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8 jugadores del Real Zaragoza han sido alineados en todos los partidos del verano

Son Lasure, Nieto, Luis Suárez, Javi Ros, Soro, Bikoro, Pombo y Linares. Por otro lado, 10 futbolistas estuvieron ausentes en uno o varios amistosos por lesión o molestias musculares.

Soro pugna con el jugador del Tudelano Lalaguna en un lance del partido de este sábado en Tudela, donde el Real Zaragoza perdió 1-0.
Soro pugna con el jugador del Tudelano Lalaguna en un lance del partido de este sábado en Tudela, donde el Real Zaragoza perdió 1-0.
Daniel Marzo

Solo 8 jugadores de la plantilla del Real Zaragoza han mantenido la regularidad durante la pretemporada para, con las pautas de dosificación de esfuerzos establecidas por el cuerpo técnico, ser capaces de participar en cada uno de los 8 partidos amistosos disputados desde el 19 de julio por los aragoneses. Se trata de Lasure, Nieto, Luis Suárez, Javi Ros, Soro, Bikoro, Pombo y Linares. 

Con mayor o menor presencia sobre el césped, este octeto ha estado siempre a disposición de Víctor Fernández durante la exigente fase de la pretemporada. Sin falta alguna. Sin molestias musculares o sobrecargas que aconsejaran su resposo en ningún momento de julio y lo que va de agosto. 

Por eso, Lasure es el que más ha jugado: 452 minutos (sobre un total posible de 720). Y Nieto el segundo en ese ranquin, con 393. Luis Suárez es el quinto, con 379. Javi Ros, el octavo con 364. Soro, el noveno, con 364. Bikoro asomó en el campo 356, siendo el 10º más utilizado. Pombo, pese a ser transferible, ha entrado cada día en los planes de Víctor Fernández hasta jugar 324 minutos (el 16º del elenco). El más atomizado de los que siempre estuvo ahí durante el verano es Linares, con solo 292 minutos.

Lesiones: pocas y de importancia relativa

De entre el grupo de jugadores que no han logrado tomar parte de los 8 amistosos dirimidos por el Real Zaragoza en su pretemporada (Peña Ferranca, Boltaña, Aragón, Ebro, Calahorra, Gimnástic Tarragona, Alavés y Tudelano), varios perdieron esa opción por culpa de las lesiones o, en grado menor, de molestias físicas que aconsejaron al cuerpo médico recetar reposo puntual. No se tiene en cuenta en este grupo a quienes, de antemano a la concentración en Boltaña, ya sufrían dolencias de más larga duración que aseguraban su ausencia por un periodo parcial (Grippo) e, iincluso, todo el verano, casos de Zapater y Guitián. 

La primera lesión que apartó indeseadamente a una pieza importante fue la de Eguaras. Un traumatismo en el tobillo izquierdo sufrido en una entrada de Bikoro en un entrenamiento dejó al navarro fuera de juego ante la Peña Ferranca y el Boltaña y, más tarde, por las secuelas, también lo hizo parar en Calahorra.

La fatiga muscular eventual dejó a Igbekeme sin jugar ante el Boltaña, en plena concentración pirenaica y, en el colofón a la pretemporada, en Tudela, el nigeriano tampoco fue convocado por Víctor Fernández para evitar riesgos.

El tercer susto lo dio el joven central Clemente, que bajó del Pirineo con la rodilla operada bastante inflamada (se rompió los ligamentos cruzados hace 10 meses y se perdió todo el curso pasado). Fue una respuesta de la articulación que está en trance de rehabilitar al cien por cien al duro trabajo físico, por lo que el zaguero aragonés fue baja ante el Aragón y el Ebro mientras se siguió con lupa su recuperación, que fue buena finalmente. 

A Raúl Guti se le echó en falta en la matinal contra el Ebro, en la que descansó por sobrecarga muscular. Todo fue según lo previsto y se reintegró pronto al grupo. Eso sí, como con Igbekeme, este antecedente instó a médicos y técnicos a guardarlo también en Tudela este sábado para eludir cualquier peligro y guardarlo para el arranque de la liga en perfecto estado de revista. 

El sexto lesionado, este sonoro por sus credenciales recientes, fue Papunashvili. El georgiano se volvió a quejar, encendiendo las alarmas, del tobillo que desmoronó su temporada pasada, con aquel edema óseo de difícil y polémica curación y tratamiento. El jugador dijo que le dolía y se le mandó parar de inmediato tras venir de Boltaña, por lo que estuvo fuera del grupo 10 días y se perdió las citas de Calahorra y Tarragona. 

El novato Blanco también fue derivado al banco de reposo en el partido de Calahorra, porque arrastraba síntomas de cansancio muscular. Cosa leve y puntual que pasó enseguida y sin problemas mayores.

La lesión que más ha asustado, por lo evidente de la gestualidad  y el problema de posición que supone su ausencia, es la que padeció el central Atienza en Tarragona y que obligó a su sustitución fuera de lo previsto. Un pinchazo leve en la parte posterior del muslo derecho que, a pocos días para iniciarse la liga, supusieron dejar en duda su participación en el fútbol de verdad el próximo sábado contra el Tenerife. El nuevo defensa zaragocista no pudo jugar ni contra el Alavés ni en Tudela y llegará, si lo logra, muy justo al principio liguero. En el vagón de los centrales es donde más se están cebando las lesiones, las viejas y las recientes.

Por último, dos jugadores más se sumaron a las bajas por precaución durante la pretemporada en el último viaje al campo del Tudelano: Dwamena y Vigaray. El delantero ghanés ni se desplazó a Tudela, mientras que el lateral madrileño no llegó a salir al campo pese a estar en el banquillo. También dos pautas de prevención ante avisos de molestias en los castigados músculos de este verano de calor y esfuerzos.

En total, 10 incidencias en 10 jugadores distintos, alguna más aparatosa que otra pero, en cualquier caso, ninguna grave (nada que ver con lo acaecido el año pasado, que fue un calvario para el vestuario). Todo lo sucedido esta vez entra dentro de las pautas de lo normal. Nada ha resultado atípico en el día a día zaragocista. Y, si no hay sorpresa desagradable de última hora, los 10 estarán aptos para ser convocados por Víctor Fernández el viernes para inaugurar la liga 2019-20.

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