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Zapater: "No me opero para jugar con mis hijos, lo que quiero es jugar a fútbol"

El capitán del Real Zaragoza, al regreso de Londres tras pasar por el quirófano para solucionar su lesión del tendón rotuliano de la rodilla derecha, explicó este miércoles todos los pormenores de su situación.

Alberto Zapater, en la mañana de este miércoles, en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva, en la que atendió a los medios de comunicación.
Alberto Zapater, en la mañana de este miércoles, en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva, en la que atendió a los medios de comunicación.
Daniel Marzo

Alberto Zapater, el capitán del Real Zaragoza, ha reiniciado en las últimas horas su rehabilitación para intentar sanar la lesión del tendón rotuliano de la pierna derecha que lo tiene de baja médica desde el 11 de mayo. Tras cinco meses de tratamiento conservador, que en su caso no ha dado resultado, el ejeano dedició operarse en Londres la semana pasada, en manos del doctor Alfredson, una eminencia en la materia. Este miércoles, el jugador aragonés explicó públicamente todos los pormenores de su nueva situación.

"Yo fui a Londres sin saber lo que iba a pasar. Antes de la pretemporada (junio) dije que mi idea era estar con el equipo desde el principio del verano, porque era lo que me habían dicho. Pero cuando el equipo subió a Boltaña y me dio otro latigazo, me volvió a pasar lo mismo que había tenido en marzo, me di cuenta de que no iba a poder ser y me preocupé. Pensé que aquello no era normal", comenzó ubicando el reinicio del problema aún irresoluto. 

"Había estado con las células madre, por la vía del factor de crecimiento. Pero, a partir de ahí (julio), optamos por otro tratamiento: ondas de choque. Entonces, al ver que habían pasado cinco meses sin solución, me enteré de la existencia de este médico sueco que trabaja en Londres. Hablé con dos compañeros, Raúl Albiol -con el que jugué- y Arbilla, el del Eibar, que habían sido operados por Alfredson. Y decidí contactar con él", prosiguió Zapater en su historial de acontecimientos vividos en los últimos meses de calvario.

El capitán blanquillo razonó los motivos por los que, en un principio, no tomó el camino de operarse y sí acometer el fallido tratamiento conservador. "A mí, en abril o mayo, me dijeron que esta operación suponía un año de recuperación posterior. Y con el factor de crecimiento, me comentaron que en 50 días podría volver a jugar. Por eso descarté la primera opción y me fui por la segunda. Y por eso, cuando nos salvamos en Almendralejo en mayo, paré en seco para empezar la recuperación y estar apto en la pretemporada. Pero eso no se ha cumplido", subrayó con resquemor evidente. 

"Escuchando a Albiol y Arbilla, nos decidimos a ir a Londres a que me viera el doctor Alfredson. Enseguida vio el problema. Me dijo que tengo la rótula afilada. Que mi tendón está seco, que la sangre llega pero no hay retorno. Y la rodilla me está siempre pinzando por este motivo. Y me propuso: 'mañana te opero'. Para mí fue un alivio saber con exactitud el problema y que me quisiera operar ya. Así que no me lo pensé", recordó con cierta emoción el cincovillés, ilusionado por que ahora sí parece ver la salida a su laberinto. 

"Albiol se operó en febrero y en abril ya estaba jugando, en dos meses. A Arbilla le costó un poco más. Pero cada uno somos un mundo y no podemos hablar de plazos exactos por esto.  A mí me dijo Alfredson los plazos que quería escuchar: no me habló de 8 meses. Me dijo que en 3 o 4, como mucho, estaré. Y por eso yo calculo que entre febrero y marzo volveré a jugar y a poder ayudar al equipo", continuó en su desgranamiento de los detalles sobre su presente, todavía apoyado en las muletas y con el apósito tapándole la herida de la intervención quirúrgica. 

Zapater remató su narración con el futuro inmediato que le aguarda: "Ahora me voy a ir a Barcelona, en donde tiene consulta un médico que aprendió con Alfredson y es discípulo suyo, con el que tiene contacto diario y que me hará el control permanente. Tendré que ir de lunes a viernes, alrededor de cinco o seis semanas. Pero es ahora o nunca. Empezaré la semana que viene. El fútbol mueve y ha movido siempre mi vida y soy como soy. Si no intentara todo por volver a jugar me sentiría decepcionado conmigo mismo", dijo Alberto con solemnidad.

Y concluyó con su lema personal de cabecera en estos meses de duras vivencias: "Lo fácil hubiera sido irme a mi casa ya y dejar el fútbol. Pero yo he peleado toda mi vida. Me opero no para jugar con mis hijos, sino para volver a jugar a fútbol", expuso de forma cristalina para que todo el mundo entienda su sentir.

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