Shinji Kagawa, el último futbolista del Real Zaragoza en incorporarse al grupo en esta extraña pretemporada de septiembre de 2020, ya está en la capital aragonesa desde hace unas horas. Ha aterrizado en España durante el fin de semana, procedente de Japón, a donde viajó con doble misión a finales de agosto: por un lado, guardar unos días de asueto en su casa, con los suyos; y, por otra parte, actualizar los necesarios trámites relativos a su visado para poder seguir viviendo en Europa sin problemas burocráticos, según las leyes y normas que rigen en el país del sol naciente respecto del Viejo Continente. 

Consumido el permiso que el Real Zaragoza concedió, obviamente, al internacional nipón, Kagawa aguarda ahora a cumplir con el protocolo de la covid-19 en España, dentro de las exigencias de La Liga, del Gobierno de Aragón y del Ministerio de Sanidad. Por eso no ha podido reintegrarse de inmediato a los entrenamientos con el resto de compañeros. Por esta razón, Rubén Baraja, el nuevo entrenador zaragocista, aún no ha podido cruzar las primeras palabras con el '23' blanquillo.

Deberá esperar Kagawa acumular, en un tiempo de 48 horas, dos test PCR de covid-19 con resultados negativos. Cuando eso suceda, ya sí podrá entrenarse con los demás de nuevo. Es cuestión de poco tiempo, pero resulta ineludible la espera. 

Baraja tiene necesidad de observar a Kagawa, de charlar con él, de tantear lo conveniente o no de que el veterano futbolista, el de mejor currículum vitae de la plantilla por títulos y presencia en equipos grandes durante la última década, siga un año más en el Real Zaragoza o se ponga en marcha su salida. El japonés firmo el año pasado por dos campañas, procedente de Borussia Dortmund alemán y tras haber estado cedido en el Besiktas turco un año. Así que tiene por delante un año más de contrato. Las variables económicas que se hubiesen puesto en marcha en caso de ascenso a Primera quedaron abolidas nada más caer eliminado el Zaragoza con el Elche en la Promoción. Aún así, Kagawa es ahora mismo uno de los contratos más caros del reparto de actores del vestuario. Y eso, en tiempos de crisis y apreturas de cinturón, siempre requiere análisis sesudos y profundos del el área deportiva de cualquier club. 

Se avecinan, pues, una docena de días claves para resolver la situación de Kagawa en el Real Zaragoza. Bien quedará consolidada con el futbolista designado como estrella y baluarte del nuevo proyecto de Baraja, o bien terminará buscando una salida pactada para liberar masa salarial y permitir otro tipo de variantes en la composición del equipo. 

Una maniobra de doble opción que no solo afecta a Kagawa... como dijo Lalo Arantegui el pasado viernes públicamente, hay muchos jugadores que son susceptibles de abandonar el club para cuadrar balances económicos: Guti, Papunashvili, Nieto, Lasure, Clemente, Ros... y también Kagawa. Que la SAD vaya a tener una merma de más de 2 millones de euros para salarios de la plantilla trae estas consecuencias. Son las normas de La Liga, las actuales, cosa que no quiere decir que pasado mañana sean otras. Todo es siempre voluble y volátil dentro de ese organismo.