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Rafael Rojas: "Los Zaraguayos siguen reinando en el corazón del zaragocismo"

El periodista y escritor acaba de publicar ‘Reyes sin corona’, la historia de los Zaraguayos.

Real Zaragoza
Rafael Rojas, lleno de argumentos en su mano.
Oliver Duch

El periodista y escritor zaragozano Rafael Rojas acaba de publicar un libro sobre los Zaraguayos, una de las etapas más brillantes en la historia del Real Zaragoza.

‘Reyes sin corona’, se titula.

El titular obedece a que reinaron y siguen reinando en el corazón del zaragocismo. Siempre me ha llamado la atención que un equipo que no ganó ningún título sea tan querido en un club en el que se han conseguido títulos en diferentes etapas. Los subcampeonatos de Liga y de Copa constituyeron sus mayores logros deportivos, pero ese equipo logró enamorar a La Romareda.

El 6-1 al Real Madrid campeón el 30 de abril de 1975 quedará como huella indeleble de esa generación.

Fue un partido especial por todo. Quizá uno de los mejores partidos en la historia del Real Zaragoza. Además, hay que agregar el momento histórico, en la puerta de la Transición. Se jugó en la tarde anterior al último Primero de Mayo con Franco vivo. Televisión Española programó en el día de antes toros, fútbol y boxeo para que la gente estuviera quieta en casa.

Antes del repaso del Zaragoza al Real Madrid toreaba el Cordobés por la tele.

No. El libro lo explica: torearon Curro Romero y Paquirri en Jerez de la Frontera. Después, el partido del 6-1. Y finalmente, un Campeonato de Europa de boxeo.

El Real Madrid venía ya campeón a Zaragoza…

Es cierto. Se acababa de proclamar campeón en Atocha, en San Sebastián. De viaje a Zaragoza, pararon en Pamplona, porque Zoco, marido de María Ostiz, los invitó. En San Sebastián no jugaron ni Breitner ni Netzer, que estaban concentrados con la selección de Alemania Federal, entonces campeona mundial. Breitner y Netzer se incorporaron a la expedición en Zaragoza. O sea, el Madrid jugó en La Romareda con su once de gala.

Cuando me deprimía durante el confinamiento, vi el partido varias veces. Un equipazo, el Madrid: Miguel Ángel, Camacho, Gregorio Benito, Pirri, Vicente del Bosque, Breitner, Netzer, Amancio, Santillana… Era internacional hasta el utillero…

Pues el Zaragoza le pasó por encima. Fue un partido de locura.

Planas muy por encima de Paul Breitner, Manolo González parecía Franz Beckenbauer, un deslumbrante García Castany…

García Castany marcó tres golazos, tres goles diferentes de gran calidad. Fue el partido de su vida. También marcó el Lobo Diarte, un ariete formidable. Otro lo hizo Nino Arrúa. Y el último, Simarro.

¿Cuál era el secreto de Los Zaraguayos?

La columna vertebral era extraordinaria. Dos centrales magníficos, pues habían jugado con Los Magníficos, como Violeta y Manolo González. Y un mediocentro excelente, como Javier Planas.

Javier Planas no era centrocampista: era todocampista…

Con calidad, con capacidad para recuperar, para llegar… Un gran jugador. Y arriba, primero Ocampos, un delantero posicional; y después Diarte, un gran ariete.

También, Cacho Blanco, García Castany, Nino Arrúa...

Eso es. Si sumamos a Cacho Blanco, muy buen lateral izquierdo; a García Castany, un centrocampista elegante y con gol; y a Arrúa, uno de los grandes en la historia del Zaragoza, tenemos un ramillete de extraordinarios jugadores. Con Manolo Nieves, Rico, Royo, Rubial, Simarro… Un gran equipo.

¿Qué rol le concede al entrenador, Carriega?

Un rol menor al de otros personajes fundamentales, como el presidente José Ángel Zalba.

Alguien muy especial, Zalba…

Es fundamental en esta historia y, a mi juicio, en la historia del Real Zaragoza. Sinceramente, este Zaragoza de Zalba mereció ser campeón. La historia acabó perdiendo una final de Copa con el Atlético de Madrid (1-0) y bajando a Segunda después, en 1977, por los celos entre Jordao o Arrúa. Luego, volvió el Zaragoza. Porque el Zaragoza, y esa es mi gran esperanza, siempre vuelve.

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