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Extremadura-Real Zaragoza: la victoria como único fin

El equipo aragonés visita este martes al Extremadura, penúltimo, obligado a ganar tras los dos tropiezos en casa. Los de Víctor Fernández, que siguen segundos, tienen ya poco margen de error a corto plazo.

La plantilla del Real Zaragoza, al mediodía de este lunes en el último entrenamiento en la Ciudad Deportiva, previo al viaje a Badajoz.
La plantilla del Real Zaragoza, al mediodía de este lunes en el último entrenamiento en la Ciudad Deportiva, previo al viaje a Badajoz.
Tino Gil/Real Zaragoza

Extremadura-Real Zaragoza es el partido programado para este martes en esta liga exprés de Segunda División. Un duelo a priori desequilibrado, entre dos equipos que son segundos en la tabla clasificatoria... uno por arriba, el aragonés, y el otro por abajo, los de Almendralejo. Habitan, pues, en las antípodas de la tabla, con aspiraciones muy distantes.

El Real Zaragoza saldrá hoy al pequeño campo del Francisco de la Hera –en su día de Primera División, allá por los años 90– con la presión de quien ocupa puesto de ascenso directo y, a solo 8 jornadas para el final, se ve sumido en un pequeño bache de resultados tras enlazar dos derrotas seguidas en La Romareda, frente al Alcorcón (1-3) y el Almería (0-2), esta el pasado sábado, hace solo 72 horas. Escuece y duele, porque aún está caliente el golpetazo.

En frente, el Extremadura, como poco, acometerá el duelo con los mismos nervios, la misma responsabilidad individual y colectiva que los aragoneses. Y es que están anclados peligrosamente en el puesto 21º, el penúltimo, a 5 puntos del ras de la salvación. O sea, necesitan limar puntos con al menos tres equipos de los que les preceden (Oviedo, Lugo, Numancia, Deportivo de La Coruña, Albacete...) con enorme celeridad, contrarreloj. La vida se les apaga, se les acaba de no salir triunfantes ante los zaragocistas. Tremendo mandato para ellos.

Así que los muchachos de Víctor Fernández tienen ante sí una cita crucial que necesita ser abordada con inteligencia, con picardías, con mano izquierda, con estrategia cuasi militar para salir airosos en el objetivo de sumar estos 3 puntos claves. Han de saber manejar sus propios resortes, su juego, su ritmo físico y de intensidad y, simultáneamente, saber horadar el ánimo, la tensión cardiaca y el aspecto mental de un rival agónico, al borde del precipicio, que se encuentra enganchado a la cornisa únicamente con las yemas de los dedos a estas alturas del torneo.

Hoy, más que nunca, mucho más viendo cuáles son los principales resortes del nuevo fútbol a puerta cerrada y silencio monástico alrededor, es fundamental para el Real Zaragoza adelantarse en el marcador. Si lo hace, tendrá más de medio objetivo en las alforjas. Es, en gran medida, un partido gemelo al que ganaron los de Fernández hace una semana exacta en Lugo por 1-3, la única alegría celebrada desde la reanudación de la liga tras el parón de tres meses por el coronavirus. En Lugo, los zaragocistas lograron el 0-1 en el minuto 18, enseguida, y decantaron con solvencia y cierta facilidad el triunfo hacia su lado. Es un ejemplo cercano a seguir, a considerar. Esa es la trama de partido que más interesa, la que facilitaría las cosas en grado máximo. La que deben buscar como sea los de Víctor, imitando esa salida en tromba del Almería en La Romareda hace 72 horas que logró tumbarlos a ellos como hacía Mike Tyson con sus rivales de pesos pesados en el boxeo de los 80: al tercer directo al mentón, el oponente a la lona.

Requiere el Real Zaragoza que Luis Suárez vuelva a ver portería. El colombiano, segundo goleador de la liga con 17 tantos, está con su contador a cero en las tres jornadas del fútbol de plató, como si le faltase la gasolina del estímulo de la grada. También es perentorio que Burgui, fichaje estrella para la banda, logre recuperar su capacidad de desbordamiento por los extremos, a modo de ayuda imperativa en ataque mientras se recupera Puado. Y Víctor espera también la reactivación de Soro, que se ha mostrado lejos del punto de forma e inspiración que tenía cuando la liga se paró hace un trimestre. Asimismo, el bloque pide que Eguaras gane en velocidad, tanto de desplazamiento como de imaginación; que no sea tan previsible y esporádico en sus pases buenos y aperturas de gol. En rol ofensivo, si el Real Zaragoza es capaz de mejorar un 50% en este combo de máculas, tendrá mucho camino avanzado para ganar al Extremadura.

Referirse a rachas, a estadísticas, es ahora perder el tiempo. No sirven de nada. Cada envite es ahora una lotería, algo de imposible pronóstico. Nada ni nadie es igual que antes.

Lo único claro es que no interesa un partido largo. No están las fuerzas de los zaragocistas para posponer los deberes de mayor calado para la recta final del duelo. El cerebro, sin oxígeno, provoca movimientos torpes e imprecisos. Y, sirva el dato, en este primer partido que se va a disputar en el verano astronómico (hasta ahora estábamos aún en primavera), la temperatura va a ayudar muy poco en este sentido. Ayer, cuando el Real Zaragoza aterrizó en Badajoz sobre las 19.15, los termómetros marcaban 38 grados.

La Liga ya tuvo que rectificar el horario de comienzo de este partido hace unos días, pues en un principio lo había datado a las 19.30 (el programa de los zaragocistas ya ha sufrido dos variaciones por este motivo, caso singular). Aun así, para hoy a las 21.45, el mercurio se moverá en torno a los 29 grados. Calorazo, con ese sol estival aún en todo lo alto camino de la larga noche de San Juan. Son las cosas de jugar fuera de tiempo y hábitos en España. Y más en territorios como los extremeños, donde la canícula es siempre de órdago a la grande.

Igbekeme llega tocado físicamente

Víctor Fernández, pendiente hasta última hora de si Atienza está en condiciones de seguir como titular tras el traumatismo en un ojo sufrido ante el Almería, verá mermada su capacidad de maniobra en las posibles rotaciones al encontrarse James Igbekeme dolorido en la zona inguinal, con una sobrecarga en los aductores pese a que en el último partido apenas jugó 12 minutos. El nigeriano no está al cien por cien y, salvo caso de máxima necesidad, lo normal es que su participación hoy en el juego sea nula por pura prevención.

Delmás, que fue suplente hace tres días y relevó al juvenil Francés en el descanso, recuperará la titularidad en el lateral derecho mientras se espera la vuelta de Vigaray, que ayer ya se entrenó con el equipo tras 15 días de baja. En el resto de puestos, no se prevén grandes cambios pese al bajo rendimiento de algunas piezas ante el Almería. Víctor ha de preparar el once inicial y los cambios minuciosamente.

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