Un triunfo para volver al camino
El Real Zaragoza recibe al Oviedo con el aliciente de estrenar entrenador y el objetivo de romper con siete partidos sin ganar.
El Real Zaragoza abre esta noche la jornada 12ª de la liga de Segunda División con un partido especial. Los aragoneses reciben al Real Oviedo en La Romareda (21.00) dentro de una encrucijada de alto riesgo en su camino, lleno de baches hasta ahora, en esta temporada 20-21 que ya se ha llevado por delante un entrenador, Rubén Baraja.
Es una cita importante, interesante de ver y evaluar, pues el equipo zaragocista ha de salir como sea de una crisis de resultados e identidad que lo tiene al borde de los puestos de descenso. Y, además de ese mandato en lo deportivo, cuenta con el aliciente de estrenar técnico, el aragonés Iván Martínez, que va a debutar en el ámbito profesional con 37 años, con el aval de sus dos grandes temporadas al frente del equipo juvenil de División de Honor (campeonatos de liga y de España y participación brillante en la Youth League, la Champions de la categoría).
Iván Martínez, ajeno y tangencial a todas las cuestiones que han envuelto, por causas ajenas a su voluntad, su ascenso desde el RZD Aragón, llega cargado de ilusión, de ganas por hacerse un camino, de esa pureza que otorga la nula trayectoria anterior en un cargo tan eléctrico como el de entrenador de fútbol de élite. Será una noche en la que los jugadores, principales actores cada día sobre la hierba, tendrán mucho que decir. Cuando en el banquillo se sienta por primera vez un novel, cuando un club apuesta en un momento determinado por taponar la herida sangrante del comandante del vestuario con un recambio llegado desde el filial, la tropa, la plantilla, ha de echar un cable decisivo para que eso salga bien. Los veteranos, siempre a la cabeza.
Queda un mundo, pues el episodio fallido de Baraja ha durado apenas dos meses. Restan 32 partidos para reparar tanto yerro acumulado. Hoy es el primer día del resto de la vida. Y toca empezar la restauración del cuadro tarado, tarea que llega con el deseo de que no salga un ‘Ecce Homo’ en tan necesaria iniciativa de cambio.
Enfrente estará el Oviedo, otro equipo que comenzó el curso con renglones torcidos, que tuvo a su entrenador, Ciganda, al borde de la destitución, pero que ha atenuado el nerviosismo como se alivian esos síntomas de colapso en el fútbol de toda la vida: ganando partidos. Los ovetenses llegan después de enlazar dos triunfos seguidos, bálsamo vital para el siempre tensionado entorno del club carbayón. Ganaron 1-2 en Las Palmas hace 10 días y, el pasado fin de semana, le endosaron la goleada de lo que va de torneo, 4-0, al recién ascendido Castellón. Se puede decir, pues, que el Zaragoza intenta redimirse de sus pecados ante un adversario en alza que, por sus malos pasos previos, solo tiene 3 puntos más que 1os blanquillos en la tabla (el Oviedo es 16º, con 13, mientras que los aragoneses están en el escalón 18º, con 10). En el fondo, son tal para cual, solo que los de Asturias lograron espabilar a tiempo de diluir sus apuros extremos.
Aquí, en Zaragoza, Iván y lo que queda este fin de semana de la plantilla (hay casi una decena de ausencias), deben ser capaces de imitar al Oviedo en ese sentido. Es imperioso ganar para romper con una nociva racha de siete partidos sin ganar, con un parcial de 3 puntos sumados de los últimos 21 disputados, con solo 3 goles anotados en casi 650 minutos de juego.
Martínez armará su primer once inicial sin poder contar con los lesionados Jair, Adrián, Atienza, Nieto y Cristian Álvarez; sin Vuckic y Papunashvili, que están con sus selecciones; sin Nick, en cuarentena por la covid; con Vigaray saliendo de la enfermería; hasta el filial Borge se ha roto. Ese mal fario también hay que tratar de ahuyentarlo desde hoy. Los hados, siempre termómetro de la suerte humana, han estado revoltosos con el Zaragoza últimamente.
