La plantilla, técnicos, auxiliares y empleados del Real Zaragoza volvieron a ser sometidos a un nuevo test PCR de covid-19 en la jornada de este jueves. Es el paso indispensable a salvar para poder entrenarse por fin en grupos, algo que ha sido imposible desde la reanudación de la pretemporada, el pasado lunes, a causa de las obligaciones sanitarias establecidas por el protocolo de La Liga para la reanudación de los entrenamientos y la competición, que exige dos negativos en dos test que se hagan en cuatro días de distancia temporal, como es el caso.

Al margen de este mandato circula la situación particular del nuevo entrenador, Rubén Baraja, que dio positivo en coronavirus hace 8 días y se encuentra en cuarentena, situación que perdurará al menos durante buena parte de la semana próxima. 

Quienes sí estarán ya en disposición de tomar el timón del vestuario, en ausencia del referido Baraja, son sus ayudantes directos, el segundo, José Rodríguez, y el preparador físico, Manuel Poblaciones, ambos aislados por precaución al conocerse el contagio del técnico vallisoletano en su momento (el 26 de agosto), pero que siempre dieron negativo en los test consiguientes. 

​Ireneo de los Mártires, el médico del Real Zaragoza

El jefe médico del Real Zaragoza, el doctor Ireneo de los Mártires, evaluó la situación extraña del equipo después de cubrir prácticamente cuatro días de trabajo muy alejado de lo que debería ser una tanda de entrenamientos de pretemporada: sin balón, sin contacto alguno entre jugadores, sin los tres principales responsables del recién llegado cuerpo técnico. 

"En realidad, todo el mundo ha regresado al trabajo en perfectas condiciones. Desde los servicios médicos, la verdad, teníamos cierto temor a esta vuelta de las vacaciones, a que fuera de la burbuja que suponen los entrenamientos diarios, haciendo una vida normal en sus días de desconexión, pudiera haber habido algún contagio al ser más fácil que eso suceda sin el control diario de aquí. Existía ese riesgo, como se ha visto en algunos otros equipos. Por suerte, no ha sido así, nuestra plantilla ha sido muy responsable", presumió de entrada De los Mártires. 

La única excepción, crucial para que el corto espacio de tiempo del que dispone el Real Zaragoza para encarar el nuevo año futbolístico se haya visto cercenado en este arranque de septiembre, es la del entrenador, Baraja. Una incidencia de máxima repercusión estos días, que se han quedado huérfanos del nuevo jefe futbolístico del equipo, pero que no es causa directa de la implantación de este protocolo que obliga a la individualidad de los ejercicios. 

Así lo subraya De los Mártires: "Hemos tenido que aplicar el protocolo de máximos que viene marcado por el Ministerio de Sanidad, el Gobierno de Aragón y la Liga de Fútbol Profesional. Y el equpio ha debido dividirse estos días en tres grupos, cada uno con un fisioterapeuta distinto, a modo de compartimentos estanco. Es todo muy estricto, sobre todo porque se trata de un deporte de contacto como es el fútbol. Todo ha de estar lo más localizable posible en caso de que haya más positivos", añadió el médico blanquillo.

Ireneo de los Mártires es pragmático respecto de la pandemia. "Por desgracia llevamos ya un tiempo largo conviviendo con el virus. Y me temo que esto va a continuar y vamos a seguir con él. Jugadores y técnicos, todos los implicados en el día a día del equipo, sabemos que tenemos que ser muy exigentes con las precauciones. Es complicado. Somos un grupo amplio con gente joven, que hace vida fuera del fútbol, que tienen familia. En el fútbol, además, ha de haber choques, pugnas... Hay que prevenir, pero sabiendo que es difícil el control total", añadió el doctor.