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¿Qué sucedería con un posible ascenso del Real Zaragoza si se suspende la temporada por el coronavirus?

Ni el Reglamento General de la RFEF ni las Bases de la Competición del curso 2019-2020 recogen y concretan las consecuencias clasificatorias de una cancelación forzosa de la temporada. 

Real Zaragoza - Deportivo de La Coruña
Real Zaragoza - Deportivo de La Coruña
Toni Galán

El Real Zaragoza y sus aficionados observan con expectación y cierta incertidumbre la evolución de la crisis del coronavirus y sus consecuencias en el ámbito deportivo. Este escenario de vigilancia sanitaria, excepcionales medidas de contención, restricciones a los eventos de masas y protocolos contra el contagio han derivado en el cierre oficial de los estadios y la celebración de los partidos en categorías profesionales con las gradas vacías de público durante las dos próximas semanas. Todo ello le ha estallado al Real Zaragoza -contrario a jugar a puerta cerrada y partidario en su lugar del aplazamiento de las jornadas afectadas por la cuarentena y el ajuste posterior de fechas- en su mejor momento deportivo en una década, en una dinámica portentosa de resultados y aposentado en puestos de ascenso directo a Primera División cuando apenas restan dos mese de competición. El sueño que viene persiguiéndose a la desesperada durante los últimos siete año se distingue y se intuye más cercano que nunca.

Esto desencadenado una lluvia de interrogantes sobre el tema, especialmente, si el desarrollo de esa crisis, como ha sucedido en Italia, desemboca en una suspensión de los campeonatos. En el país transalpino se comenzó jugando a puerta cerrada y se continuó decretando el aplazamiento total de todo evento deportivo hasta el próximo 3 de abril. Sin embargo, en Italia, ya cunde el temor a que esa suspensión ahora provisional se convierta en indefinida en función de las exigencias de la salud pública. O más allá: una cancelación definitiva de la temporada deportiva.

¿Qué pasaría en España si, en las semanas sucesivas, la situación generada por la epidemia de coronavirus no mejora y deben replicarse las medidas italianas en el deporte? Al Real Zaragoza, le cogería dulcemente atrapado en la segunda posición de la clasificación, como equipo de ascenso a Primera. En un escenario de suspensión definitiva e irrevocable, es decir, en el peor contexto posible, con un cierre forzoso de la temporada, el club aragonés quedaría expuesto a una situación incierta y desconocida, no contemplada en ninguna de las normativas que rigen la competición. Las consecuencias clasificatorias de una cancelación así no están especificadas, por lo que la segunda plaza del Zaragoza -su posible ascenso- quedaría en el aire, en un angustioso limbo para el aficionado. Ya hay quien ha rescatado del baúl de los recuerdos el precedente del primer ascenso del Real Zaragoza, cuando en 1936 ascendió, estalló la Guerra Civil y no pudo debutar en Primera División hasta 1939. Tres años de espera que serían nada al lado de los siete que el Zaragoza lleva ahora metido en la maldición de Segunda.

El Reglamento General de la Federación Española de Fútbol, el conjunto de reglas y preceptos que, en convenio con LaLiga, normaliza y organiza las competiciones profesionales, no establece los efectos clasificatorios de una suspensión total. Únicamente, en su artículo 188, referente a la “alteración de las competiciones y de los periodos de inscripción”, indica lo siguiente: “En caso de fuerza mayor o circunstancias excepcionales, la RFEF podrá suspender total o parcialmente las competiciones, así como prorrogar o reducir los períodos de inscripciones, en coordinación, en su caso, con la Liga Nacional de Fútbol Profesional, cuando así resulte legalmente oportuno”. Es una observación vaga, abierta a interpretaciones y consecuencias de todo tipo.

A su vez, en el artículo 187, el Reglamento acota la duración de la temporada deportiva: “La temporada oficial se iniciará el día 1º de julio de cada año y concluirá el 30 de junio del siguiente”. Esto introduce otro elemento de estudio en la gestión futura de posibles suspensiones parciales o aplazamientos en una temporada, la actual, en la que la Eurocopa, la Copa América y los Juegos Olímpicos reducen los márgenes de prórroga y comprimen el calendario de fechas libres: el 30 de junio es la fecha tope no solo de la temporada deportiva, sino de las múltiples relaciones contractuales de jugadores, técnicos y empleados con los clubes, incluidas las cesiones. Este debería ser un caso a regular, llegado ese momento. Si se aplaza la Segunda División y se estira durante todo el mes de junio hasta saltar a julio en un eventual escenario, el Zaragoza, por ejemplo, se enfrentaría a la incertidumbre de su podría contar con jugadores vitales a préstamo en su plantilla como Luis Suárez, Puado, Soro, El Yamiq…

En las Bases de la Competición del curso 2019-2020, la circular de la RFEF que regula la organización y el desarrollo de Primera y Segunda División, tampoco se hace mención concreta a una suspensión forzosa de la temporada ni se recogen los efectos clasificatorios a nivel de ascensos, descensos, campeones o club clasificados para competiciones internacionales en el caso de una cancelación de la temporada. Simplemente, en su artículo 3.3 dedicado al sistema de competición, se indica, en relación a la Segunda División: “El clasificado en primer lugar será acreedor de la Copa que le acredita como tal, la cual se le entregará en propiedad, además de consumar su ascenso directo a Primera División. El segundo clasificado al término del campeonato certificará su ascenso directo a Primera División. Los clasificados en los puestos 3º, 4º, 5º y 6º jugarán el Torneo por el Ascenso a Primera División, consiguiéndolo tan solo uno de ellos. Los clasificados en los puestos 19º, 20º, 21º y 22º descenderán a Segunda División”. Sin embargo, no están ampliadas estas consecuencias clasificatorias en casos de finalización forzosa del campeonato.

De momento, en Italia, ya se estudian diferentes soluciones ante la presumible imposibilidad de recuperar fechas salvo que se aplacen la Eurocopa o la Copa América. Los diferentes organismos del fútbol italiano ya han establecido comisiones de evaluación para encontrar alternativas a una cancelación prematura de la temporada. Han avanzado hacia tres posibles salidas. La primera es congelar la temporada y declarar desierto el campeonato y su título. La segunda es otorgar carácter definitivo a la clasificación actual y sus posiciones -en el momento de la suspensión-. Y la tercera es organizar un playoff de partidos entre los cuatro primeros para resolver el campeón y un playout entre los últimos clasificados para decidir los descensos.

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