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El Real Zaragoza se hunde con estrépito en los últimos 20 minutos y cae 1-3 con el Alcorcón

Tras más de una hora de dominio y ocasiones falladas por los de Víctor, los errores groseros de Atienza y El Yamiq condenaron al equipo. Cristian Álvarez fue expulsado.

Tremenda decepción en la vacía Romareda y, por derivación, en miles y miles de hogares y locales de hostelería donde la afición vio el regreso del Real Zaragoza a la competición en esta mini liga atípica de un fútbol desconocido y de dura asimilación. Derrota contundente, por 1-3, ante un Alcorcón que pareció un rival ramplón durante más de una hora y que, en la recta final del choque, cuando a los locales les abandonaron las fuerzas y llegaron marros increíbles de sus, otrora, solventes defensores, destrozó a los aragoneses en un pimpampún visto y no visto.

El partido comenzó con dominio absoluto del balón por parte zaragocista, pues el Alcorcón salió a verlas venir, demasiado atrás. Hasta tres ocasiones claras tuvo el cuadro blanquillo antes de los 10 minutos. La primera, en el minuto 4, por medio de Luis Suárez tras dos quiebros en el área a Diéguez, pero su disparo se estrelló en un defensor madrileño y no llegó a puerta. En el 9, Guti, tras una falta ensayada, lanzó un disparo raso duro, desde la frontal del área, que rozó el palo derecho por fuera tras tocar el portero Jiménez. Alguien desde el palco creyó ver gol por el movimiento lateral de la red. Y, la más clara, en el minuto 10, la erró Guitián, lateral derecho improvisado por Víctor Fernández ante las bajas por lesión de Vigaray y Delmás. El cántabro recibió un centro largo al segundo palo de Eguaras y, a placer ante el portero, remató al aire en una pifia que denunció que esa labor no está entre sus más destacadas.

En este tramo ilusionante de los zaragocistas, Atienza estuvo a punto de estropear el buen inicio pues, en una mala salida del balón atrás, regaló un pase a Stoichkov, que no dudó en intentar una vaselina súbita sobre el adelantado Cristian Álvarez. Por fortuna para los locales, el delantero del Alcorcón se quedó corto de fuerza y pudo atrapar arriba el arquero argentino para eludir problemas mayores. Era el minuto 7 y esto sirvió de aviso para que nadie se relajara en el silencio del vacío, en lo postizo de los gritos enlatados en megafonía cual moscardón estival.

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A partir del cuarto de hora, el juego decayó en picado. El Zaragoza se desvaneció en sus ímpetus iniciales y los del sur de Madrid tomaron el balón a través de un incombustible Dorca y un buen Perea en la medular. Los de Víctor no tenían agilidad con la pelota, Kagawa siempre retrocedía, Soro estaba impreciso, Igbekeme más. Luis Suárez era una isla en punta, echando en falta a su pareja Puado, en el banquillo por problemas físicos. Los laterales estaban ciegos, mal Guitián en la ofensiva y apagado Nieto, poco utilizado. Menos mal que el Alcorcón nunca encontró un último pase bueno, lo que alivió ese bajonazo zaragocista de larga duración.

Despertó el equipo en el minuto 30 con una combinación interesante de Soro con Kagawa, que taconeó en el área para dejar solo a Luis Suárez. El colombiano no chutó de primeras, pensó demasiado, y acabó cayendo ante David Fernández. No hubo penalti, aunque se pidió. De ahí al descanso, solo un chut de Igbekeme con escaso ángulo, al lateral de la red, llamó la atención de los observadores. El resto, mucha planicie. Pocos espacios, demasiada lentitud de movimientos y asistencias. Eso sí, el árbitro Pulido Santana se erigió en el protagonista de esta fase del duelo: le perdonó hasta dos veces la segunda tarjeta amarilla, la expulsión, a Dorca, más allá de un fuera de juego pitado a Soro que no era o una falta a favor del Alcorcón señalada al borde del área zaragozana cuando no existió bajo ningún concepto.

En el descanso, Víctor dejó en la ducha a un escaso Kagawa y metió en danza a Blanco, en busca de rapidez y verticalidad. El equipo necesitaba también el despertar de Eguaras, realmente apagado y fuera de onda en la primera mitad del duelo; y también se aguardaba el viejo dinamismo de Guti, que asomó con cuentagotas en los primeros 45 minutos. El Real Zaragoza salió al campo igual que al inicio del choque, con fuerza y convencimiento. Encerró atrás a los visitantes y, de la salida de un córner, estuvo a punto de anotar el 1-0 al cabecear Nieto al larguero en el primer palo. Una pena, pues de nuevo el equipo de Víctor echó a perder una magnífica oportunidad de encarar el ansiado triunfo y disolver nerviosismos.

Fran Fernández, el técnico alfarero, introdujo rápidamente un doble cambio en la medular y la zona de ataque para sacar de atrás al Alcorcón, que estaba a merced del Real Zaragoza sin oler la pelota. En un avance en velocidad de Blanco, su centro atrás en el minuto 59 lo remató en semifallo Soro, desperdiciando una nueva oportunidad clara. Cuatro minutos más tarde, Blanco culminó mal una jugada bien ligada por Luis Suárez, cuyo pase atrás recorrió el área sin encontrar el socio preciso que hiciera el gol. Y, en plena fase de acoso aragonesa, de nuevo Blanco metió la puntera a un centro raso de Guitián, pero no encontró el marco en el minuto 67.

Víctor le dio a Burgui los últimos 25 minutos, en lugar de un cansado Soro. El Real Zaragoza merecía mejor suerte y la siguió buscando… sin saber que le aguardaba una emboscada. El 0-1 surgió de la nada en el minuto 70, cuando Atienza, que ya había hecho algo similar en el principio del partido, regaló un balón a Sandaza (recién entrado al campo) siendo el último de la zaga. La asistencia de este a Stoichkov, que marcó a placer, dejó al equipo de Víctor destrozado. Un error individual echaba por tierra más de una hora de trabajo espartano. Y aquí el Zaragoza se descosió como un vestido de raso. En 3 minutos, el 0-2 estaba en el marcador, en otro error grosero de un central, esta vez el marroquí El Yamiq, que regaló la pelota a Sandaza (mano de santo el veterano ariete para el Alcorcón) para que, de nuevo, asistiera a Stoichkov para un gol letal a puerta vacía.

Se hundió el suelo del Real Zaragoza por completo. Derrumbe trágico en 160 segundos. Y para que no faltaran secuelas, en el tercer error garrafal en defensa, en una falta de entendimiento de El Yamiq con Cristian Álvarez, el portero agarró el balón fuera del área con las manos ante el acoso de Sandaza. Roja directa en el minuto 77 por evitar así una ocasión clara de gol. El argentino será baja el martes en Lugo, como Guitián, amonestado enseguida siendo la 5ª amarilla de su ciclo. Los zaragocistas perdieron la brújula por completo. Bajaron los brazos incomprensiblemente. Y llegó el 0-3 en el minuto 83, en otro fallo en cadena de la verbena que era la defensa blanquilla, con pifia definitiva al alimón de El Yamiq y Nieto, que regalaron el balón al iluminado Sandaza para que batiera al recién entrado Ratón. Una catástrofe hecha realidad en apenas 13 minutos. Un apagón brutal, de consecuencias irremediables.

El gol de Linares, en el último instante del partido, fue mera anécdota. El Alcorcón ya llevaba 10 minutos de celebración sobre el césped y pasó de defender ese ataque con disparo de Guti que repelió Jiménez y empujó dentro de cabeza el de Fuentes de Ebro. Quedó tan devaluado este inútil tanto como afeada la entrada de Zapater al campo para debutar así esta temporada tras su calvario físico. En una victoria, estos dos detalles hubieran sido dorados. Así, fueron de azabache.

Al equipo zaragocista se le hizo largo e indigesto el partido. Erró goles y oportunidades durante 70 minutos, en los que fue infinitamente mejor que el Alcorcón. Pero se quedó sin gasolina en la recta final del partido, efecto agravado por la falta de destreza de la defensa. Como ya se ha visto hace un mes en Alemania, estos son los factores clave del fútbol de plató, del fútbol postizo, del fútbol de mentira que es la puerta cerrada y el ambiente de lata: la gente se asfixia y ya no responde fisica ni mentalmente. Y, en ese escenario, los defensores son los que más expuestos quedan, pues sus graves fallos suelen acarrear goles. Ah, y por supuesto, el factor campo es inexistente. Jugar fuera de tu estadio no supone merma alguna. Jugar en casa, no tiene bonus alguno. Mucho más para este Real Zaragoza que, sin su público, dejó claro que pierde revoluciones y par motor. Deja de ser un equipo poderoso para ser uno más.

A pesar de que no podrán acompañar a su equipo en el interior del estadio, decenas de aficionados ha querido acercarse a los aledaños de La Romareda para mostrar su apoyo a los jugadores ante su partido contra el Alcorcón.

FICHA TÉCNICA

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Guitián (Zapater, 76), Atienza, El Yamiq, Nieto; Eguaras, R. Guti, Igbekeme (Linares, 76); Kagawa (Blanco, 46), Soro (Burgui, 66) y Luis Suárez (Ratón, 78).

AD Alcorcón: Dani Jiménez; Laure, David Fernández, Diéguez, Bellvís; Dorca (Reko, 56) Perea (Aguilera, 86); Mula, Ernesto (Sandaza, 69); Stoichkov (Sosa, 86) y Romera (Miakushko, 56)..

Árbitro: Pulido Santana (Canario). Expulsó a Cristian Álvarez por roja directa (77) por agarrar el balón con las manos fuera del área. Amonestó a Guitián (11) y Dorca (36).

Goles: 0-1, min. 70: Stoichkov. 0-2, min. 73: Stoichkov. 0-3, min. 83: Sandaza. 1-3, min. 93: Linares.

Incidencias: Partido jugado a puerta cerrada, sin público. Noche de verano, con 26 grados al inicio del duelo (21.30). El césped presentó un aspecto magnífico. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la covid-19 y también, el presidente Lapetra y el vicepresidente Sainz de Varanda depositaron una camiseta con el número 12 junto a un ramo de flores sobre el túnel de vestuarios para honrar a los seguidores zaragocistas fallecidos en los últimos tres meses.

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