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Un cohete imparable

A las puertas de marzo, no hay quien frene a este Zaragoza: suma cinco triunfos y tres empates en el 2020, con once goles a favor y apenas cuatro en contra.

Real Zaragoza - Deportivo de La Coruña
Real Zaragoza - Deportivo de La Coruña
Toni Galán

Hay muchos argumentos para definir y desarrollar de forma verbal el actual momento de forma del Real Zaragoza, pero quizá ninguno le representa y le hace tanta justicia como lo hacen sus propios números. Números de gigante, de equipo inabordable desde que el calendario dio paso al 2020, dejando atrás un 2019 irregular, lleno de sinsabores deportivos, incluyendo una anterior temporada gris, que concluyó con el escasísimo premio de la permanencia en Segunda. Pero ahora todo es de color brillante, ya no hay grises que valgan: el Real Zaragoza ilusiona a su gente y se ilusiona con un retorno por la puerta grande –a través del ascenso directo– a Primera División. Es el reto y el único objetivo de aquí a final de mayo.

Cuando concluyó este domingo por la tarde el encuentro frente al Deportivo de La Coruña, la mirada del observador medio se posaba exclusivamente en calcular la distancia con el tercer clasificado, a cuanto se quedaría en función del resultado por la noche del Huesca. Muy pocos se fijaban en el margen, ya de doce unidades, que el equipo zaragozano tiene con el séptimo clasificado, el equipo que marca la frontera del ‘play off’ de ascenso. El reto es subir primero o segundo; hoy por hoy nadie quiere oír hablar de la promoción.

Y la situación, ya metidos casi en marzo, es esta y no otra gracias al extraordinario arranque de 2020 que está protagonizando el Real Zaragoza. Es el equipo del momento. No hay quien lo detenga. En los dos meses ya consumados de año, el conjunto que prepara Víctor Fernández ha disputado ocho jornadas, consiguiendo cinco victorias (Sporting, Las Palmas, Numancia, Elche y Deportivo) y sumando tres empates (Cádiz, Fuenlabrada y Mirandés). Nadie ha derrotado al Zaragoza en Segunda desde que lo hiciera el Huesca justo antes de Navidad. Además, solo ha recibido en este tramo de liga cuatro tantos, anotando un total de once. Por el camino, eliminó al Nástic de Tarragona y al Mallorca de la Copa del Rey antes de que el Madrid le apeara de la competición del KO. Aquellas victorias no supusieron puntos en la tabla, pero sí ayudaron a alimentar el hambre de victoria del grupo.

Las victorias alimentas las victorias y el Zaragoza vive hoy de esa retroalimentación tan positiva en el deporte profesional. El conjunto aragonés se ha convertido en un equipo ganador con todas las letras, en un cohete imparable que sortea dificultades –deportivas y extradeportivas– a golpe de oficio, goles y una extraordinaria competitividad domingo a domingo. Siempre sabe el partido que tiene que jugar. Conoce al dedillo el rival de turno y le desarma antes de asestarle el golpe letal del triunfo. Este domingo, por ejemplo, comparecía en La Romareda un Dépor en una dinámica deslumbrante, con siete victorias y un empate concatenados... y el Zaragoza no le dio opción en ningún momento de puntuar. Fue superior como lo fue en Elche o en Miranda de Ebro, como lo es en prácticamente todos los partidos. Su dinámica y su fútbol son hoy por hoy imparables.

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