El Real Zaragoza, en el reino del empate

Al Real Zaragoza le espera este domingo en La Rosaleda un Málaga blindado, correoso, duro de batir… Un rival al que es complicado hincarle el colmillo (conjunto menos goleado y solo 8 derrotas), pero que, a su vez, como otros muchos en esta categoría, agreste, incierta y asfixiante, también sufre para ganar (solo 8 victorias y segundo equipo menos goleador). Su signo cosido a la temporada es el empate. Hasta 14 encuentros de los malagueños han terminado en tablas este curso, una cifra que, por sí sola, ya es asombrosa después de 30 jornadas. El Málaga, puede decirse, empata un partido de cada dos que juega. Sin embargo, el registro es uno más cualquiera dentro de la Segunda División con más igualdad de la historia reciente. No resulta excepcional en el contexto de una categoría en la que el Racing y el Rayo Vallecano han empatado 16 veces, el Mirandés 15, el Alcorcón también 14, la Ponferradina 13, el Fuenlabrada y el Lugo 12…

Nunca la Segunda División en su formato actual y referente más concreto (dos ascensos, promoción hasta el sexto clasificado y cuatro descensos) había registrado tantas tablas, tantos partidos comprimidos, sin diferencias, jugados con acero competitivo, en el límite… En total, en los 329 duelos jugados en 30 jornadas (falta la segunda mitad del aplazado Rayo-Albacete, con, eso sí, 0-0 en el marcador) se han producido 120 empates. Además, nunca ningún equipo había igualada más de 15 partidos: este año, hay dos, el Rayo Vallecano y el Racing, con 16.

Esta cifra -120- supone un salto considerable respecto a anteriores campañas en la jornada 30: hasta ahora, el curso con más empates (108) fue el 2015-2016. La pasada temporada, a estas alturas, iban 106 equis en la quiniela, en la 2017-2018 se sumaban 99, en la 2016-2017 se habían firmado 106 tablas, por las 98 de la 2014-2015 y las 100 de la 2013-2014. Como se observa, después de 30 jornadas, lo normal venía siendo alrededor de 100 empates. Sin embargo, este año la categoría aún ha apretado más sus correas, sus partidos todavía han reducido más las distancias entre uno y otro equipo, la igualdad ha elevado varios grados su temperatura…

Estos 120 empates aceleran una tendencia impulsada en las últimas siete temporadas -coincidentes, precisamente, con el actual ciclo del Real Zaragoza en la categoría-. Antes del curso 2013-2014, se registraban menos empates. Por ejemplo, en los tres años previos, con el mismo formato de competición, en la jornada 30 de cada una de esas campañas, se había producido 82 (2012-2013), 84 (2011-2012) y 95 (2010-2011), unos números inferiores a los de los últimos siete años. ¿Y qué sucedió hace justo siete años? La Liga implantó su sistema de control económico basado en límites salariales, un método de fiscalización y regulación de las cuentas de los clubes que disolvió, en Segunda División, las diferencias de clase entre equipo, estandarizando en gran medida las plantillas y atenuando las desigualdades. Las consecuencias ya se saben: una liga imposible de predecir, abierta, en la que todo es posible, poblada de sorpresas y marcada por una igualdad salvaje, plasmada del modo más obvio: el aumento de los partidos empatados.

Aunque en estos casos no hay leyes exacta y la liga actual sigue en curso y abierta a todo tipo de dinámicas, el incremento de choques en tablas suele tener efecto en las cotas de ascenso, promoción o salvación. A más empates -más puntos fugados por partido-, el precio del ascenso directo ha tendido a la baja, mientras que la permanencia o la sexta plaza han seguido una proyección inversa, al alza. Así es la Segunda División, el reino del empate. 

Empates en la jornada 30 con el control económico de la Liga

Empates en la jornada 30 sin el control económico de la Liga

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