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¿Qué tiene Víctor Fernández para que el Real Zaragoza vuelva a pensar en él?
La figura del técnico aragonés, posible sustituto de Baraja en el banquillo del Real Zaragoza, traspasa los límites deportivos. Su regreso supondría un golpe de efecto en el estado anímico de todo el zaragocismo.
Una vez certificada la más que prevista salida de Rubén Baraja, el Real Zaragoza trabaja ya en la contratación del nuevo entrenador. Tal y como adelantó HERALDO este lunes, Víctor Fernández, leyenda viva del club aragonés, constituye la primera opción para reemplazar al técnico vallisoletano en el banquillo. Sin embargo, su posible contratación, solo tres meses después de su salida, no se atisba sencilla.
La figura de Víctor Fernández en el Real Zaragoza trasciende más allá de lo deportivo. Su sentimiento zaragocista, su carisma y, sobre todo, su legado en la entidad hacen que el técnico del barrio Oliver no precise carta de presentación. De hecho, el pasado mes de marzo se convirtió en el entrenador que más partidos ha dirigido al equipo aragonés.
A lo largo de su trayectoria, Víctor Fernández reúne distintos títulos que acreditan su valía como técnico: además del recordado hito de la Recopa de 1995, con el Zaragoza consiguió también una Copa del Rey un año antes de la gesta parisina. Además, con el Celta de Vigo ganó una Copa Intertoto en el 2000, mientras que su experiencia en el Oporto se saldó con una Supercopa de Portugal y una Copa Intercontinental, ambas en 2004.
Pero no es su currículum el que hace valorar su incorporación a la actual directiva del Real Zaragoza. Su contratación traspasaría los límites deportivos y supondría todo un golpe de efecto en el estado anímico y sentimental. De la plantilla, que ha rendido a un paupérrimo nivel en este inicio de competición, pero sobre todo de la afición, sabedora de la grave y delicadísima situación que atraviesa el club.
Quinto por la cola y en puntuación de descenso a Segunda B, el hipotético regreso de Víctor perseguiría un giro de 180º en la peligrosa trayectoria en la que se ha sumergido la entidad. Una situación muy similar a la que ya atravesó el entrenador en 2018, cuando vivió su última etapa en el banquillo zaragozano.
Entonces, del mismo modo que lo sería ahora, su figura constituyó una bocanada de aire fresco, un flotador en mitad del océano al que se aferró todo el zaragocismo para evitar la tragedia del descenso a Segunda B. El resultado ya se conoce: no solo evitó que el club se precipitara hasta la tercera categoría del fútbol español, sino que el curso siguiente a punto estuvo de devolverlo a Primera División.
¿Quién sabe dónde estaría ahora el Zaragoza y qué sería de Víctor Fernández si la pandemia del coronavirus no nos hubiese volteado la vida en marzo? Una situación que quiere revertir el Real Zaragoza para recuperar la ilusión y huir del peligroso laberinto en el que está sumido. Y ahí, en medio de ese serpenteante recorrido, es donde Víctor Fernández y el Real Zaragoza podrían volver a cruzar sus caminos por cuarta vez en la historia.
