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Baraja busca una salida

El Real Zaragoza, sumido en una crisis de identidad y juego, necesita reinventarse ante un claro aspirante al ascenso

Rubén Baraja, durante el entrenamiento de ayer.
Rubén Baraja, durante el entrenamiento de ayer.
Toni Galán

Un triunfo real en siete partidos, un punto sumado de los últimos 12 en juego, casi 300 minutos sin ver portería… El mismo equipo que hace dos semanas recibió al Málaga respaldado por unos resultados engañosos, falseados por la alineación indebida del Alcorcón y una efectividad insostenible, hoy es enjuiciado por los números. El Real Zaragoza se mide esta tarde al Mallorca (La Romareda, 16.00) con la obligación de reinventarse para frenar un desmoronamiento prematuro. 

La tradicional crisis de otoño se ha adelantado. La aceleración del calendario, con jornadas intersemanales, ha colapsado a un bloque que ya no se sujeta por los números. La tabla clasificatoria, la única vara de medir fiable, sitúa al Zaragoza en una alarmante decimoséptima posición y compromete el futuro de su entrenador.

Rubén Baraja se sentará hoy en el banquillo de La Romareda sabiendo que una derrota, sobre todo si se produce bajo la misma sintomatología que las últimas, podría conllevar su destitución. El equipo debe ofrecer indicios de mejoría. Todo lo que no sea competir frente a uno de los rivales más pujantes de Segunda, que acumula ocho partidos sin perder y quiere asaltar el liderato, traerá consecuencias inmediatas.

Al Zaragoza le urge recuperar el pulso del campeonato. Sin más pretextos. La demora solo ha servido para empeorar. El fin justificó los medios, ese fútbol antiestético y abstracto, mientras los marcadores acompañaron. Pero ha llegado el momento de reclamar identidad futbolística; de reivindicar que el trabajo se traduzca en un equipo reconocible. 

El entrenador del Real Zaragoza, Rubén Baraja, analiza la situación del equipo y cómo llegan los jugadores al próximo partido, este domingo frente al Mallorca en La Romareda.

Nadie aspira a un Zaragoza que enamore. Todo aficionado percibe las limitaciones del plantel que gestiona Baraja. Pero ser comprensivo no implica renunciar a unos mínimos de estilo; a una idea de juego que se traduzca en llegada a la portería contraria. El fútbol son goles. Y este grupo, por encima de todo, necesita mejorar sus registros ofensivos. 

En las siete jornadas disputadas, el Zaragoza tan solo ha chutado 11 veces a puerta, a una media de 1,57 disparos por encuentro, y ha marcado cuatro goles, a una media de 0,57 por choque. Cifras alarmantes que deben empezar a ser corregidas este mismo domingo. 

Para ello, Baraja cuenta con la duda de Juanjo Narváez. El delantero colombiano se retiró con molestias del césped de Anduva y, a pesar de que ha entrenado junto al resto de sus compañeros en las últimas sesiones, es probable que quede fuera de un once titular que sufrirá modificaciones y podría estar integrado por Cristian; Tejero, Atienza, Guitián, Nieto; Eguaras, Igbekeme, Nick, Chavarría; Vuckic y Toro Fernández o el propio Narváez.  

Un Mallorca en racha

En el Mallorca, Luis García podría alinear a Reina; Joan Sastre, Valjent, Raíllo, Cufré; Dani Rodríguez, Baba, Salva Sevilla, Lago Junior; Mboula y Marc Cardona, en una alineación muy similar a la que presentó en su último encuentro (victoria por 3-1) frente al Málaga. 

El cuadro balear, que cuenta en sus filas con dos exzaragocistas como Febas y Ruiz de Galarreta, no pierde desde la primera jornada (0-1 ante el Rayo. Desde entonces, ha encadenado una racha de imbatibilidad que se asienta, principalmente, en la solidez defensiva. Su portero, Manolo Reina, llegó a estar 737 sin recoger el balón de la red.

Para la cita en La Romareda, Luis García recupera al centrocampista ghanés Idrissu Baba y al delantero brasileño Murilo de Souza, bajas por molestias físicas en los dos últimos partidos. En cambio, Álex Alegría, con un golpe, no ha viajado.

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