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El corazón de los juveniles

A pesar de su juventud, Francho y Azón se echaron el equipo a las espaldas y completaron una brillante actuación que trajo la victoria zaragocista

PARTIDO DE LIGA REAL ZARAGOZA - FUENLABRADA / 06/12/2020 / FOTO : OLIVER DUCH[[[FOTOGRAFOS]]]
Iván Azón, a punto de conectar un balón en el área del Fuenlabrada.
oliver duch/toni galán

Francho y Azón. Azón y Francho. La columna vertebral del resurgir del Real Zaragoza estuvo compuesta ayer por dos juveniles. Hace semanas que ambos venían demostrando el talento que guardan, pero fue ante el Fuenlabrada, con el renacer del equipo, cuando exaltaron su fútbol y potenciaron sus virtudes. 

La apuesta de Iván Martínez por los jóvenes, por sus jóvenes, tuvo al fin la recompensa de los tres puntos. Aunque Francho ya había tenido protagonismo con Baraja, ha sido con su mayor valedor cuando ha explotado, cuando nos ha enseñado que el centro del campo del Zaragoza va más allá del juego posicional de Eguaras o del oficio de los más experimentados. El veterano ayer fue él. Distribuyó, dio ritmo al juego, la guardó cuando hizo falta y ofreció un despliegue solo al alcance de su colega Azón. 

Hace solo unos meses estaban compitiendo con los de su edad en el histórico periplo del Zaragoza juvenil en la Youth League (la Champions de la categoría) y ayer, en una de las situaciones más delicadas que ha atravesado el club, se partieron la cara por los colores de su vida. 

El encuentro completado por Azón fue, sencillamente, extraordinario. Fuera de lo común para un chaval de 17 años, que lleva cuatro comparecencias con el primer equipo y tiene que asumir el rol de delantero centro, del referente que no llegó en el mercado de verano. 

Cinco de los fichajes se quedaron ayer en el banquillo y tuvieron que ser los juveniles los que se partieran la cara ante un equipo agresivo, que en ocasiones roza lo violento y busca el fútbol de choque. Los Juanma, Sotillos y compañía pretendieron intimidar a un Azón que fue objeto de una docena de faltas -con agresión incluida- y sacó de quicio a sus marcadores. 

La batalla del omnipresente delantero aragonés oxigenó al equipo en todas las zonas del campo y fue un incordio para los rivales. Le dio igual caer a banda o estirar el campo; replegar en defensa o disputar los balones por alto… ¡Qué lastima que La Romareda no pudiera despedirlo como merecía!

Con la grada cubierta de aficionados, la bronca de otras noches se hubiese tornado en aprobación. Y todo gracias al corazón de dos juveniles que, esta vez sí, estuvieron arropados hasta el final. Azón fue remplazado, desfondado, en el descuento. Francho terminó tan fatigado como clarividente. El zaragocismo respira tranquilo cuando mueve el juego. Facultad imperiosa en los minutos decisivos. Esos que tantas veces le costaron puntos al equipo y ayer se supieron manejar con aplomo. 

Apenas hubo un par de acercamientos peligrosos del Fuenlabrada. Uno se salvó con una acción milagrosa de Jair y el otro tuvo a un tercer juvenil, Francés, como protagonista. Había entrado en el 53 para suplir a Guitián y en el 87 rechazó a córner un balón que Tahiru iba a conectar hacia el marco de Cristian. Movimiento providencial que volvió a ensalzar la perspicacia defensiva del más fogueado de los bisoños zaragocistas.

Francés fue el primero de los tres en dar el salto al primer equipo. Víctor le hizo debutar la pasada temporada ante el Socuéllamos en Copa, y desde entonces ha disputado una decena de choques variando su posición en la zaga. La polivalencia es una de sus mayores virtudes. Las de Francho y Azón quedan también resaltadas. Y más que lo seguiremos haciendo...

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