Competir por encima de todo

Partido Mirandés-Real Zaragoza disputado en Anduva
Partido Mirandés-Real Zaragoza disputado en Anduva
LINO/AGENCIA LOF

En el sobresaliente arranque de 2020 que viene protagonizando el Real Zaragoza, hay un asunto que sobresale subrayado el rojo por encima del resto: la encomiable capacidad competitiva del equipo que prepara Víctor Fernández. Si el conjunto aragonés es hoy por hoy segundo, uno de los principales motivos es la destacada capacidad de adaptación del grupo a cada escenario. El Zaragoza llega a un partido sabiendo lo que le espera, lo que tiene por delante –rival, campo, jugadores a vigilar de cerca...– y lo disputa con una asombrosa capacidad de aclimatación. No es lo mismo jugar en La Romareda frente al Sporting de Gijón, con el césped en un perfecto estado de revista, que hacerlo en el propio estadio municipal bajo un tremendo aguacero el día que se venció al Numancia. Un día que la pelota apenas rodaba y jugar al fútbol era harto complicado. Como tampoco era nada sencillo jugar este miércoles, en un terreno de dimensiones reducidas y con el césped alto como es Anduva.

A Víctor, además, le faltaba el miércoles Luis Suárez, el futbolista que devora rivales, su atacante más determinante. En otras temporadas, en otros tiempos y diferentes dinámicas, el Zaragoza hubiera perdido excesivo colmillo sin su máximo goleador. Hubiera disminuido sensiblemente su capacidad competitiva... pero este Zaragoza compite y compite. Es su seña de identidad. Su sello. Uno de sus principales argumentos para aspirar a Primera.

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