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Racing de Santander-Real Zaragoza: cruce de caminos opuestos

El equipo aragonés visita Santander con la obligación de sumar los 3 puntos frente a un rival que es el último clasificado. Víctor baraja repetir el sistema táctico usado ante el Dépor, con un talante ofensivo.

Luis Suárez, en primer término, junto a Blanco, Burgui y Vigaray en el ensayo último del Real Zaragoza antes de viajar a Santander.
Luis Suárez, en primer término, junto a Blanco, Burgui y Vigaray en el ensayo último del Real Zaragoza antes de viajar a Santander.
Toni Galán

Racing-Real Zaragoza es, esta noche en el estadio de El Sardinero (21.00), el ‘contrapartido’ del que jugó el equipo aragonés hace 27 días en el Carranza de Cádiz. Entonces, el anfitrión era el líder, el mejor de la liga durante meses. Hoy, el rival blanquillo será el colista, el peor del torneo desde hace muy largo tiempo. En un mes, los de Víctor Fernández han de afrontar, pues, dos versiones radicalmente opuestas de duelo fundamental para sus intereses. ¿Qué es más fácil –o más díficil– de preparar y acometer, un choque contra un gigante o una pugna con un contrincante abollado, devaluado y desesperado por su inferioridad manifiesta?

Víctor Fernández y sus muchachos han tenido toda la semana para cotejar diferencias, para acomodar el ánimo y el talante futbolístico a lo que les espera en Santander. Un reto tan singular como el de Cádiz, por su extrema radicalidad en el envoltorio general. El Racing será, en la lluviosa velada santanderina, un oponente afilado, con muerte en sus anzuelos, pues dice la máxima taurina que el toro malherido es el que más fácil mata. Ahí radica el peligro para los zaragocistas, que llegan a Cantabria en la cresta de su rendimiento, de su poderío como equipo, segundos en la clasificación (en ascenso directo), con el liderato a mano, invictos en 2020, en toda la segunda vuelta.

Es un partido que solo el Real Zaragoza puede echar a perder. Y lo hará si peca de soberbia, si se regodea en el silencioso y letal exceso de confianza en el que caen muchos favoritos en la vida. Si ante el primero de la fila, el Cádiz, hace cuatro semanas que el equipo de Víctor planteó y dirimió un partido serio, contundente, con máxima aplicación táctica y con un grado de concentración sobresaliente en todos sus hombres, hará mal hoy el grupo humano que compone el vestuario zaragocista en adoptar una conducta diferente a aquella. Si es capaz de clonar esa actitud, la victoria en El Sardinero llegará por decantación, por pura lógica, por la propia naturaleza de las cosas, pues el Racing es inferior al Cádiz libra a libra, en infinidad de atributos futbolísticos y en solvencia sobre el césped.

Fernández, como bien sabe toda la plantilla desde el martes, ha hecho especial hincapié en este aspecto: el ambiental, el anímico, el de la mentalización personal y grupal de todos y cada uno de los zaragocistas que hoy tienen el mandato supremo de cumplir con los pronósticos de la lógica y volver a Zaragoza de madrugada con los tres puntos en la bodega del autobús. No hay otra alternativa si no se quiere romper una racha genial, si se desea seguir cimentando el ascenso a Primera paso a paso de cara a los dos últimos meses y medio de liga que, apenas, restarán a partir de Santander.

Cuando un torneo así entra en su esprint final, es conveniente cumplir las previsiones en este tipo de choques tan dispares en la tabla. Lo contrario, toparse con una pifia en el momento más inadecuado, suele traer malas digestiones y dolores de estómago. Hoy, el Real Zaragoza solo puede verse satisfecho con un marcador: el ‘2’ en la quiniela, su victoria en Santander contra el que cierra la clasificación y huele a descenso.

A vueltas con la alineación

Víctor Fernández viajó ayer con su equipo de gala solapado entre los 18 convocados, donde solo falta el lesionado Igbekeme (otra vez, la quinta vez en este curso). Con la vuelta de Nieto por Clemente en el lateral zurdo –una vez cumplida la sanción del primero ante el Dépor por acumulación de tarjetas–, el técnico tiende a alinear el once inicial con el que abatió a los gallegos por 3-1. «Podemos repetir equipo perfectamente... pero, si no es así, no pasa nada, porque no me voy a precipitar en la decisión y esperaré a ver matices de última hora», avisó Víctor.

Al entrenador le da cierto respeto la lluvia, que cae en Cantabria desde el jueves y que ha podido alterar algo el terreno de juego. Eso sí, Luis Suárez es fijo en punta: «Su tobillo lesionado en Elche está ya mucho mejor de lo que lo tenía el domingo cuando apostamos por él para jugar 70 minutos», adelantó Fernández. Pero es que, además del colombiano, hay algún tocado más. «Llegamos a la fase crítica, a la decisiva de la liga y no podemos jugar tres meses con los mismos», proclamó Víctor, guiñando el ojo ante un posible cambio. ¿Quizá refuerce la línea media con Torres y deje fuera a Soro o Burgui de inicio? Es otra opción, menos atrevida.

El Racing, sin el cedido Papunashvili por contrato, tiene bajas de peso específico: Alexis, Carmona, Barral, Kitoko... se desprendió en enero de su goleador Yoda y no lo sustituyó (un suicidio). Oltra, su tercer técnico, va a la desesperada.

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