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El delantero es... Linares

Entre los intentos de fichaje de Jonathas y de Darío Poveda, el ariete de Fuentes se reivindica con un gol de bandera que valió un meritorio punto en Almería.

Real Zaragoza
Linares remata con la pierna zurda para firmar el gol del empate.º
Curro Vallejo/LOF

Que si Jonathas, que si Darío Poveda... Al final, el fichaje era Miguel Linares. Mientras Jonathas continúa al otro lado del charco y Darío Poveda en el Cerro del Espino, el que ayer besó el escudo del Real Zaragoza para celebrar un gol vital fue el delantero de Fuentes de Ebro Un remate de bandera de Linares valió un punto para el equipo del león rampante, rescatando un punto con el que el conjunto aragonés se agarra a la pugna de la promoción. Con su gol, con su casta, con su oficio de delantero, Miguel Linares fue el promotor del meritorio empate del Zaragoza en Almería.

El deterioro en la tabla clasificatoria del conjunto que gestiona Víctor Fernández ha coincidido en el tiempo con la dolencia cardiaca de Dwamena. Con el ghanés en el prado, el Zaragoza ya había descendido en sus prestaciones. Pero desde que el ariete africano recibió la baja médica, literalmente se había desvanecido: hasta la semana ante Las Palmas, el Zaragoza solo había capturado una victoria, ante el Numancia (0-1). El resto, decepción tras decepción de juego y resultados (Fuenlabrada, Mirandés, Gijón...). No solo era Dwamena, sino su influencia: Luis Suárez, que está metiendo goles como churros (ya lleva nueve...), no marcó sin la compañía de Dwamena hasta la pasada semana. 

En este contexto recesivo, desde la secretaria técnica se comenzó a perseguir el fichaje de un delantero que revitalizara un ataque que palidecía. Se consensuó con el entrenador el perfil ideal del fichaje: un hombre con presencia en el área y que auxiliara al verdadero factor determinante de la delantera aragonesa, Luis Suárez. Pese a las limitaciones establecidas por el límite salarial que sufre el Zaragoza, se apostó por el brasileño Jonathas de Jesús. La segunda opción la apadrinó Darío Poveda, el prometedor ariete del Atlético de Madrid B. Se ha intentado todo y más, pero lo verdaderamente cierto es que ayer Jonathas continuaba en Brasil, y Poveda jugó con el filial del Atlético en el Cerro del Espino ante el Baleares de Segunda B.

Así, sin delantero específico, pues para más inri Luis Suárez estaba sujeto a sanción por acumulación de amonestaciones, el Zaragoza compareció en Almería con Pombo y Kagawa como hombres más avanzados. Su auténtico delantero, Miguel Linares, permanecía en el banquillo de la misma forma que en todas las anteriores citas en que ha ido convocado. Hasta ayer, el ariete aragonés había jugado exactamente 43 minutos: 21 contra el Mirandés y uno más (22) en Gijón. Ayer, el lebrel de Fuentes apareció en el minuto 60 de juego. Hasta entonces, Pombo y un intrascendente Kagawa eran los hombres más avanzados de un equipo sin principio ni final: sin su indiscutible portero, Cristian Álvarez, y sin su indiscutible delantero, Luis Suárez. Hasta entonces, decía, el Real Zaragoza hizo lo que pudo, que fue bastante, considerando todas premisas limitantes antes esgrimidas. Con Linares en el campo, además de hacer cosas en el campo (estar puesto, tocar la pelotita, intentar llegar...), hizo cosas en el marcador, que es de lo que va esta vaina del fútbol. Pese al esfuerzo, 1-0 palmando, fruto de otro error a balón parado.

El gol, qué digo gol, el golazo del empate Zaragoza, lo firmó un delantero puro, el único delantero puro con que contaba ayer Víctor Fernández. Solemne asistencia de Guti, desmarque de lujo de Linares, que la mata con el pecho y remata de zurda. Solo un toque con el pie. Todo, incluido el remate, movimientos de delanteros de jerarquía, gestos técnicos al alcance de muy poquitos, de solo los elegidos de la Segunda División. El pasador, Raúl Guti, también merece una glosa. Su traslado al lateral derecho jornadas atrás le hizo un daño enorme al Real Zaragoza. Porque Raúl Guti resulta trascendental en el medio hasta cuando no brilla, como ayer. Sólido, tácticamente prefecto, igual con balón que sin él. Jugadorazo, Raúl Guti.

Las cámaras apuntaban al otro Guti, al exjugador del Real Madrid, que ayer debutaba como entrenador en el fútbol profesional español. Pero el verdadero Guti de ayer, el determinante, se llamaba Raúl. Al nuevo técnico del Almería se le escapó un partido en el que tenía todo para ganar: un rival mermado por la ausencia de sus hombres más determinantes, un marcador a favor jugando con local... Incluso jugaba a su favor que el único delantero de verdad del enemigo estuviera una hora sentado en el banquillo. Sí, al debutante Guti solo le falló Linares... Porque, mientras se busca el delantero del Real Zaragoza en Brasil o en el Cerro del Espino, el que ayer rescató un punto estaba a solo 28 kilómetros: en Fuentes de Ebro. Y no se llama Jonathas ni Darío Poveda, sino Miguel Linares.

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