duelo copero en Torrelavega, comprobó el arduo trabajo que tiene por delante. 

Lejos de aprovechar el ensayo en tierras cántabras para reivindicarse, los Larrazabal, Zanimacchia, Toro Fernández o Vuckic rindieron a un bajo nivel el pasado miércoles, ante un cuadro de Tercera División que tuteó al Real Zaragoza y llegó a forzar la prórroga, solventada gracias a un arrebato final de fútbol comandado por los chavales juveniles. 

Francho Serrano e Iván Azón llevan semanas tirando del carro. Emergieron con Rubén Baraja; se asentaron en el breve recorrido de Iván Martínez; y ahora está por ver si Juan Ignacio Martínez seguirá apostando tan fuertemente por ellos o les reserva un rol secundario, de menos responsabilidad.

El tiempo apremia

La semana apenas ha permitido programar un par de ensayos orientados plenamente a la visita del Lugo, por lo que es probable que Juan Ignacio Martínez apueste por darle continuidad a la formación que venía utilizando su antecesor. Quienes descansaron el miércoles (Cristian Álvarez, Carlos Vigaray, Alejandro Francés, Íñigo Eguaras, Juanjo Narváez…) tienen casi garantizada su presencia en el equipo inicial. Los que partieron de inicio ante la Gimnástica de Torrelavega, todo lo contrario, aunque caben las excepciones. 

La estimulación anímica está centrando los esfuerzos de Jim desde su llegada. Por eso no es descartable que pueda introducir en el once a alguno de esos futbolistas que, en su opinión, vienen rindiendo «por debajo de su nivel real», a alguno de esos hombres que necesita recuperar para la causa. 

No estarán seguro Alberto Guitián, Sergio Bermejo, Adrían González y James Igbekeme, que se encuentran en distintas fases de recuperación de sus respectivas lesiones; ni tampoco Pichu Atienza, que cumplirá un partido de sanción tras ser expulsado en el último choque liguero contra el Sporting de Gijón por protestar airadamente al colegiado desde la grada y que el Comité de Competición no atendiera las alegaciones presentadas por el club. Todos ellos serán, según defiende Juan Ignacio Martínez, los mejores fichajes invernales. Pero antes toca recibir hoy al Lugo sin margen de error. 

Tras sumar cuatro puntos de los últimos 30 en juego, el Real Zaragoza ve a cuatro puntos la salvación. Enfrente habrá un rival que todavía no ha definido dónde están sus aspiraciones esta temporada, si se limita a no pasar apuros o se ve con potencial para buscar el ascenso vía ‘play off’, y llega en buena dinámica tras enlazar cinco jornadas ligueras sin conocer la derrota (cuatro empates y un triunfo, el pasado fin de semana contra la SD Ponferradina).

Un Lugo fiable

El conjunto dirigido por Mehdi Nafti, que ayer no pudo aterrizar en el aeropuerto de Zaragoza (el sistema ILS II/III no está operativo y el básico no permite operar con niebla) ni el de Huesca (huelga de Bomberos), teniendo que desviarse a Vitoria, arranca los encuentros con un sistema 4-4-2, pero con el paso de los minutos pasa a un 4-5-1, con el velocísimo Chris Ramos cayendo al extremo derecho y Hugo Rama centrando su posición para explotar su buen trato de balón desde el interior del mediocampo. Los gallegos son muy fiables defensivamente y, aunque tienen problemas para hacer gol, son un equipo que pierde muy poco. Solo han doblado la rodilla en Cornellá-El Prat, ante el Espanyol, y frente al Alcorcón. 

Todo lo contrario le ocurre a un Real Zaragoza que hoy tiene la obligación de convertir el último partido del año en el primero de su particular remontada. El final del aciago 2020 debe ser el inicio de un 2021 de esperanza. Y todo pasa por aplicar con urgencia –y en buena dosis– la vacuna de la victoria.

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