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Guitián y el lastre de dos años sin hacer una pretemporada con normalidad

El central del Real Zaragoza lleva semanas buscando un mínimo de tono físico para volver a la titularidad tras un verano negro.

Guitián, junto al doctor De los Mártires, el pasado mes de julio en la concentración de Boltaña, donde solo trabajó en la bicicleta estática y no pisó el césped.
Guitián, junto al doctor De los Mártires, el pasado mes de julio en la concentración de Boltaña, donde solo trabajó en la bicicleta estática y no pisó el césped.
José Vidal

Alberto Guitián, defensa central del Real Zaragoza que cumple su segunda etapa en el club aragonés, se va a meter en noviembre y, prácticamente, presenta el expediente de su temporada 2019-20 en blanco. Su lugar más habitual desde el inicio de liga el 17 de agosto ha sido la grada, sin ir convocado. En las últimas semanas, ya empezó a entrar en las listas de 18 citados por Víctor Fernández, pero nunca entró en sus planes de titularidad. Y solo se le vio sobre el césped 69 minutos en el partido ante el Cádiz, el día 6 de este octubre que ya concluye, cuando salió de urgencia al lesionarse Vigaray en los primeros lances de aquel choque, dado que no se encontraba en el banquillo el otro lateral diestro, Delmás.

¿Qué le ha ocurrido a Guitián? La respuesta es muy sencilla: no ha estado durante largo tiempo bien físicamente y, paso a paso, avanza hacia unos mínimos de forma y solvencia que permitan a los técnicos comenzar a contar con su concurso con habitualidad.

El motivo de esta atípica circunstancia que se da con Guitián tiene un sustento racional y, en cierto modo, se podía prever desde el mismo comienzo del verano. Bastó con compartir con él y el resto de la expedición la concentración pirenaica en Boltaña, a mitad de julio. Y fue suficiente con escuchar con atención al preparador físico, Roberto Cabellud, en aquellos albores del trabajo estival, para adivinar el vía crucis que se le venía encima a Guitián, que convalecía entones de una súbita y desafortunada operación de apendicitis que le aconteció el 2 de julio en Mallorca, en plenas vacaciones familiares.

«El problema es que él ya viene de una pretemporada mala anterior a esta última con el Real Zaragoza. Guitián, el año pasado, estuvo en verano en el Valladolid. Y no la hizo porque estuvo a caballo entre la salida del equipo y el quedarse, sin contar apenas por problemas del club. En la concentración que el Valladolid hizo en Marbella, él estuvo al margen del grupo», recordó el preparador físico zaragocista para poner en situación las mermas que arrastra desde mucho más atrás el defensor blanquillo.

La incidencia de la apendicitis, por lo tanto, arruinó por completo su pretemporada con Víctor Fernández y le originó un verano negro. En el caso de Guitián, era evidente que sus cimientos físicos sufrieron un enorme quebranto pues, a consecuencia de ello, hilvanó dos años consecutivos sin poder hacer una pretemporada en condiciones normales. Algo muy serio pues, además, se trata de un futbolista que, en los últimos tiempos, ya había sufrido lesiones musculares. Quizá esto sea un círculo vicioso, algo que se comunica entre sí. Los expertos así lo consideran visto su historial reciente.

En definitiva, que el problema de Guitián, en el último trimestre, no ha sido solo su maldita apendicitis. El inconveniente mayor es que, en el anterior verano, el de 2018 cuando aún militaba en el Real Valladolid, su entrenador, Sergio González lo mareó y le amargó la existencia en una situación de volatilidad inconcebible que lo tuvo en situación indefinida en julio y agosto, entrenando buena parte del tiempo al margen de sus compañeros pucelanos y sin contar para nada en la estadía en Andalucía y en los amistosos.

De hecho, cuando Guitián vino al Real Zaragoza de segundas, el 10 de diciembre del año pasado, para cubrir la baja de larga duración de Grippo –cuando éste ser rompió la rodilla–, llegó con cero partidos y cero minutos en su mochila durante más de medio año, el precedente

Cabellud, en Boltaña, ya advirtió lo que podía sucederle al veterano zaguero de 29 años: «Para Guitián era muy importante este año empezar desde el inicio una pretemporada con el grupo. Desgraciadamente, no va a ser así. Y nos tendremos que adaptar. Él tendrá que llevar su ritmo, evitar cualquier complicación. Iremos viendo cuando puede volver a jugar. Es algo que se escapa a nuestro control». Y hasta hoy.

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