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Igbekeme, su rendimiento, su distracción y ocupación mental inadecuada

Víctor Fernández analizó este sábado la situación presente del centrocampista nigeriano, muy lejos de su mejor versión futbolística y al que el equipo necesita cuanto antes a un nivel similar al del curso anterior. 

Víctor Fernández en un vis a vis, a solas, con James Igbekeme en el campo de entrenamientos del Real Zaragoza.
Víctor Fernández en un vis a vis, a solas, con James Igbekeme en el campo de entrenamientos del Real Zaragoza.
Guillermo Mestre

No hay duda en el vestuario: hay que encontrar la fórmula para que James Igbekeme vuelva a ser el jugador efervescente, dinámico, rentable y solvente que, durante una gran parte del año pasado, se erigió en pieza clave para evitar el desastre clasificatorio del Real Zaragoza y salvar un curso lleno de riesgos letales mayúsculos. Este año, no lo es. No se parece en nada a aquel futbolista fichado de la Segunda B portuguesa (del Gil Vicente de Barcelos) por el área deportiva que, desde el anonimato y la falta de credenciales, acabó ganándose a la afición y a sus compañeros por su contagioso fútbol lleno de implicación y réditos anímicos y futbolísticos en días obtusos.

Víctor Fernández, ya atravesado el primer cuarto de la temporada, está preocupado con Igbekeme. No logra revivirlo. Cuando no es por hache, es por be. Pero James no logra sintonizar la onda que lo hizo crucial el año anterior en el once inicial. Quizá, entonces, fuera el tuerto en el país de los ciegos. Y ahora sea más complicado destacar tanto en un equipo que está todo el tiempo entre los 5 primeros clasificados. O quizá sea el síndrome del segundo año, ése que a tantos futbolistas lastra de no mediar una buena cabeza y un buen entorno. 

Sea como fuere, Víctor habló este sábado con nitidez del caso. Camino del final de octubre, va siendo hora de que Igbekeme se ponga las pilas. Su concurso, en el proyecto de este año, está subrayado como fundamental en la línea media. Su figura es de enorme repercusión en el fútbol del equipo, tanto en la creación de juego como en la siega de los ataques rivales. Y, ni en una labor ni en la otra, el nigeriano está levantando la mano con el protagonismo requerido. 

"Una de las claves de la temporada, para conseguir ser el equipo que deseamos, es recuperar la mejor versión de Igbekeme. Eso lo tengo muy claro. Recuperar al mejor Igbekeme supondría un salto cualitativo importante en el equipo", comenzó escrutando Fernández la situación del africano. 

Curiosamente, a un sector muy determinado del entorno zaragocista no le están cayendo bien las críticas al ostensible mal juego de Igbekeme en los partidos en los que ha aparecido este año (que no han sido todos, porque empezó el curso en agosto con una peculiar gastroenteritis y pasó también por una rotura fibrilar recientemente). Un hecho repetido en años atrás con otras piezas de la misma matriz, casos de Papunashvili, Verdasca o Buff, como ejemplos más palmarios. Hasta el propio entrenador es, en este caso, cristalino en su diagnóstico:

"No creo que haya nadie en Zaragoza que piense que Igbekeme está al mismo nivel de la temporada pasada. Ni el chico tampoco lo cree", indicó Víctor Fernández contundentemente y sin aplicar filtros de favoritismo a ninguna analítica concreta en el vestuario. 

Y el preparador zaragozano pasó a recordar las diversas causas que han podido llevar a Igbekeme de una temporada notable y digna de elogio, la anterior, a un comienzo de la actual repleto de errores y problemas en su día a día:

"Tuvo una pretemporada atípica. No pudo entrenar con regularidad; luego tuvo un problema vírico. Y, también sus problemas fuera del campo: demasiados clubes que lo querían... algo que le pudo provocar una distracción y una ocupación mental inadecuada", dijo con intención Víctor. Este aspecto, el de su traspaso negociado (con el Granada, entre otros clubes que también tantearon su fichaje, como el Osasuna) que finalmente se fue al traste al pedir el Real Zaragoza una cantidad de dinero al que nunca se acercaron esos clubes de Primera División, está flotando todavía en su cabeza y en la de su alrededor. Un factor distorsionador que James deberá disolver con amoniaco cuanto antes para hacerlo desaparecer por completo y que no siga apareciendo en las psicofonías cada vez que no le sale un buen partido. 

"Necesitamos recuperar al mejor Igbekeme. El año pasado demostró que, al mejor nivel, puede ser un jugador muy importante y, en nuestro medio campo, ha de marcar diferencias", reiteró Víctor para finalizar su capítulo especial dedicado al menudo centrocampista africano, al que aún lo espera pese a estar lejos de sus prestaciones. 

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