real zaragoza-madrid

Un taquillazo sin precedentes cercanos

Las grandes recaudaciones registradas en La Romareda en los últimos años no se acercan al calibre de la del choque copero de este miércoles.

Venta de entradas en la Romareda.
Cola en los aledaños de La Romareda para conseguir una entrada para el Real Zaragoza-Madrid.
Toni Galán

El partido que este miércoles disputarán el Real Zaragoza y el Madrid en el estadio de La Romareda es una cita inesperada, si se atienden a las previsiones de principio de temporada. Lo habitual para el conjunto aragonés durante las últimas siete campañas ha sido no solo focalizar cualquier esfuerzo en el campeonato liguero, siempre con el ánimo de mirar hacia arriba aunque en un par de ocasiones se asomara más de la cuenta al abismo. El retorno a Primera es desde 2013, por empuje histórico y necesidades económicas, el único objetivo marcado por las altas esferas del club en todas y cada una de las pretemporadas.

Por eso la Copa del Rey, esa competición efervescente y épica que el zaragocismo lleva marcado a fuego en su ADN, se ha venido dejando en un segundo plano hasta el punto de llegar a entenderla como una suerte de carga. Bien es cierto que en las dos últimas campañas se ha recuperado cierto ánimo por honrar el torneo del KO, pero lo de la presente temporada está siendo una vuelta a los orígenes en toda regla. El grupo humano que dirige Víctor Fernández está siendo solvente ante los equipos débiles y contundente con el único rival de superior categoría con el que se ha cruzado, el Mallorca, al que no dio opciones en el envite de dieciseisavos (3-1), para meterse en octavos de final por primera vez en siete años.

Al buen hacer copero y al gran estado de forma del equipo, cuarto en la clasificación con un partido menos que sus acompañantes en la zona noble y con el ascenso directo a tiro, se une la visita del Madrid, actual líder de Primera y rival histórico del Real Zaragoza en lides coperas. Además, el conjunto merengue es, junto con el Barcelona, el equipo con más seguidores fuera de su ciudad, y habitualmente arrastra un buen número de aficionados a todos los estadios.

La anterior suma de factores, así como el precio de las entradas (entre 60 y 95 euros para los no abonados), dará como resultado una caja más que abultada para las maltrechas arcas de la entidad, que despachó más de 4.000 tiqués en tiempo récord, dejando a cientos de aficionados con las ganas de presenciar el envite desde las gradas del recinto blanquiazul, que sin duda se ha quedado pequeño para la cita. El resto del aforo está en manos de los más de 28.000 abonados, que para cruzar los tornos deben abonar entre 10 y 20 euros, en función de la ubicación del abono y la categoría del carné. Las filas producidas por aquellos que no tienen domiciliado el pase de temporada hacen prever que la respuesta será masiva. En cualquier caso, el club ha permitido la cesión de las localidades, una práctica circunscrita por ahora a la liga, de igual modo que las destinadas a los 'pequeabonados' que por distintos motivos no acudan al partido. Ese nuevo remanente saldrá a la venta a precio de no abonado.

La caja final superará ampliamente los 700.000 euros, unos ingresos que no encuentran precedentes cercanos. Porque llenos y grandes entradas ha habido muchos en la última década, sin ir más lejos en las eliminatorias por el ascenso disputadas ante el Numancia o Las Palmas, pero en aquellos casos el precio de las entradas jamás se acercó a los marcados para este miércoles. Los boletes más costosos, muy demandados en las citadas ocasiones, rondaron los 30 euros, mientras los más fieles disfrutaron de las tarifas bonificadas habituales.

Límite salarial

También en las campañas previas al último descenso al infierno de la Segunda Divisón se colgó varias veces el cartel de ‘no hay billetes’. Claro que aquellos choques estaban enmarcados en la luchar por evitar caer a los últimos puestos de la tabla, por lo que los tiqués solían marcar un precio más que reducido, en algunos casos de apenas 5 euros, una circunstancia que motivaba el enfado de algunos sectores del zaragocismo.

Los importantes ingresos obtenidos en este partido de Copa -quizá, con una pizca de suerte y mucho tino, no el último por disputar en La Romareda en la presente campaña- no computarán para un posible aumento del límite salarial del Real Zaragoza. Habrá que esperar a la próxima temporada para aprovechar y dar un buen uso a este inesperado ingreso.

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