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El césped de La Romareda, un feo aspecto que asusta pero que está bajo control

La presentación de Zanimacchia este miércoles, sin poder pisar una hierba que se apreció de fondo alterada en su trama, desató alarmas que no tienen base: se trata de una operación habitual en verano, sin problema alguno.

Vista del césped de La Romareda, tratado con un proceso fitosanitario antes de volver a usarse en la inminente temporada 2020-21.
Vista del césped de La Romareda, tratado con un proceso fitosanitario antes de volver a usarse en la inminente temporada 2020-21.
Tino Gil/Real Zaragoza

La presentación del italiano Luca Zanimacchia al mediodía de este miércoles dejó, además de la habitual expectación de la llegada de un nuevo fichaje al Real Zaragoza, un efecto secundario inesperado: el susto y la preocupación de muchos observadores de la noticia a causa del feo aspecto del césped de La Romareda.

De hecho, Zanimacchia fue el primer jugador en años que no pisó el terreno de juego en el acto de puesta de largo oficial, ya que las fotos de rigor se le hicieron sobre la solera de hormigón de la parte intermedia del Fondo Norte. No se podía poner los pies en el prado a causa de un tratamiento fitosanitario al que se está sometiendo a la parte vegetal del campo de fútbol. 

Pese a ese impacto visual, nada es lo que parece. Todo está controlado. No hay ningún problema. Lo que acontece viene perfectamente tutelado por la empresa Siaver, la escargada del mantenimiento y control del césped del estadio y de la Ciudad Deportiva. 

En 23 días empieza el discurrir liguero del Real Zaragoza en La Romareda ante Las Palmas. Y eso acontecerá con absoluta normalidad. Y no solo eso. Es que en apenas 9 días, el equipo blanquillo utilizará ya el estadio para jugar un amistoso contra el Getafe (día 12). Y lo hará sin que lo que ahora parece, momentáneamente, un desastre de terreno de juego esté ya en tales circunstancias visuales. 

Manuel Tornos, gerente y alma máter de Siaver, lo explica con detalle para HERALDO: "Es una operación ordinaria que se denomina 'resiembra de otoño' y en la que esparcimos 30 toneladas de arena de sílice en toda la superficie. Eso es lo que hace que ahora la vista sea anormal, fea, que llama mucho la atención. Pero se pasará en pocos días, en cuanto la tierra absorba la arena y la incorpore al subsuelo", comienza reseñando este ingeniero agrónomo que lleva ya largo tiempo al frente de la conservación de La Romareda.

"El objetivo de esta operación es doble: por un lado, que se nutra bien el césped de cara al invierno y, por otro, que se dote de consistencia a la superficie de la hierba, que gane en mullido, que sea más tupida. El tiempo de hacerlo es ahora, en septiembre", añade Tornos.

Manuel recuerda que, por su estructura arquitectónica, "La Romareda tiene durante todos los día del verano entre 5 y 6 grados más al nivel del césped que los que hay en la calle, en el exterior, lo que hace sufrir mucho a la hierba". En efecto, el terreno de juego del estadio zaragozano está muchos metros por debajo del nivel del suelo urbanizado, lo que hace el efecto caldera en las horas de sol. 

Manuel Tornos, sabedor del impacto visual que generó hace 24 horas el horizonte de las fotos e imágenes de televisión de la presentación de Zanimacchia, vuelve a incidir en sus mensajes tranquilizadores hacia el zaragocismo. "Dentro de 9 días, en el amistoso contra el Getafe, el campo estará en perfectas condiciones, tal y como acabamos el día del Elche, que era el 16 de agosto. Y, por supuesto, en el estreno liguero contra Las Palmas, el aspecto será el bonito de siempre", asegura. 

Tornos, el cerebro de los jardineros del Real Zaragoza, también recuerda que, por el parón de la pandemia que dejó todo parado en marzo, abril, mayo y mitad de junio, el césped viene de vivir un tratamiento algo diferente al de otros años. "En junio ya tuvimos que trabajarlo antes de la reanudación de la liga para que aguantase bien, sobre todo por controlar las enfermedades típicas de esa fase del año, como la que provoca el hongo llamado 'anillo de brujas', que se ve menos últimamente y que es el más peligroso en los campos de fútbol", apostilla el gerente de Siaver. 

Así pues, que las alarmas se apaguen respecto de la mala cara vista al césped de La Romareda en las últimas horas. No hay razón para ello. Al contrario. Esta hierba, que fue sustituida por completo en 2018, tiene una excelente salud.

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