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La salida de Papunashvili y un fichaje postrero, materia del cierre del mercado
A las 12 de la noche de este lunes acaba el periodo de fichajes de este ‘verano’ especial y el Real Zaragoza pretende consumar estas dos últimas operaciones.
Si todo va según el guión previsto por los dirigentes y ejecutivos del Real Zaragoza, este lunes 5 de octubre se acabará a las 12.00 de la noche con la salida del equipo de Giorgi Papunashvili y con la llegada de un último fichaje a la plantilla que dirige Rubén Baraja. Todo porque hoy, en esta fecha tan alejada del calor y el aroma veraniego del tradicional 31 de agosto, concluye el mercado de ‘verano’ en este tiempo extraordinario de pandemia mundial en el que se desarrolla el fútbol profesional en España y las demás grandes ligas.
Es día, tarde y noche de tensión, de gastar varias baterías de teléfono móvil, de cruzar documentos contractuales entre infinidad de SAD y clubes. En la medianoche habrán cuajado unas cuantas operaciones de compra, venta y préstamo, las definitivas hasta enero, entre las que el Real Zaragoza pretende tener dos títulos de crédito.
En cuanto al fichaje que completará el grupo, la intención principal es –tras la cesión de Clemente a la UD Logroñés y la alarma que generó anteayer la nueva lesión de Vigaray aún por escrutar– terminar de recomponer la línea defensiva con una pieza más que aporte experiencia y versatilidad.
Y, en sentido inverso, una vez transcurridas cuatro semanas desde que el entrenador, Baraja, asintiese a la solicitud de examinar por enésima y última vez la actitud de Papunashvili por si se le podía hacer hueco en la plantilla por cuarta campaña consecutiva, está decidido que lo más conveniente es que el internacional por Georgia abandone el Real Zaragoza, como ya hizo en enero pasado rumbo al Racing de Santander, maniobra de cesión que fue un fiasco.
El extremo caucásico solo asomó en dos de los partidos amistosos de preparación de mitad de septiembre, ante el Getafe y en Nástic, en Tarragona, jugados en un corto espacio de tres días. Al tercer ensayo, contra el Girona en La Romareda, ya no llegó pues adujo molestias físicas y fue baja. Baraja no lo probó en su posición principal, en la banda, sino que lo utilizó como delantero, algo que chirrió y mostró un Papu incómodo.
Es llamativo que Papunashvili, pese a estar incluido en las dos citaciones de los partidos oficiales jugados por el Real Zaragoza –contra Las Palmas y, hace 48 horas, en Alcorcón–, no ha entrado ni siquiera en las amplias rotaciones que permiten los cinco cambios en el nuevo fútbol del coronavirus. Estuvo a punto de jugar el primer día en la recta final del duelo ante los canarios, cuando el Zaragoza recibió de improviso el empate a dos, pero la expulsión de Nieto abortó la idea de Baraja.
El técnico blanquillo dejó claro antes de ir a Alcorcón que Papunashvili no está en su proyecto base, que el periodo de prueba no lo ha superado en positivo. «La realidad es que el mercado está en movimiento. Nosotros (el cuerpo técnico) cuando hablamos con la dirección deportiva de Papu, lo que queríamos era verlo, queríamos saber qué presdisposición tenía él, qué actitud tenía, cómo veía él el hecho de quedarse otro año más aquí, el sentirse de nuevo un jugador importante que trabaje para el equipo… y estamos en esa valoración», dijo de entrada el pucelano.
«Cuando el mercado está abierto sabes que siempre hay posibilidades de última hora, ofertas que pueden interesar. Cuestiones como la de Papu se pueden valorar igual que sucedió con Clemente, que ha salido en busca de minutos. Si hay alguna opción en la que él se pueda ir a otro club, pues igual sale. El club decidirá esa cuestión», adelantó Baraja el viernes. Anoche, esta intención seguía vigente, activada y cargada de convencimiento general dentro de la entidad. Se avecinan pues horas clave para rematar la cara nueva del Real Zaragoza 20-21.
