Avanza en su diseño el nuevo proyecto del Real Zaragoza, plan en el que el nombre de Juanjo Narváez (Juan José Narváez Salarte, en la cédula de identificación de Colombia) puede desarrollar un rol significativo en la línea delantera. El futbolista acaba de completar un notable ejercicio liguero con el Las Palmas de Pepe Mel, club al que llegó cedido por el Betis. El club aragonés pretende acercarlo hasta La Romareda con un contrato semejante al que suscribió con el club canario, es decir, a préstamo durante un año. El hecho de que en el nuevo curso defienda el escudo del león rampante no es que sea posible, sino incluso probable.

Narváez acaba de pintar en la temporada que se acaba de clausurar los mejores números de su carrera futbolística en España. Ha sido de lo poco salvable en el decepcionante Las Palmas de Pepe Mel, una potente plantilla que no alcanzó ni las plazas de la promoción. Con el conjunto grancanario hizo hasta siete veces el gesto de llamar por teléfono, que, como ven en la imagen de la derecha, es la singular forma en que Narváez celebra los goles. Su producción goleadora, desde luego, resultó fundamental para que Las Palmas escapara de las brasas del descenso a Segunda B, que, durante una porción de la temporada, llegó a ser la gran preocupación del histórico club insular.

Después de destacar poderosamente en edad juvenil en las filas del Pasto colombiano, el joven talento cafetero llamó la atención de los ojeadores del Real Madrid en Sudamérica. Captado por La Fábrica del Real Madrid, se incorporó en 2013, con solo 18 años, al tercer equipo del club blanco, el Real Madrid C. Apenas jugó 69 minutos en su primer año en la capital de España, marcando un gol. Sin embargo, saltó al segundo equipo madridista, el Real Madrid Castilla, donde solo jugó cuatro partidos para un total de 121 minutos en su segundo año en el Madrid. Continuó en el filial las dos siguientes temporadas, con unos registros de 11 partidos y tres goles (en 530 minutos) y 14 partidos y un gol (en 627 minutos).

Sin mayor recorrido posible en el Real Madrid, firmó por el Betis, que primero lo dejó en su filial en el ejercicio 2015-16, rubricando un gol en los 15 partidos jugados (1.257). Pese a estos registros, ascendió al primer equipo bético en 2017, disputando siete partidos en Primera División (303 minutos). Desde el Betis fue cedido al Córdoba en 2017, curtiéndose en la Segunda A. Con el club califal compareció en 16 encuentros, anotando cinco goles en 975 minutos. De nuevo fue cedido por el Betis a otro Segunda A en 2018, al Almería, camiseta que defendió en 30 ocasiones, haciendo dos goles en 1.206 minutos. Sin duda, y esto es lo mejor, sus registros más significativos son los más recientes, los licuados este mismo curso con el Las Palmas por un jugador en crecimiento: siete goles en 29 partidos (2.021 minutos) no es poca cosa. Sin duda, un nombre a anotar en la Segunda A. Y eso es lo que ha hecho el Zaragoza.

Apuntalada la defensa con Jair Amador y Pep Chavarría, incorporado Sergio Bermejo al centro del campo, Haris Vuckic a la delantera, y ultimado el fichaje de Luca Zanimacchia, el nombre de Narváez viene a barnizar un puzle zaragocista al que cada vez le restan menos piezas para observar su configuración definitiva, un dibujo en el que Juanjo Narváez puede salir retratado como le gusta a él: haciendo el gesto de llamar por teléfono, esto es, celebrando goles.